Arancha Ruiz de Larramendi recorrió a nado la conocida como Batalla de Rande, una manga de mar y ría de 27 kilómetros que separa las islas Cíes de la de San Simón, en cuyos parajes dicen que descansa un tesoro de plata que pudo acabar en el fondo de la ría de Vigo. Una distancia que la climatología incrementó por efecto del viento, las corrientes y el tamaño de las olas, en cinco kilómetros y que hizo que 20 participantes tuvieran que ser retirados exhaustos. No fue el caso de Arancha que llevaba consigo una preparación de muchos meses en el embalse de Alloz y, sobre todo, la promesa que le había hecho a su amigo Jose Ángel, de intentar concluir la prueba y hacerlo por Adacen ( Asociación del Daño Cerebral en Navarra), una entidad que trabaja a diario por paliar los daños cerebrales, que como Jose Ángel, padecen más de 16.000 personas en Navarra.

Con esta motivación añadida fue capaz de surcar los primeros kilómetros de Punta Subride y de Bormeira paralela a la playa y sorteando las bateas. Seguramente recibiendo la motivación de pensar en sus tres hijos y con la preocupación por lo que estuviera sufriendo su madre: “mamá tranquila que voy a estar bien protegida”, además del resto de amigos y familiares que le seguían a través del GPS que marcaba su ubicación: “los que me seguían sabían dónde estaba, si avanzaba o no”, recordaba Arancha todavía con la satisfacción y el cansancio acumulados por la prueba y el viaje de regreso hasta Navarra.

Para Arancha, nadar es una pasión que fue aprendiendo con el tiempo, pero en Estella-Lizarra solo había piscina en verano “y todas las primaveras soñaba que se me había olvidado nadar”. Tuvo que ser cuando acabó la carrera de fisioterapia y cuando la pequeña de sus tres hijos cumplió 3 años, cuando comenzó a entrenar en serio “dejaba a los hijos en el colegió y tenía dos horas por delante para nadar”. Ahí comenzaron su primeros escarceos: primero la travesía Guetaria a Zarauz y luego otras que llegaron a tener 10 kilómetros, “al final mis compañeros se entrenamiento se fueron borrando y me quedé sola”. Esta pasión por surcar las aguas le llevó el año pasado a conseguir la triple corona en pruebas de 15, 19 y 23 kilómetros.

ADACEN

Superar la prueba de La batalla de Rande con más de 10 horas y 14 minutos nadando, fue una manera de utilizar su imagen para ofrecérselos a alguna causa. Así lo hizo con su travesía del Cabo de Gata para la asociación ‘Cris contra el Cáncer’ cuyos ingresos fueron a parar a la 8ª planta del hospital de la Paz en Madrid. Ahora el turno ha sido para Adacen. “el año pasado nuestro amigo Jose Ángel, que para nosotros es como una hermano, se quedó con daño cerebral. Un proceso muy duro para el que lo padece y todo su entorno”. Pensó en ayudarle en sus progresos de comer, de dar un paso o de meterse en la piscina. Arancha destaca la importancia del acompañamiento familiar y de los trabajadores de Adacen en este proceso tan duro.

En este sentido, desde Adacen su director Andrés Ilundáin hablaba del creciente número de casos en Navarra “antes en su mayoría eran por accidentes con daños cráneo encefálicos ahora en su mayoría son por ictus y cada vez afectan a gente más joven desde los 40 a los 60 años”.

Adacen cuenta con dos centros uno en Pamplona (Azpilagaña) para la gente mayor y otro en Mutilva Baja. Entre el personal cuenta con fisioterapeutas, logopedas, psicólogos (que trabajan las consecuencias de la memoria emocional) y los terapeutas ocupacionales “que son los que enseñan a los enfermos, los hábitos perdidos como el de asearse o vestirse”.

Entre los objetivos de esta asociación está el de acercar al mayor número de necesitados, “los servicios que puedan mejorar la calidad de vida, la rehabilitación y la autonomía de las personas con lesión neurológica” aseguró Ilundáin, para quien es importante hacerlo diseñando, aplicando y validando “productos tecnológicos y metodologías innovadoras y multidisciplinares que ayuden a recuperar o mantener las facultades y a minimizar las secuelas”. 

Desde Adacen aseguran que entre los riesgos que amenazan la llegada de un ictus está el ritmo de vida, la gestión del estrés y la no adopción de hábitos saludables como la realización de deporte. Por eso, quieren sensibilizar a la población de la importancia de conocer los síntomas para poder reaccionar con prontitud ante un ictus. “El tiempo de reacción es importante para llevar cuanto antes al enfermo hasta el centro médico. En Navarra tenemos la suerte de contar con una Unidad de Ictus en el Hospital Universitario de Navarra”, aseguró Ilundáin.

Con todo, la atención de Adacen a personas como Jose Ángel es lo que más animó a Arancha a vincular su prueba deportiva y derivar los premios recibidos y la atención mediática “para que se conozca la fuerza de los familias al afrontar el tema y la importancia de contar con trabajadores preparados y, sobre todo, para animar a los afectados, como mi amigo Jose Ángel, a trabajar todos los días en su recuperación”. 

Ahora a Arancha le toca descansar una temporada antes de afrontar otros retos. Pasó de largo del tesoro oculto en el fondo de la Bahía de Vigo, para traer a Navarra otro gesto más valioso: hacer visible el trabajo de Adacen y dedicárselo a todas las personas que, como Jose Ángel, luchan por conseguir no ponerse límites.