Nació en Villafranca y ha trabajado en medio mundo. A sus 38 años, Vanessa Garde es una de las grandes creadoras de música para películas del mundo. El 4 de diciembre recibirá el premio Berlanga por su trabajo en Kepler Sexto B. De ella dijo el maestro Alberto Iglesias (11 Goya) que “tiene unas cualidades excepcionales. A su maestría como compositora y orquestadora une un gran conocimiento de la tecnología y una curiosidad inagotable. Estoy seguro que su talento le llevará siempre a un lugar de plenitud musical”.

Nació en Villafranca, ¿qué recuerdos tiene de sus inicios en la música?

-Muy buenos, sobre todo con el ambiente musical que se vive en el pueblo. He tenido mucha suerte de estar muy involucrada con la banda joven, con la banda municipal, la rondalla, con la escuela de Jotas o los Auroros. Hay mucha actividad musical y me he criado en ese ambiente de conocer bien el folklore de la zona. También estudié música clásica en Villafranca, en el conservatorio Fernando Remacha y luego en Pamplona el grado medio. Recuerdo una infancia como muy ocupada porque siempre tenía mil historias que hacer, kárate, natación, escuela de idiomas…, pero también muy productiva de formarme en muchos ámbitos para luego intentar aprovechar todo ese impulso. Mis padres eran muy conocidos en el pueblo, ya que mis abuelos tenían una churrería que pasó a mis padres… Un entorno muy de pueblo pero muy musical.

Su padre era músico también...

-Si. Tocaba la trompeta, aunque no como trabajo principal. Hacía un montón de bolos con orquestas pero luego la dejó un poco de lado y pasó a estar más en el coro y rondalla donde cantaba de bajo, mi madre como mezzo y mi hermana como soprano. Pero desde chiquitita siempre me han inculcado el gusto por la música y desarrollar el oído.

Es curioso que en localidades tan pequeñas de la Ribera como Villafranca, Valtierra o Fitero tenga tanto peso la música...

-Toda familia tiene alguien en su entorno que canta, toca un instrumento o está en la banda. La gente se involucra mucho y mantiene la llama viva de esa parte cultural. Parece que por ser pueblos pequeños la gente no se vuelca pero es al contrario, se vuelcan todavía más.

Viniendo de una familia de trompeta y de cantantes, ¿porque eligió el piano?

-Recuerdo una conversación con mi padre, al empezar, que me dijo ‘es mejor que cojas un instrumento polifónico para que entiendas bien la armonía y dudé entre la guitarra o el piano. Con el piano veía que podía ser un instrumento en el que yo me hiciera mis propios acompañamientos. Hice algo de percusión y de trompeta, pero me iba más el piano.

“Cuando me dijeron la nominación al Príncipe de Viana fue una sorpresa y una responsabilidad enorme”

Vanessa Garde - Música y compositora de bandas sonoras

¿Cuando decidió que su vida profesional iba a ser la música?

-Siempre tuve claro que la música iba a ser una parte de mi vida. A los 18 pensé hacer una ingeniería en Telecomunicaciones, me gustan las matemáticas, pero si iba a la Universidad no podría enfocarme a la parte musical. Lo hablé con mis padres, profesores y el director del coro de Villafranca y me dijeron que si tenía un don igual debía dedicarme a la música. Hice varias pruebas. La más difícil era la de Madrid, quería estudiar música española para piano, a Falla y Albéniz y el mejor estaba en Madrid. Hice las pruebas y me cogieron.

¿Y el paso a crear bandas sonoras?

-Eso fue posterior. Estuve 5 años en Madrid. Hice grado superior en piano clásico, pedagogía de piano para dar clase en conservatorios y ciencias de la música, eso on line en Logroño. En esos 5 años exploré muchos campos y me di cuenta que el piano es un instrumento muy solitario. Estudiaba 8 horas sola en una sala, y había otras músicas como la latina, el jazz que me abrían la mente y me hacían desconectar. Empecé a tener otros intereses y me dijeron que había un curso de bandas sonoras y me apunté. Entonces vi cómo se me aparecía la vocación. Había una carrera que podía hacer que unía todos mis intereses: el cine, en mi casa somos muy cinéfilos, la parte de tecnología musical (me encantan los ordenadores) y la composición y creación musical, contando una historia que hubiera escrito yo. Era el coctel perfecto. Miré irme a Berklee, una universidad muy potente de jazz, y también tenían un programa muy bueno de composición para audiovisual. Me pareció que era una buena opción, me preparé un poco rápido la audición y los exámenes de entrada y me cogieron. El Gobierno me becó y también la propia universidad. Era carísima y fue un esfuerzo máximo de mi familia pero me tiré a la piscina y me fui. Estuve tres años en Boston y al acabar me fui a Los Ángeles dos años y luego me volví a España porque la misma universidadad de Berklee abrió un campus en Valencia y me llevaron para dar clase y llevar la tecnología musical. Estuve cinco años y medio y después de ese tiempo me di cuenta que no me daba la vida y que mi vocación era componer para películas y series y el día tiene las horas que tiene. Había trabajado en 50 películas con otros compositores y pensé que el siguiente paso era dejar la docencia y dedicarme a componer. De esto hace 6 años, pero en activo llevo ya 13 años trabajando en música para imagen.

