Poco queda ya de aquella feria caballar de Tafalla a la que llegaban miles de personas de todos los puntos de Navarra y también de todo el Estado para disfrutar de un festejo popularmente conocido en el mundo de la trata del ganado. Hace décadas el recinto ferial de la Ciudad del Cidacos se colmaba de personas dedicadas a este negocio y también del público que llegaba para pasar allí la mañana, convirtiéndose en punto de encuentro y una tradición para muchos. Las caras de sorpresa y de pena de quienes se han desplazado este jueves hasta el lugar presagiaban el futuro de este evento: tiene los días contados, si es que no son estos los últimos. 

Una mula, única representante en la feria caballar de Tafalla. Miriam Pascal

Tras el pinchazo de la feria caballar del año pasado, en la que se exhibieron apenas 13 cabezas, había pocas esperanzas de que este año fuese a mejor.

Aunque lo que no se esperaba era el panorama desolador que ha dejado el primer día de las Ferias de Febrero, ya que solo se ha podido presenciar un animal, la mula Pelegrina de Ejea de los Caballeros, que tal y como ha llegado, se ha ido. Su dueño, Óscar Carrato, un particular, ha viajado a la feria de Tafalla por primera, y, seguramente, última vez. “Muy sorprendido de haber sido el único, nunca había visto esto en una feria y me he quedado a cuadros. No creo que vuelva más, así que por lo menos pasaré aquí el día con los amigos”, ha confesado Carrato.

“Muy sorprendido de haber sido el único, nunca había visto esto en una feria y me he quedado a cuadros. No creo que vuelva más, así que por lo menos pasaré aquí el día con los amigos”

Óscar Carrato - Dueño de la mula 'Pelegrina', el único ejemplar de la feria caballar de Tafalla

El festejo ha batido así su récord negativo de asistencia de animales, lo que hace pensar a los participantes y asistentes que esta será la última feria caballar. 

Como cada año, el alumnado de infantil de la Ikastola Garcés de los Fayos y de Escuela Pública Marqués de la Real Defensa ha asistido al acto para disfrutar de los animales. Los txikis, sorprendidos con la única mula del recinto, han realizado preguntas a sus profesoras, sin saber que lo habitual de la fiesta sería contemplar una multitud de ganado.  

Si el año pasado eran pocos, este año han sido apenas dos los puestos ambulantes que se han montado en el recinto. Ricardo de los Muñeros ha llegado desde Salamanca, como cada año desde hace diez, para vender sus productos de guarnicionería. “Seguramente sea mi última edición en esta feria, porque ya se ha acabado totalmente. Esto es el reflejo de lo que tenemos en este sector, porque está todo igual”, ha dicho el vendedor de artículos de equitación y de reses, que ha asegurado que esta feria era de las más importantes y “se ha quedado para nada”. 

“Seguramente sea mi última edición en esta feria, porque ya se ha acabado totalmente. Esto es el reflejo de lo que tenemos en este sector, porque está todo igual”

Ricardo de los Muñeros - Vendedor ambulante

Ricardo de los Muñeros, en su puesto de guarnicionería este jueves en la feria. Miriam Pascal

Pocos son también quienes se resisten a dejar atrás está tradición y por ello se acercaron ayer a Tafalla. Entre ellos, Fernando Irujo, agricultor de Larraga que lleva más de 50 años asistiendo al evento. “He venido aquí por costumbre y capricho, pero no hay nada aquí. Da una desilusión total. Antes no cabía un alma aquí, estaba todo lleno hasta más no poder. Venían personas hasta de Murcia”, ha recordado Irujo. 

. “He venido aquí por costumbre y capricho, pero no hay nada aquí. Da una desilusión total. Antes no cabía un alma aquí, estaba todo lleno hasta más no poder".

Fernando Irujo - Agricultor del Larraga y asistente a la feria desde hace 50 años

La desilusión también se ha apoderado de José Antonio Jiménez, de La Rioja, que acude a la feria “desde que era un crío, de toda la vida”. “Ya sabíamos que no era lo mismo, pero no esperábamos tan poco. Los requisitos que tienen que cumplir los tratantes están haciendo que esto desaparezca”, ha asegurado el riojano. 

Tratantes de ganado que acuden cada año al recinto ferial de Tafalla. Miriam Pascal

Falta de público

La pérdida del atractivo de esta feria se debe, según los pocos tratantes, a la falta de incentivos y a los “excesivos” trámites burocráticos que tienen que sortear los ganaderos para la compraventa del ganado. Según el Consistorio, esta decadencia está causada por la ausencia del ganado en los hogares a medida que pasa el tiempo y, por ende, a la casi desaparición de la compraventa de los animales. “Esto se acaba porque ya no hay caballerías en esta zona. Ya lo sabíamos. Desde el Ayuntamiento barajaremos diferentes posibilidades para otros años, como la contratación de ganaderos para que expongan a los caballos”, ha asegurado Jacinto Goñi, concejal de festejos del Ayuntamiento de Tafalla, que ha añadido que esta problemática se está dando en todas las ferias.

 Todas estas razones han provocado que, año tras año, sea menor el público que acude al recinto ferial de Tafalla para contemplar el ganado expuesto así como para hacerse, en alguno de los casos, con algún ejemplar.

Antes de las 12.00 horas de la mañana de este jueves la feria estaba prácticamente concluida, ya que no ha llegado ningún animal más y los dos puestos han recogido su material por la falta de asistentes. 

Los orígenes

El origen del festejo se remonta al año 1419 y es por ello que hoy se celebran las tradicionales ferias de febrero en la ciudad, centradas ya en otro tipo de fiesta y con un amplio programa de actividades culturales, lúdicas y deportivas

Estas actividades son las que tienen ahora mayor importancia durante las fiestas, ya que poco queda ya de aquellos días que no sea el recuerdo de quienes han visitado durante décadas la feria caballar, que ya no tiene caballos, y que se ha convertido en una actividad más simbólica que empresarial.