Con la idea de revitalizar el txistu en Tudela, difundir su sonido y riqueza musical y que vuelva a las calles de donde nunca debió salir, un grupo de unas 20 personas se han puesto como objetivo dar a este instrumento una actividad constante que le devuelva la visibilidad. La Escuela de Txistu de Tudela-Tuterako Txistulariak es una asociación sin ánimo de lucro que existe desde hace 16 ó 17 años pero que busca ahora un nuevo empuje de la mano de personas que quieren llevar al instrumento de tres agujeros a unos terrenos que antes no habían pisado, al menos en lo que se refiere a la capital ribera.

Como explica uno de sus integrantes Carlos Conde, “con nuestro director Julio Vidorreta desde hace 3 ó 4 años decidimos hacer cosas diferentes viendo la dinámica en que se había sumido y que lo había relegado a poco más que encerrarlo en el pasacalles lo que le hacía estar destinado casi a su desaparición”.

De esa manera se adentraron en un mundo casi desconocido hasta ahora pero que hacía universal a este instrumento, uno de los más antiguos que se conocen en la historia del hombre y que nace de la flauta. “Vimos lo que había pasado en comunidades como Salamanca o Cantabria donde existió pero que se había ido relegando hasta su desaparición y quisimos luchar contra eso”. Su marginación, señalan, ha venido de la mano del crecimiento de otros instrumentos “más comerciales”. Por todo ello, desde la Escuela de Txistu de Tudela cuando ya acabó el confinamiento decidieron “incorporar nuevos instrumentos , recuperar obras”. Así los tudelanos pudieron ver en aquel año 2020 cuando ya pudimos salir de casa cómo grababan vídeos en palacios y lugares emblemáticos de Tudela y la Ribera donde interpretaban diversas obras, como hicieron en el palacio del Marqués de San Adrián, en la Biblioteca, en la Casa del Almirante, en el castillo de Cortes... “todo eso lo grabamos en vídeo y lo hemos donado para que quede el testimonio”.

En esta incorporación de nuevos instrumentos y nuevas músicas han añadido violines, fagot, chelo, cajón flamenco e incluso en alguna ocasión también han contado con la voz de una mezzosoprano. De toda esta gran cantidad de mezclas y puzzles sonoros han nacido recitales de bandas sonoras con txistu, músicas del mundo, pasodobles o incluso conciertos de música andina. “Cada rincón de Tudela es para nosotros cada semana el mejor de los escenarios”, dicen en sus redes sociales y, de hecho, no es difícil verles los domingos en la calle Herrerías, Yanguas y Miranda o junto al Mercado. “Hay que devolver la música a la calle y bajarla de los escenarios que le separan del público. Ha de estar al alcance de todos y al mismo nivel de la gente”.

Detrás de todo este trabajo altruista hay un claro objetivo, “queremos poner en valor el txistu que es uno de los instrumentos más antiguos en la historia de la humanidad junto con los de percusión. Dar un paso hacia la vanguardia musical y mostrarlo como lo que es un instrumento versátil”, indicó Conde.

Este colectivo ha abierto el abanico de sus participaciones y de hecho suele animar actividades de colectivos sociales y lugares donde antes era impensable oír un txistu, de tal manera que el pasado año 2023 llegaron a realizar 67 actuaciones distintas, es decir bastante más de un actuación por semana.

Dentro de sus nuevas actividades y la obsesión por saltar barreras y fronteras, han puesto en marcha este año un nuevo proyecto para llevar la música del txistu a los colegios y a los más pequeños. “Buscamos acercar las danzas a los colegios de la Ribera de acuerdo con los profesores de música y de psicomotricidad. Ellos preparan y enseñan antes algunas danzas tradicionales a sus alumnos y alumnas y nosotros vamos con la música”.

De esa forman pasan a ocupar “espacios que antes no queríamos ocupar, pero la música no es patrimonio de nadie, por eso lo mismo estamos en una inauguración que en un baile de gigantes como hemos hecho con la comparsa Perrinche, ¿por que no?”.

Gaita o txistu

La progresiva desaparición del txistu en muchos lugares y el auge de la gaita cuyo sonido se ha convertido en un emblema de cualquier fiesta en Navarra que, según uno de os integrantes de la Escuela de Txistu, Carlos Conde tiene su origen en cómo pedió buena imagen los tamborileros que tocaban en la corte para acabar mendigando en la calle.

“En cambio la gaita se instauró con mucha fuerza en el siglo XVIII por su potencia sonora, pero a mi juicio no tiene la versatilidad del txistu. Además la gaita necesita dos personas para acompañar con la percusión pero el txistu no, percusión y viento los consigue una sola persona. La gaita no se une tan fácil a la musicalidad de otros instrumentos al ser mayor su potencia sonora”.

El txistu es uno de los instrumentos históricos de la ciudad de Tudela, de hecho, hay imágenes desde el año 1900 de txistularis por la calle “hasta bien entrados los años 60 en todos los programas festivos aparecía siempre la imagen de una persona tocando el txistu, pero luego desapareció”.

Abiertos a cualquier in incorporación, la Escuela de Txistu abre sus puertas cada miércoles por la tarde en el edificio de El Molinar.