Vanessa Garde en un estudio trabajando para crear bandas sonoras Cedida

¿Cómo es el proceso de componer la banda sonora?

-Hay dos variantes. No es una norma. A veces nos pasan el guión, lo leemos y puedes esbozar algunas ideas, pero como libro de trabajo no como resultado final, porque tenemos que tener muy en cuenta las sincronías de cuando nos llega el vídeo. Una opción es tirar ideas con el guión si el tiempo lo permite, porque la llamada del teléfono suele llegar tarde cuando tienen un montaje muy avanzado. Entonces lo que hacemos es ver un primer corte de la peli y compones ya sobre película. Pero en algunas ocasiones nos adelantan el guión, a mi eso me gusta más por tener una idea previa, pero la idea final te llega mucho por la percepción del color, movimientos de cámaras o cómo está estructurada la historia para apoyarla con la música… En ese caso la peli ya está montada y nos ponemos a trabajar en fase de postproducción.

Ha dicho que lleva 13 años produciendo bandas sonoras, poco tiempo para la cantidad de películas y series en las que ha trabajado.

-Yo me asusto cuando abro la página web y están todas juntas. Soy bastante efectiva, cuando me pongo a trabajar no paro e intento sacar mucha música adelante al día, aunque no te das cuenta. Nos piden componer mucha música en muy poco tiempo. De los más de 80 proyectos que llevo unos 50 han sido de la mano de otro compositor que ha sido como escuela y tener mis mentores. Nombres como Alberto Iglesias, Roque Baños o Lucio Godoy, realmente muy importantes en la industria musical de España. De fuera David Newman, Joey Newman, Federico Jusid o la empresa de Hans Zimmer. Son perfiles muy top y que tienen las cosas muy claras. Me sirvió de base para saber cómo organizarme y ser resolutiva. Muchas veces quieren que hagas las cosas fáciles y des soluciones. Quizás es poco tiempo para tanto proyecto pero intento ser más efectiva y tener un equipo de trabajo que me ayude en tareas como la preparación de partituras, las mezclas… un montón de labores de mi día a día y conocen muy bien mi forma de trabajar. Muchos han sido alumnos míos y me conocen muy bien.

Méndez Leite dijo que las plataformas han hecho que hubiera paro cero en la parte técnica del cine, ¿se nota en la música?

-Hay mucho movimiento y las plataformas han venido fuertes y se han dado cuenta del talento que hay en España. Nos daba la sensación de que las producciones de Estados Unidos eran las buenas y las locales no. Se ha profesionalizado mucho y se han dado cuenta que hay mucho talento y muchas historias que contar. La demanda sigue creciendo y la gente que conozco no para. La necesidad de talento profesional y de gente es real. Es muy bonito ver que hay tantos profesionales que están tan demandados, que se crea tanto contenido y se exporta de cara afuera. Por ejemplo La casa de papel pasó un poco más desapercibida al estrenarse en España pero al pasar a Netflix no esperaban el boom que tuvo, ahora con 30 monedas Hay un boom de exportar producciones nacionales y de que tengan más apoyo económico.

“Tengo suerte de tener una familia y amigos encantadores y una pareja increíble que me ponen los pies en la tierra”

Vanessa Garde - Música y compositora de bandas sonoras

¿Acude al cine para ver las películas y las reacciones del público ante su música?

-Acudo a preestrenos y cuando me invitan, más que nada para socializar también y de disfrutar con el equipo. Muchas veces no veo el resultado final hasta que no se estrena, cuando entrego músicas luego hay un proceso de mezclas finales, diálogos, efectos visuales… para mi ir al cine es un poco como una celebración. Soy muy cuidadosa con las redes y muchas veces no pongo que hecho un proyecto hasta que no se estrena y es cuando lo disfruto. Estuve en el estreno de un documental precioso y me gustó mucho ir porque luego pasaron un micro y hubo una reflexión sobre la película y eso es muy bonito; ver qué se ha transmitido, qué les ha llegado. Deja un poso emocional de las reacciones. Esa parte del proceso es muy bonita.

¿Cómo explicaría la importancia de una BSO en una película? en ocasiones es tan importante como el guión….

