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Lantz ajusticia a Miel Otxin y cierra su carnaval

La quema del malhechor, celebrada con un zortziko alrededor del fuego, despide tres días de festejos en los que se involucra el pueblo entero

Los restos del malvado Miel Otxin arden en mitad de la plaza y el pueblo lo celebra bailando un zortziko.Unai Beroiz

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Cuatro disparos dieron muerte a Miel Otxin pasadas las 20.30 horas. El suceso, lejos de consternar a la vecindad, fue celebrado por todo lo alto. Un ejército de txatxus molió a palos al bandido en cuanto tocó suelo. Y el pueblo bailó un zortziko alrededor de sus restos en llamas. Había sed de justicia. Una vez saciada, terminó el carnaval rural más representativo de Navarra. Hasta el año que viene, cuando txatxus a la carrera, herreros, Ziripot, Zaldiko y el malvado más famoso volverán a alborotar Lantz.

Txatxus alborotando las calles de Lantz.

Esta fiesta involucra al pueblo entero. Como con el auzolan de víspera para dejar las calles impolutas. O el trabajo de los mayordomos, que meses antes recogen el helecho con el que engordará Ziripot. En casa Sindornia se enciende el fuego de los herreros, en Arozenea y Karakotxea colocan yunques para el herraje de Zaldiko... todos tienen tarea y la tradición salta de una a otra generación.

Mari Carmen, con dos de sus tres hijos (Luis y José Mari) preparó leche frita en la ronda por casas previa a la kalejira.

El gorro de Miel Otxin lleva el sello de casa Matxikonea. Vitoria Eugui recibió el encargo de recuperarlo en los años 40 tras la prohibición, en base al recuerdo de los mayores del pueblo. “Ella con el tiempo fue imaginándose cómo podía ser más bonito, le puso papeles y empezó a moldearlos. Le puso su sello y es lo que tenemos ahora. Ella me enseñó a mí, y he cogido el relevo”, cuenta su sobrino Juanma Eugui, orgulloso de mantener en casa esta tradición en forma de cono, hecha de cartón y papel de seda. Por su parte la alcaldesa Isabel Baleztena relevó hace tres lustros a Bernardina como modista de Miel Otxin, que viste blusa y pantalón. “Me doy el gusto de hacerlo. No es un trabajo, es un disfrute”, dice.

Isabel Baleztena y Juanma Eugui, responsables de ‘poner guapo’ al bandido Miel Otxin.

La Posada sirve de centro de reunión y allí los vecinos comparten su fiesta con los de fuera: “Nos gusta que puedan sentir lo que vivimos aquí, que para nosotros es mucho”, defiende la alcaldesa. Porque “carnaval es Lantz”.

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Carnaval de Lantz: Txatxus, herreros, Ziripot y Zaldiko acompañan a Miel Otxin a la plaza, donde será ajusticiadoMikel Bernués