Es la unión de la madera y el agua, de la tradición y el presente, un día de emoción en el que las almadías acarician suavemente el Esca hasta llegar a Burgui, donde son abrazadas con fuerza por un pueblo que se abre a miles de visitantes. Es una jornada de auténtica fiesta que cumplía este año su edición número 30, la primera como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Almadieras y almadieros de los valles de Roncal, Salazar y Aezkoa evocaron ayer de nuevo el antiguo oficio de quienes descendían por los ríos de Navarra y llegaban en ocasiones hasta Aragón e incluso el Mediterráneo. Lo hicieron con viento en contra y muy poca agua, pero consiguieron completar todo el trayecto en el tiempo previsto. 

“La primera parte ha ido muy bien, pero luego nos hemos quedado atascados en una pequeña presa”, explicó Koldo Cilveti, presidente de la Asociación de Almadieros. “Hemos perdido lo menos media hora para sacar la primera almadía y hemos tenido el mismo problema con la segunda. Habíamos limpiado el río para poder pasar bien, pero en esa zona se hace una presa con piedra natural y no había manera”. 

La almadía llega al puente de Burgui ante la expectación de cientos de personas. Iñaki Porto

 El humorista César Oroz y Lorenzo Sarratea, que recibieron la Almadía de Oro este año, tuvieron que mojarse bastante para superar estas dificultades. “Nos ha tocado a los dos quitarnos el espaldero y meternos hasta más de la cintura en el agua. Y estaba muy fresca”, aseguraron. 

Además de la escasez de agua, los almadieros encontraron otra dificultad añadida en el viento. “Soplaba un poco y casi no podíamos avanzar, pero ya hemos conseguido llegar en hora al final y todo ha salido genial”, culminaba Cilveti. 

Gran ambiente

Centenares de espectadores se agolpaban para ver la espectacular llegada de las almadías a Burgui. Personas de todas las edades y de muy diversa procedencia disfrutaron de una jornada con buen tiempo y donde la comida también fue protagonista.

Lourdes Goikoetxea y sus amigos vinieron desde Tolosa. Mientras unos iban a por migas y vino, los otros guardaban el sitio sobre el puente. “Es la primera vez que nos animamos a venir y lo estamos disfrutando mucho. Y con un plato de migas, mucho mejor”. 

Irune Sanz, vecina: "Impacta mucho ver a tanta gente en nuestro pueblo, es un día increíble" Iñaki Porto

Tampoco se separaban del plato Carmelo Ardoi, Diana Ríos y sus amigos, que llegaron desde Tudela y Ablitas. “Hemos venido bien preparados con el almuerzo: pechugas, tortilla y también cerveza por si hay poca agua”, bromeaban. 

Y, por supuesto, el día fue muy especial para los vecinos y vecinas del pueblo. Mario Sanz reconoció que había sido un día muy emocionante. “Hemos bailado, hemos cantado y hemos visto bajar las almadías”. Como explicó Astrid Cerdán, hubo actuaciones musicales durante toda la jornada. “Nos vestimos con los trajes tradicionales del Valle de Roncal y bailamos el Ttun-Ttun de Isaba y de Ustárroz. También baja la kurruskla de Isaba a ayudarnos para que todo esto sea posible”. 

Por último, Irune Sanz concluyó remarcando el orgullo que suponía participar en la jornada. “Estamos muy orgullosas de nuestros amigos, que han bajado en la almadía. Ha sido muy emocionante y algunas han llorado y todo. Para nosotros es un día muy importante. Impacta mucho porque al final somos 100 habitantes en invierno y ahora ver a tanta gente es increíble”.

Almadieros bajando el Esca este domingo. Iñaki Porto

Las almadías se celebraron por primera vez en el año 1990, cuando un apasionado del oficio almadiero como Francisco Javier Beúnza impulsó la fiesta. Desde entonces, tan solo ha tenido que ser suspendida en tres ocasiones, una por exceso de agua en 2012 y las dos ediciones de la pandemia.

EL DÍA DE LA ALMADÍA

El Día de la Almadía, que tiene lugar todos los años en estas fechas, consiste en el descenso de varias almadías por el río Eska durante un recorrido que termina en el puente medieval de la localidad navarra de Burgui tras el salto de la presa.

El descenso de las almadías se complementa cada edición con una serie de actos culturales, deportivos o folklóricos como exposiciones, actuaciones musicales, danzas, ferias de artesanía, bailables, etc. En cada una de las ediciones se rinde homenaje con la entrega de la 'Almadía de Oro' a diversas personalidades e instituciones del mundo de la cultura, el deporte o las ciencias.

Comienza la campaña del Queso Roncal 

La campaña de la Denominación de Origen Queso de Roncal comenzó ayer después del primer corte protagonizado por César Oroz durante la celebración del Día de la Almadía en Burgui. “Cada vez que compráis un queso, estáis ayudando a un valle y a la montaña de navarra y encima se os da un producto de auténtica calidad. Queso y madera, cañada y río, almadieros y pastores. Son conceptos paralelos que siempre han ido juntos y que identifican a esta tierra”, explicó Lorenzo Sarratea, presidente de la DO Queso de Roncal.

Lorenzo Sarratea y César Oroz. Iñaki Porto

Las almadías, al son de las campanas

La Asociación de Campaneros de Navarra tocó las campanas de la iglesia de Burgui durante toda la mañana de ayer en el Día de la Almadía para celebrar la reciente declaración tanto del transporte fluvial de la madera como del toque manual de las campanas como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Manuel Zabalza, de Burgui, hace repicar las campanas de la iglesia “con emoción y un ritmo alegre siguiendo la técnica del falso bandeo”. Iñaki Porto