El 24 de marzo de 1924, más de un centenar de aficionados a la caza se dieron cita en el salón de actos del Ayuntamiento de Tafalla para ver cómo se constituía la Asociación de Cazadores de Tafalla, que nació con más de cien socios y una junta directiva presidida por Francisco Porta. Entre los fundadores de esta organización, la tercera más antigua de la ciudad del Cidacos (por detrás de la Hermandad de los Doce y la Banda Municipal de Música), se encontraba el bisabuelo de Javier Baztán Esquíroz, el presidente que, en estos últimos seis años, ha contribuido a que los cazadores tafalleses se involucren en el cuidado del medioambiente que los rodea.

Cazar es, de hecho, solo una parte de las funciones que realiza este colectivo, que cuenta actualmente con 210 socios. Además de controlar las poblaciones de numerosas especies en sus 10.000 hectáreas de terreno, llevan a cabo repoblaciones de árboles (junto con, por ejemplo, alumnos de colegios del municipio o empleados de Tasubinsa), desbroces, conteos, labores para la prevención de daños del conejo y el jabalí, limpiezas, recuperaciones de balsas, siembras para la fauna, trabajos en favor de aves en peligro de extinción como la avutarda… Y su proyecto más importante: adecuar el Monte Plano, que es el pulmón de la Zona Media y que cuenta con más de 330 hectáreas de encino y chaparro, desbrozando y limpiando 60 hectáreas todos los años. En el 2025, acometerán la última, tras lo que ya tienen previsto adquirir un tractor y una picadora, con el objetivo de mantener y hacer los repasos, ya que los rebrotes salen con mucha fuerza.

Así lo cuenta Baztán, que se felicita por, por un lado, mantener alto el número de socios en un momento en el que la caza sufre un problema de relevo generacional; y, por otro, seguir con todas esas actividades en favor de la naturaleza. “Si no se hiciera nada, yo ya habría dejado el cargo, porque me gusta mucho hacer cosas. Lo que nadie hace, yo lo intento, ya que soy una persona muy activa. Además, tenemos una junta muy involucrada y trabajadora”, explica, al tiempo que apunta que, en el cuidado del Monte Plano, había mucho trabajo por hacer. “Hace tiempo que ya nadie adecua los montes, y nosotros cuando entramos en la junta nos propusimos limpiarlo, porque así hay menos peligro para los paseantes, que lo pueden aprovechar más para hacer senderismo. También instalamos cortafuegos, que ayudan a evitar la propagación de incendios, si se llegaran a producir”, afirma.

Todos esos cometidos que emprenden en los hábitats que rodean a Tafalla han mejorado la imagen del colectivo entre muchos de sus vecinos, que comprueban el esfuerzo que dedican a trabajar por la correcta evolución del medioambiente. “Siempre hay personas a las que les gusta cómo está ahora el monte, hasta que se enteran de que esos trabajos los hemos hecho los cazadores. O que protestan porque recibimos subvenciones para poder acometer esas labores. Pero quizá no saben que tenemos un convenio o arrendamiento firmado a diez años con el Ayuntamiento de Tafalla, por el que todos los años contribuimos con fondos a las arcas municipales”, aclara.

Precisamente, ese convenio –firmado antes de que Baztán fuera presidente– es uno de los asuntos que la asociación quiere abordar el próximo año. “Hemos de sentarnos con el consistorio y poner las cosas claras, porque no puede ser que nosotros estemos haciendo muchísimos esfuerzos por el entorno y afrontando la problemática de los daños en la agricultura, y tengamos, además, que pagar. Somos la única asociación de Tafalla que paga por salir al campo a solucionar los problemas que crean las especies como el conejo y el jabalí”, manifiesta.

La coyuntura que se vive con el conejo es una situación que, en algunos enclaves de la Zona Media, está replicando lo que acontece en la Ribera desde hace años, con plagas de conejos que obligan a los cazadores a un esfuerzo constante por tratar de controlar sus poblaciones. “El número de conejos se está incrementando mucho, debido a las obras de infraestructuras como la autopista, el tren de alta velocidad o el canal”, describe. Hace unos años, se cazaba el conejo en un 30% del acotado, mientras que ahora ya se sitúa en el 70%. “Con autorizaciones excepcionales y con la caza con hurones en los lugares donde se ha convertido en plaga, lo estamos controlando, de momento. Los socios más mayores ya nos dicen que nunca habían conocido algo así”, indica.

Más allá de esta situación, Baztán muestra su alegría por haber llegado a los cien años. La celebración arrancó en el mes de febrero, con una exposición de un centenar de imágenes de todos esos años. Durante todo el mes, y gracias a la colaboración de uno de los socios, Ángel Ibáñez Torres, el Centro Cultural de Tafalla se convirtió en el escenario de la evolución de la caza. “En las fotos se pueden ver cosas sorprendentes, como un cura de Escolapios que era cazador, o cómo salían al monte con sombreros de safari… La caza siempre ha sido en esta zona una actividad de cuadrillas, pero antes era más social y tenía mucho más peso. El presidente de la sociedad de cazadores podía llegar a ser más importante que el alcalde de un pueblo”, bromea Baztán.

Ya en este mes de marzo, el pasado día 9 se organizó el Día de la Caza, con una jornada en el coto de la Valdorba y una comida de hermandad. El sábado siguiente, los actos prosiguieron con un torneo de tiro al plato, que fue todo un éxito, ya que contócon muchas personas de muchos pueblos vecinos, para llegar a la fiesta principal, que tuvo lugar este sábado por toda la ciudad. El día comenzó con el reparto de pañuelos conmemorativos del centenario en la fuente de la plaza de Navarra, tras lo que los socios se juntaron para fotografiarse y tener así un recuerdo de una efeméride tan importante. Después, la TxarangaBerriak amenizó un recorrido por los bares de la localidad, antes de que llegara la comida en el restaurante El Olivar. Ya por la tarde, se realizó un sorteo de viajes, una comida, artículos y regalos donados por Armería Caza y Pesca Tafalla, para continuar con otra ronda por los bares y una fiesta final en la Sala Informal, con baile, aperitivo y un concierto del mariachi Chuchín Ibáñez.

“Estamos muy contentos de haber llegado a los cien años y de haberlo podido compartir con todos los tafalleses”, comenta Baztán. Para este vecino de la ciudad del Cidacos, de 44 años, que entró en la asociación a los 18 y que, además de los últimos seis años como presidente, ya trabajó ocho de secretario, lo más importante es continuar con la caza del día a día y con todos los proyectos que lleva a cabo en la zona. “Mantenernos ya es un logro, porque la Administración nos está presionando mucho con las leyes animalistas, que no tienen en cuenta la realidad de la actividad cinegética ni las particularidades de las regiones rurales. Es algo que vemos con mucha preocupación y en lo que tendremos también que enfocarnos”, concluye.

Cien años de vida

Primera junta directiva. La asociación nació con la presidencia de Francisco Porta. Como vicepresidente, estuvo Francisco Ruiz; como secretario, David Jaime; y como contador-tesorero, Félix Goñi. Completaron la junta los vocales Serafín Esquíroz, Generoso García, Vicente Zaratiegui y Patricio Larrasoaña.

Junta directiva actual: El presidente es Javier Baztán; el secretario, Jesús Sola; el vicepresidente, Miquel Irañeta; el tesorero, Juan Antonio Navarro; y los vocales, Juan Delgado y José Ignacio Bueno.

Competiciones deportivas. Durante los últimos años, en el coto se están celebrando pruebas de San Humberto y competiciones nacionales de perros de rastro.