Nilsa retomó hace unas semanas las obras de la nueva depuradora de aguas residuales de Olazti, adjudicadas a Acsa Obras e Infraestructuras por un importe de 1.898.967 euros más IVA y un plazo de ejecución de 12 meses. Se financiarán con el canon de saneamiento. Consisten en una nueva planta junto a la estación existente para adecuar su capacidad a las necesidades actuales y cumplir las medidas de seguridad. Y es que según explican desde esta empresa pública del Gobierno de Navarra, se encontraba al límite de sus posibilidades.

Construida en 1991, ya en 2005 se realizó una primera remodelación con el objetivo de dotarla de un reactor y de un sistema de almacenamiento de fangos. La segunda fue en 2015 para instalar un nuevo reactor biológico con el fin de aumentar la capacidad de depuración. El caudal medio de agua sucia que podrá tratar la nueva infraestructura será de 15,63 litros por segundo, lo que supone 1.350 metros cúbicos diarios, con un máximo admisible de 46,90 litros por segundo.

Durante las obras, la planta vieja seguirá dando servicio a la localidad. Una vez entre en funcionamiento la nueva infraestructura se demolerá la antigua y en el lugar se construirá una gran laguna para el final de tratamiento del agua residual.

HALLAZGOS

Se trata de la segunda fase de este proyecto. Y es que las obras comenzaron a finales de 2020 pero el hallazgo de restos arqueológicos del periodo paleolítico durante la preparación del terreno paralizó los trabajos. No en vano se encuentra muy cerca de la cantera de Koskobilo, lugar en el que se halló el yacimiento paleontológico es el más antiguo y rico del cuaternario de Navarra, con restos de más de 200.000 años.

Así, a instancias de la Institución Príncipe de Viana se realizó una excavación integral del área, que se llevó a cabo en octubre y noviembre de 2021. El resultado fue la caracterización de “un yacimiento arqueológico excepcional, pero mínimamente conservados”, según esta institución, que emitió informe favorable en septiembre del pasado año porque “sobre los terrenos que incide el proyecto de ampliación de la instalación, no existe patrimonio arqueológico catalogado”.

No obstante, esta institución ha requerido la contratación de un arqueólogo para que esté a pie de obra para un seguimiento intensivo. En el caso de que se detectasen estructuras o restos arqueológicos, se deberán delimitar, balizar y notificar a Príncipe de Viana para establecer las medidas correctoras.

La inversión de la primera fase fue de 580.000 euros, en concepto de gastos asociados a trabajos arqueológicos y la compra de equipos electromecánicos principalmente.