“Viva las mujeres” de Milagro

Más de un centenar de mujeres han asistido al lanzamiento del cohete del Día de la Mujer dentro de las fiestas en honor a San Blas que está celebrando la localidad de Milagro. De todas las edades, más jóvenes y más mayores, han compartido un día de unión y celebración con los diversos actos preparados por el Ayuntamiento en una jornada que cada año cuenta con más participación. De hecho, en la comida popular ha habido un incremento muy importante de asistencia con respecto al pasado año 2022.

Desde el balcón de la Casa Consistorial la encargada de prender la mecha ha sido la Reina de la Juventud, Eider Rodríguez Pejenaute, acompañada en todo momento de las dos damas de honor, Leyre Salvatierra Estañán y Ana Sofía Bernal Ospina. Eider Rodríguez llamó a sus compañeras a gritar a la vez que ella “viva san Blas, viva milagro, viva las mujeres”, momento que han roto todas a aplaudir.

Tras el cohete, y acompañadas de la charanga Los Rotundos, las más de 150 asistentes se han acercado a la ermita de la Virgen del Patrocinio para realizar una ofrenda oral, que han depositado también la Reina de la Juventud y las damas de honor, para después retomar el pasacalles animadas por la música hasta el aperitivo. La calle Mayor ha sido el lugar donde han podido degustar la comida y bebida preparadas para ellas hasta que llegara la hora de la comida popular.

En el pabellón de la Cereza se han reunido 280 mujeres que han comido junto a los 10 músicos. Se han superado todas las previsiones ya que en 2022 la cifra de comensales fue de 210, por lo que acudieron a la comida 80 más que el año pasado. El menú del que han podido disfrutar costaba 33 euros (de los que el Ayuntamiento subvencionaba 8 euros por lo que pagaban 25 euros) y constaba de ensalada templada con gulas y revuelto de hongos y setas, de centros, fritos variados caseros, solomillo de cerdo ibérico en salsa de oporto y trata de 3 chocolates.

Por último, por la tarde se celebra un festival taurino para las mujeres en la plaza y vaca en la calle para terminar con una merienda en el mirador de la iglesia.