Los padres de Martina la veían sorprendentemente tranquila, repasándo los textos que la joven iba a leer horas más tarde frente a cientos de personas. Y es que la puentesina de 11 años iba a vivir una tarde que recordará toda su vida: su coronación real.

El 19 de diciembre el azar le llevó a sacar el haba de un trozo de roscón, y lejos de ser un acto de mala suerte, Martina Elizalde Garriz se proclamó así Reina de la Faba del 2023. Así lo confirmó el acto que se celebró en Puente la Reina/ Gares este sábado por la tarde, cuando a las 17.30 horas la alumna de sexto del Colegio Público hizo su entrada en la villa por el puente románico dirigiéndose a la ceremonia de coronación que se realizó en la Iglesia de Santiago.

“Estamos sorprendidos de lo tranquila que está, está feliz. Es un día precioso para nosotros”, aseguró Teresa Garriz, madre de Martina. Cuando la joven salió elegida entre una quincena de niños y niñas, su familia pensó que esta oportunidad le servirá para integrarse, todavía más, en la villa. “Ella está muy ilusionada además está recibiendo un cariño enorme por parte de la ciudadanía. Los vecinos y vecinas le paran en la calle le paran continuamente y le dicen ‘¡Viva la Reina!”, relató Garriz.

Martina, ataviada con trajes de época, igual que los integrantes del resto del desfile, paseó así por la Calle Mayor de la villa mientras cientos de habitantes de Puente la Reina le saludaban desde los diferentes rincones del municipio. La protagonista del acto iba acompañada por una comitiva que abrió el rey de armas, Fernando Hualde, acompañado de heraldos, antorcheros, escuderos, dantzaris, músicos, caballeros y damas.

Ya en la Iglesia de Santiago, se dio comienzo la ceremonia de la coronación del Reina de la Faba, que contó con el acompañamiento musical de la Coral Emilio Arrieta y los grupos de música medieval Danserie y del Ensemble de Chirimías Miguel de Arrózpide.

Al término de la ceremonia, el desfile continuó hasta la Plaza Julián Mena, donde terminaron los actos en la calle con una actuación de los dantzaris de Muthiko Alaiak.

Las calles de Gares parecían haber retrocedido cientos de años atrás, ya que las diferentes corporaciones que participaron en la jornada vestían ropa acorde al acto y llenaron la villa con decoración digna de una coronación real.

“Se vive con ilusión, sobre todo porque es una fiesta muy enfocada a las criaturas, que lo viven de una manera muy especial porque no lo han visto nunca y la participación que tienen ellos no la contagian a las personas más mayores”, aseguro Oihan Mendo, alcalde de Puente la Reina, que añadió que el acto tiene una especial importancia para la villa por recuperar una tradición histórica en Navarra.

Para finalizar la jornada, se celebró una cena y fiesta en el Asador Zubi XXI de Gares.

Siglo XIII

Esta tradición fue recuperada por Ignacio Baleztena en el año 1920 y en los 70 Muthiko Alaiak decidió llevarla de forma itinerante por toda Navarra. La finalidad es recrear una costumbre que se sitúa en el siglo XIII, cuando los Reyes Teobaldos, cada 6 de enero, juntaban a los niños más pobres de la corte y en una merienda les daban el roscón. El o la afortunada que descubría el haba en el interior de su postre era reconocido como alteza real durante un día y el propio Rey le trataba a ese niño de alteza, otorgándole sus deseos. Además, los padres del elegido o elegida recibían dinero.

Martina Elizalde fue tratada como una verdadera reina por los habitantes de su villa y tanto ella como la ciudadanía puentesina pudieron disfrutar de un festejo a la altura de la Corte Real.