La pequeña localidad valdorbesa de Unzué cuenta, desde el pasado martes 14 de mayo, con una nueva depuradora “más completa y compleja técnicamente” que la fosa séptica que el municipio venía utilizando hasta la presentación del proyecto en 2021, para el tratamiento del agua residual. “Esta nueva depuradora garantiza un tratamiento exhaustivo del agua residual, además de preservar cualquier posible filtración a importantes acuíferos de la zona, como el arroyo de Artusia, afluente del arroyo Azpuru, que a su vez desemboca en el río Cidacos, uno de los cauces más sensibles medioambientalmente de Navarra”, explicaba Fernando Mendoza, gerente de NILSA (Navarra de Infraestructuras Locales, S.A), entidad impulsora de la nueva depuradora, durante la presentación de la misma. En el acto también participaron, entre otros, el Director General de Administración Local, Jesús María Rodríguez y el alcalde de Unzué, Iker Echeverría.

“Inicialmente, el proyecto contempló aprovechar la fosa existente, pero una vez vaciada para su supervisión, se comprobó que se encontraba deteriorada, por lo que se decidió cambiarla por un tanque Imhoff”, explicaba Mendoza durante la visita guiada a las instalaciones. Finalmente, la instalación se ha ubicado en la ribera izquierda del Artusia, en el mismo lugar en el que estaba la fosa séptica anterior, y la cual tiene una capacidad de depuración para 310 habitantes equivalentes. “Hasta aquí llegan dos emisarios de aguas residuales: el que proviene del Norte recoge el caudal de la parte alta de la localidad, mientras que el Sur hace lo propio con las de la parte a cota más baja. Estos colectores se han mantenido porque están en buen estado. Si bien es cierto que se ha modificado ligeramente la entrada de los colectores para instalar un nuevo tanque Imhoff, junto con un filtro, que distribuye el agua sobre un lecho de piedras con un sistema mecánico parecido a un balancín. Este lecho actúa como elemento limpiador y tiene como ventaja que no necesita energía eléctrica, por lo que el mantenimiento resulta más económico”, detallaba Mendoza.

Datos técnicos

El agua pasa por un humedal artificial que tiene una superficie de 129 metros cuadrados y 80 centímetros de profundidad. También dispone de un elemento que permite variar el nivel dentro del mismo, a voluntad del personal que gestiona la instalación y en función de las necesidades que vayan surgiendo.

Está previsto que el caudal medio diario sea de 0,60 litros por segundo, lo que equivale a 52 metros cúbicos diarios. El máximo admisible en la instalación es de 4,17 litros por segundo, a partir del cual el agua se desbordaría, “cuestión muy poco probable porque significaría que ha septuplicado el caudal habitual. Estas medidas se obtienen con los datos medios de los últimos años recogidos en la localidad”, mencionaba el gerente de Nilsa

En cuanto al mantenimiento por parte del personal de Nilsa, tiene lugar dos veces al mes y consiste en la vigilancia de los tanques para comprobar que no existen atascos ni vertidos ajenos, así como para supervisar los niveles de fango y flotantes acumulados. También realizan la retirada de los residuos y las malezas que hayan podido llegar, al mismo tiempo que llevan a cabo tareas generales de limpieza y jardinería. Por otro lado, las muestras de agua que se realizan en todas las instalaciones, con diferente periodicidad según el volumen y la contaminación del caudal que llega, son semestrales en el caso de Unzué. A través de este seguimiento se comprueba que la calidad del agua tratada es óptima y cumple toda la normativa de vertidos. La limpieza total de la instalación, con vaciado completo, es anual.

Finalmente, el coste del proyecto, que ha sido de 275.011 euros y se ha financiado con el canon de saneamiento, se enmarca en el Plan Director del Ciclo Integral de Agua de Uso Urbano 2019-2030, en el que todas las entidades locales tuvieron ocasión de tomar parte a través del proceso de participación pública para su elaboración.