A la indumentaria roncalesa le faltaba un traje: el de la mujer alcaldesa. Era esta una asignatura pendiente de la Junta del Valle y de los colectivos que han trabajado por la recuperación de su vestimenta típica: asociaciones culturales Kurruskla (Isaba) Kukula (Burgui) y del equipo de trabajo de El Sabaiao de Isaba (espacio museográfico dedicado a la indumentaria). La asignatura ha quedado aprobada definitivamente tras la elaboración de los tres primeros trajes, dos de los cuales se presentaron ayer en Roncal, en la Casa del Valle.
Jone Alastuey García y Erika Ergueta Fernández están llamadas las primeras a vestirlos como alcaldesas de Uztarroz y Garde respectivamente. Los estrenarán el próximo día 13 de julio en la ceremonia del tributo de las Tres Vacas en el collado de Ernaz
Ayer se vistieron en El Sabaiao de Isaba, rodeadas de los modelos del resto de vestimentas típicas. Los trajes han sido confeccionados a medida por Ana Cecilia Ezquer Barace, de Isaba, con patrones de Carmen Medina, en raso adamascado. Se componen de: enagua blanca, camisa blanca, vestido negro de piezas (cuerpo, falda con sobrefalda adornados con ribetes rojos) un delantal y una mantilla negra con higas ribeteadas en rojo).
“Su diseño era todo un reto: aglutinar todo lo que ha sido en los últimos siglos la historia de la mujer y de la indumentaria femenina roncalesa”, explica Fernando Hualde, autor del diseño y de varias obras sobre la indumentaria del valle, conocedor e impulsor de su recuperación.
La idea
La iniciativa partió de la alcaldesa de Uztarroz, Jone Alastuey García que el pasado mes de marzo transmitió a Julio Beretens Tapia, miembro de junta de Kurruskla, la sugerencia de crear un traje específico para las mujeres alcaldesas, cada vez más presentes y comprometidas en la vida municipal de los pueblos. Consciente del vacío existente y teniendo en cuenta que cada 13 de julio los alcaldes o alcaldesas de cuatro de los siete pueblos del valle (Isaba, Garde, Urzainqui y Uztarroz) deben vestirla en la ceremonia del Tributo de las Tres Vacas, y que en el próximo serán dos mujeres, Jone y Erika, las que representen a Uztarroz y Garde.
Su petición no se hizo esperar. El 17 de abril el propio Beretens registró una propuesta en la Casa del Valle con el título: Indumentaria tradicional de alcaldesa roncalesa: una asignatura pendiente/ propuesta y razonamiento de vestido para las regidoras del Valle de Roncal, incluía el diseño y el presupuesto de los dos trajes. La propuesta se aceptó el 2 de mayo y dio luz verde al encargo de los dos primeros trajes con el objetivo de que estuvieran terminados para estrenarlos en el Tributo.
El tercero, en camino
Eran los dos primeros los que corrían prisa porque las ordenanzas del valle obligan a vestirse con el traje de regidores en la Piedra de San Martín. Desde el siglo XVIII la capa y la valona identifican en su forma de vestir a los alcaldes de los pueblos del Valle de Roncal que, cada 13 de julio, la usan en el Tributo y también en otros actos oficiales.
Las alcaldesas, María José Hualde, (1999) y Mari Carmen Fayanás (2012) ambas de Vidangoz representaron a sus pueblos en esta ceremonia con trajes femeninos de la indumentaria roncalesa. Igualmente, lo ha hecho Jone Alastuey, como alcaldesa de Uztarroz desde 2019. Los dos últimos años la alcaldesa adoptó una solución intermedia de capa más valona de alcalde varón sobre el traje de roncalesa.
“Ahora ya no tendré que pensar qué ponerme ese día. Los años anteriores fui incorporando elementos al traje de roncalesa, hasta que pedí la capa de alcalde”, recordaba ayer en Roncal. Así fue como la idea fue cogiendo intensidad. “Me estaba tocando vestirme a mí y no tenía con qué. Carecía de un traje que representara mi identidad de alcaldesa”, resumía.
Ayer se sentía satisfecha por haber logrado algo que sentía que le correspondía en igualdad con el cargo que desempeña y al mismo tiempo, abrumada por un protagonismo “que no he buscado”, recalcaba.
A su lado, Erika Ergueta aplaudía el paso dado. Como alcaldesa de Garde, participará por vez primera en el Tributo este 2024 y además, será la compañera femenina de Jone con uno de los nuevos trajes. Mostraba alegría: “Para mí es un orgullo representar a esta tierra y a esta zona rural como alcaldesa y haciendo honor a las tradiciones. Es rendir homenaje a la tradición asentada fuertemente que se demuestra en el Tributo de las Tres Vacas”, argumentaba. Añadía la alcaldesa de Garde que, a su juicio, “el reconocimiento está a la altura de los nuevos tiempos de igualdad en el trato. Siento que esta decisión se merece estar apoyada”.
La Junta ha encargado otra vestimenta para la tercera alcaldesa actualmente en el valle, Amparo Viñuales, de Roncal , si bien no urge porque esta villa no firma en el tratado del Tributo. La intención es realizar siete, uno para cada pueblo del valle.
No quedarse atrás
En la puesta en escena de ayer en Isaba y Roncal, Ana Rosa Ezquer Aznárez, presidenta de la Asociación Cultural Kurruskla de Isaba, se afanaba porque todo estuviera a punto. Ella ayudó a vestir a las dos protagonistas de la tarde y les acompañó a la Casa del Valle, donde se hizo la presentación pública.
“Hoy es el día en el que la evolución social ha querido que las mujeres ocupemos cargos públicos, incluso las alcaldias de nuestros pueblos, por ello hoy estamos aquí presentando un traje-vestido de alcaldesa roncalesa acorde, en su estética y en su historia, con lo que tradicionalmente ha sido nuestra indumentaria. Las mujeres roncalesas estamos haciendo historia con la creación de este nuevo traje. Desde Kurruskla y diversos colectivos que trabajamos por recuperar y dar a conocer la indumentaria roncalesa, hemos querido no quedarnos atrás y seguir dado impulso al ritmo vital que periódicamente vienen marcando las mujeres de este valle”, expresó.
En un discreto segundo plano, a Ana Cecilia Ezquer Barace le brotaba la emoción en la mirada. “Estoy muy contenta de haberlos confeccionado. Las mujeres alcaldesas ya tienen su traje. Ya no tendrán que preguntarse, ¿Y yo que me pongo?, como en su día la alcaldesa Maria José Hualde”.
Ana Cecilia no olvidó la labor de Carmen Medina y disculpó su ausencia. Sus patrones han sido la base de su trabajo, una labor que ha desarrollado prácticamente en un mes.
Ahora, tiene entre sus manos el tercer vestido y cose de manera más relajada.
“Tengo más de 70 años y tengo nietas. Me hace ilusión por ellas. ¿Quién sabe? Puede que algún día quieran vestirse con ellos y les guste decir: estos trajes los hizo mi abuela”.
