Reconoce Carlos Anaut Abadía que no estaba en su afán ser alcalde de Isaba en esta legislatura, porque si así hubiera sido, habrían formado lista para las elecciones de mayo. Añade que ni siquiera pensó que llegaría a ser alcalde en funciones, cargo que ha desempeñado los tres últimos años de la pasada en la que sustituyó por enfermedad al alcalde David Baines.

El hecho de que nadie se haya lanzado en estos meses y la aparición de otra lista, Escaños Vacíos, aumentó su sentido de la responsabilidad, razón de su permanencia, apunta.

“Me hubiera ido a gusto, pero cuesta mucho conseguir gente que se quiera implicar en el Ayuntamiento y todavía más, para ocupar los primeros puestos. Yo me animé hace cuatro años porque había una persona con ganas e ilusión, pero el destino truncó sus planes y a mí me colocó al frente. Esperaba tener relevo para estas elecciones, pero no ha sido así” lamenta. Este hecho y la amenaza de la posible presencia de partidos de fuera, han sido determinantes en su decisión.

Renovación y buen equipo

Con Anaut repite el edil Aitor Pérez y el resto de la candidatura se renueva y cuenta con la juventud. La forman Carlos Anaut Abadía (70 años) Aitor Pérez (45), Pedro Pilart (54). Karin Hubner(62) , Nacho Garcés (28) Javier Tapia (48) y Sertigo Ureña (28). “Estamos contentos. Conseguir siete candidatos y tres reservas no es fácil. En total, nos lanzamos diez personas. La administración del pueblo requiere dedicación para que todo funcione. Es como una casa: alguien tiene que administrarla. Quien sabe administrar una casa, sabe administrar un pueblo. “Sentido común, recursos, ilusión y ganas” son los ingredientes. Capacidad se tiene y experiencia se consigue”, asevera.

Asegura Anaut que cuatro años son pocos para sacar adelante los grandes proyectos, “que no es el caso de Isaba”. Pero admite que la localidad tiene el camping en proceso de nueva adjudicación , la central eléctrica propia y la piscina. “Para que todo siga funcionando, hay que dedicarle tiempo y ocuparse de su mantenimiento” asevera. Por lo demás, los retos del nuevo Ayuntamiento son viejos: conseguir vivienda y frenar la despoblación. “Hace falta vocación para vivir en los pueblos”, afirma convencido.

Entiende la responsabilidad compartida y se apoya en un buen equipo que es para él “fundamental”. Vecinos que aportan en la comisión de la central, por ejemplo, o en otras comisiones, aunque el Ayuntamiento tome las decisiones.

Dispuesto a seguir trabajando, le gustaría no tener que tirar del carro. “Esto le corresponde a la juventud. Hay que empezar implicándose en los grupos de apoyo y así el salto es más fácil”, argumenta.

A su juicio trabajar y amoldarse a los recursos existentes y luchar por ellos con la ayuda de la Administración, es “la fórmula de futuro para el Pirineo”.