-¿Cómo explicas sin palabras que una persona está muy agobiada? Musicalmente lo podemos expresar, ¿o cómo explicas que hay un peligro con una cámara estática que no da mucha información? Hay mucho en lenguaje subliminal que no es percibible de forma tangible, pero que está ahí. Es otra capa psicológica dentro de la historia. Nos ayuda también a ponernos en un contexto histórico, a enfatizar… se puede usar de muchas formas y nos ayuda a entender la estructura. Como hacía Wagner, cada personaje puede tener su melodía, su sonoridad cada vez que aparece. Al final contamos también historias aunque no sea tan perceptible como una línea de diálogo pero acompaña toda la experiencia y si lo quitas pierdes gran parte de la información. Si pensamos un poco lo que recibimos de forma auditiva en una película es diálogo, efectos y música. La música es el 33% y si la perdemos se queda cojo.

¿Qué supuso para usted la nominación al premio Príncipe de Viana?

-Un sorpresón. No me lo esperaba para nada, porque además todos los premiados eran gente con mucha trayectoria que han hecho mucho por la parte cultural de Navarra y por ser excelentes en sus materias. Cuando me lo comunicaron fue una sorpresa enorme y también una responsabilidad, al decir ‘lo que estoy haciendo puede ayudar a que la vida cultural llegue a otro público’ o que la gente más joven piense que me gustaría dedicarme a la música, que vean este recorrido como una salida profesional también. A veces solo se ve que los músicos solo pueden interpretar o ser profesores y hay mucho más.

¿Y el premio Berlanga que recibirá?

-Supone muchos ánimos para seguir trabajando en esto. A veces pierdo la noción. Trabajo muchísimas horas, me levanto muy temprano, hay días que son eternos estando todo el día en el estudio componiendo. La parte de reconocimiento dentro de la propia profesión es una alegría enorme, ya que son los profesionales del cine los que votan. Que otros compañeros valoren tu trabajo, le den visibilidad y digan que merece la pena que esa música esté en ese proyecto, es impresionante. Es una apuesta por el talento relativamente joven y femenino. Hay muy pocas mujeres compositoras que podamos tener como referentes. Teresa Catalán, por supuesto, pero dentro del cine muchas menos. Es decir ‘lo que estas haciendo merece la pena’ y que puedes seguir tirando por ese camino y vas a recibir nuevos proyectos que te exijan a ti misma. Es un ‘no te rindas’ pero también ‘no te confíes e intenta dar lo mejor de ti para el siguiente proyecto’. Kepler Sexto B, habla de una persona mayor que sufre demencia, una niña con maltratos… temas muy delicados y desde el punto de vista musical no es fácil. No era un proyecto fácil y cuando lo valoran así dices ‘igual no estas haciendo las cosas mal’ y merece la pena contar historias que merezca la pena ser contadas.

“Que fuera tan sonado que dirigiera La Pamplonesa significa que queda aún por hacer mucha labor”

Vanessa Garde - Música y compositora de bandas sonoras

¿Es muy solitario el trabajo de compositora?

-Si. Muy solitario. La parte más social es cuando salgo a las grabaciones con músicos o con la orquesta y la banda sonora cobra vida o cuando doy clases o mentorías, donde aprovecho para despejar la cabeza. Aparte tengo mucha suerte de tener una familia encantadora, unos amigos encantadores y una pareja increíble que me hacen estar en contacto con lo que tengo que estar en contacto porque si no la profesión puede ser muy absorvente y es crucial tener gente que me mantenga haciendo cosas que hace la gente normal porque si no podría ser incluso enfermizo.

Te ponen los pies en el suelo...

-Si, perdemos la perspectiva y pensamos que nos va la vida en el trabajo. En estas carreras creativas crees que tienes que dar todo y te hace perder la perspectiva. Mi entorno me ayuda a recordarme que tengo que disfrutar y necesitamos un equilibro de los dos mundos.

Cuando dirigió a la Pamplonesa fue un boom, al ser la primera mujer que la dirigía, ¿no es triste que eso siga siendo noticia? ¿evidencia lo lento que va el cambio social?

-Si. Sin duda. Mucho hemos tardado hasta que han dado la oportunidad de que se pudiera dirigir la Pamplonesa. Están haciendo muy buena labor con intenta paliar la falta de directoras y creativas del pasado. No hay muchas referencias. Están empezando a abrir la veda para que más mujeres tengan una oportunidad. En el cine también se ha incentivado mucho, este año hay récord de nominaciones, con más mujeres que nunca. Hay ayudas económicas que están dando para dar más oportunidad y poco a poco ha hecho que en el cine se buscara debajo de las piedras compositoras para dar una oportunidad. Yo me pude aprovechar de esa corriente. ¿Quizás en el mundo clásico hay mucho que andar? Yo creo que sí. Sólo que fuera noticia y fuera tan sonado igual significa que es que hay que hacer mucha labor y que se ha de normalizar más para que por todas las partes demos más oportunidades y tengamos en cuenta que ese talento femenino debería tener las mismas oportunidades siempre que el masculino.