Hoy a las seis de la tarde arrancarán las fiestas de Leitza de la mano de Karlos Agirre Zubitur, presidente de club Aurrera durante más de cuatro décadas. Y es que este leitzarra de 75 años lleva perdida la cuenta. “Ya salí de primer presidente oficial en 1972, una vez se aprobaron los estatutos. Pero entre tanto hubo otros dos, por poco tiempo”, recuerda. Dejó el cargo el pasado junio, cuando le pasó el relevo a Julian Zabaleta. Se va contento por el trabajo realizado. “En tantos años ha habido de todo, con mis más y mis menos, con momentos duros. Me quedo con lo bueno y me voy satisfecho de los qué es Aurrera”, señala. Lo cierto es que se muestra orgulloso de esta sociedad, el alma de la vida deportiva y cultural de Leitza. “Hay mucho movimiento”, destaca.

También está contento con el cometido que le ha tocado en esta ocasión y le hace especial ilusión que haya sido elegido por votación popular. Y es que su candidatura fue la más votada en el proceso puesto en marcha por el Ayuntamiento de Leitza para designar quién lanzaría el cohete. Además, este año se ha dado un paso más y la ciudadanía pudo presentar sus propuestas, más de 90, de las que la comisión de fiestas seleccionó tres que pasaron a la votación. Las otras dos eran Leitzako Bertso Eskola y Kaxkabeltza, la asociación de comerciantes de Leitza.

Si bien los estatutos de la sociedad deportiva y cultural se registraron en diciembre de 1971, Aurrera viene de atrás. “Tendrá más de 100 años. Hay fotos de 1930 del campo de fútbol y un documento de 1948 que pone que Aurrera trajo toros de Deba para fiestas”, observa Karlos Agirre, que estaba entre los y las 15 leitzarras que firmaron el documento que regulaba el funcionamiento de la sociedad. Su principal objetivo, según se dice en el primer artículo era “dotar a la juventud una formación más integral y proporcionar al pueblo un ambiente recreativo, sano y atractivo y velar y fomentar todo aquello que pueda redundar en una mayor prosperidad espiritual y material”.

Al principio no tenían local y su primera sede social fue Oialde. Pronto alquilaron una bajera de una casa próxima al Ayuntamiento. Años después, en 1987, se compró el edificio por 3 millones de pesetas, 18.000 euros. “Era una casa vieja y había que reformar de arriba a abajo. Lo primero que había que hacer era conseguir que la asamblea autorizase a un profesional la realización el proyecto. Costó 800.000 pesetas”, apunta. Para su financiación organizaron un gran festival de hachas sin desafíos, ni retos en el que participaron 156 aizkolaris de Leitza, número que da una idea del arraigo de los herri kirolak en este pueblo. “El Ayuntamiento puso la madera. También ayudaron mucho los Saralegi y buena parte del pueblo. Fue un gran auzolan”, cuenta.

El presupuesto de la reforma era de 13 millones. “Era mucho dinero y había muchas dudas. La gente estaba asustada pero era un proyecto muy necesario”, incide. Lo cierto es que siguieron adelante y la nueva sede se inauguró en 1989.

El pago de las cuotas, 8 euros al mes, es la principal fuente de ingresos. También reciben una ayuda del Ayuntamiento. “Antes era de 6.000 euros y ha subido a 8.000 euros”, observa contento. Asimismo, se obtienen fondos en la puskabiltza de carnavales, en el reparto de la revista Plazaola y sobre todo con la barra en fiestas. También hay otras fórmulas puntuales. Es el caso del festival de pelota de estas fiestas, cuya recaudación será para la escuela de pelota. Por primera vez será mixto, con los ex profesionales Xala-Olazabal y Bengoetxea VI-Mikel Goñi y dos parejas de Ados: Iturriaga-Mujika y Zabaleta-Agirre. “Al principio iba a ser con pelotaris de Aspe pero se echaron para atrás y no querían meter en el cartel a las mujeres. También estoy indignadísimo con la ETB. No son capaces de retransmitir ningún partido de Ados Pilota”, lamenta. Lo cierto es que es un asunto que le pilla de cerca. No en vano, su hija es Iera Agirre Iturriaga.

ORGANIZACIÓN

En la actualidad Aurrera cuenta con más de 400 socios y socias, cifra que se ha incrementado un 30% en los últimos 10 años. Se organiza en torno a diferentes secciones: pelota, fútbol, dantza, BTT, montaña, gigantes y cabezudos además de otra para la gestión del edificio. Asimismo, organiza diferentes pruebas como el Cross de Leitza o Leitzulia de BTT y es miembro de la comisión de fiestas.

“Con el tiempo han ido creciendo las secciones. Hace un par de años se creó la de ciclismo porque vino un padre preocupado porque su hijo andaba en la carretera. Hablé con la federación y me dijeron que hacía falta un grupo para hacer fichas. Llamé a cinco padres y hecho. Hay mucha afición con el tirón de Mikel Nieve”, apunta. No en vano, Aurrera aporta una entidad jurídica y apoyo, un interlocutor ante las federaciones e instituciones.

Las secciones de fútbol y pelota son las más importantes. La primera cuenta con 210 jugadores y jugadoras. “El fútbol va a más. El campo es un barrizal, ojalá se consiga un césped de hierba artificial”, incide. Por solera gana la de pelota, la escuela en la que se han forjado grandes de los frontones como Abel Barriola o Oinatz Bengoetxea entgre otros. En la actualidad cuenta con un centenar de pelotaris. En Aurrera Dantza Taldea hay otro centenar de leitzarras.

Después de más de 40 años de estar encima de todo; de un continuo ir y venir a la sociedad, por inercia, continúa acudiendo cada día, aunque sea para entrar y salir. “Me está costando adaptarme pero el cambio era necesario. He sido elegido tres veces obligado porque no quería nadie ser presidente. La gente huye de las responsabilidades. Propuse adelantar las elecciones para ver si alguien se presentaba y fui a la radio para decir que si la situación no cambiaba, se cerraba la sociedad”, recuerda. Esta vez la advertencia no cayó en saco roto.