Baile de aromas y sabores en las Ferias de Tafalla
Alrededor de 70 équidos y cerca de 400 aves mantienen viva la esencia ganadera en el día grande de la feria
El sirimiri sabatino amainó para la mañana del domingo. “Más vale”, pensarían los feriantes mientras se preparaban para el segundo día de venta consecutivo. Y es que el sábado dejó un sabor de boca lacio en Tafalla, más bien aguado, debido al desagradable clima que a veces se apodera de las Ferias y que, en el seno otoñal de un año que ha batido records en precipitaciones, podemos aceptar que no nos pilla de sorpresa.
Unas ferias a remojo en Tafalla
Es lo que hay. La feria callejera siempre estará condicionada por el tiempo y, sobre todo, las precipitaciones. Por tanto, las ventas del sábado no fueron buenas, en general, ya que siempre hay excepciones como el puestico del Horno Artesano Ignacio J. Vidaurre, que durante todo el fin de semana tuvo delante una larga cola de golosos que querían hacerse con una bolsa de rosquillas. Llueva o truene no hay quien los aleje del ansiado dulce. Alicia, una de las artífices, estimaba que entre los dos días habían gastado unos 330 kilos de masa, un éxito.
SI EL SOL SALE, LA FERIA TAMBIÉN
El domingo a la mañana tocó bueno y quien se reservó de salir el víspera se echó a la calle cartera en mano. Pasado el mediodía, la Plaza de Navarra se encontraba a rebosar. Aromas de todo tipo correteaban entre el gentío mientras que los sabores de la tierra se adueñaban de los paladares. El olor a queso, dulces, vinagrillos o talos se mezclaban con el del hierro fundido de la muestra de forja tradicional.
A poca distancia, la Feria de Antigüedades situada en el frontón de Escolapios también registró buenas cifras de afluencia. Mobiliario, obras artesanales, vinilos, soldaditos de plomo o estampas de otra época buscaban una segunda oportunidad a manos de quien supiera apreciar su valor. Entre tanto, a eso de la 13:45, por la avenida principal que separaba las dos ferias transitaban amazonas y jinetes tafalleses con sus corceles, yeguas y trotones. Incluso un burro y un par de carruajes se unían a la comitiva que saludaba a la muchedumbre agolpada a orillas de la avenida
En la Placeta de las Pulgas el pinchadiscos local Chipotle Chichadélico alardeaba de su colección dotando al vermú de un regusto latino con sus cumbias, vallenatos e incluso alguna ranchera. Como si estuviera programado, al finalizar aquel comenzó a chispear, pero “el pescao ya estaba vendido”.
Alberto, del bar Nuevo Hostaf, aseguraba que la hostelería del centro estaba contenta y hacía buen balance del fin de semana. Maitane Fernández, concejala de Festejos del Ayuntamiento, también parecía satisfecha con las impresiones que la ciudadanía le transmitió. Nos contaba que 43 puestos se habían instalado en la plaza durante esta edición y que, pese a la lluvia, solo se suspendieron los conciertos que iban a celebrarse en el Pasadizo. Las demás actividades, aunque condicionadas, salieron adelante con éxito.
EL FERIAL, VIVO POR UN DÍA
Tras haber vivido aquella triste feria en febrero del pasado año donde una sola mula hizo acto de presencia, uno admite que es reconfortante llegar al recinto ferial y ver decenas de caballos. Alrededor de 70 cabezas de ganado protagonizaron la feria de ayer que, aunque tiene más de muestra que de feria, logró atraer a un gran número de curiosos manteniendo viva la tradición. Además de caballos, también se vieron asnos e incluso algunos bueyes.
Una feria caballar sin caballos en Tafalla
Los txikis fueron quienes más disfrutaron del evento, sobre todo de los paseos realizados por el Club Hípico Cristina Ullate donde su alumnado habitual guiaba a 6 ejemplares por una pequeña yincana. A lomo de estos, ataviados con cascos que no iban a escala con sus cuerpecitos, los muetes y muetas parecían perretxikos.
Por otra parte, en la nave norte un año más se celebró el IX Certamen Avícola- Ciudad de Tafalla y la octava edición del Campeonato Navarro de Euskal Oiloa. Miguel Ángel García, presidente de la asociación de criadores de razas aviares vascas EOALAK, aseguraba que este año se han visto buenos ejemplares. Unos 400 animales se dieron cita en el certamen, más de la mitad de ellos euskal oiloa. “Quizás el año que más”, indicaba Miguel Ángel. Además de gallos y gallinas hubo ocas, baserri untxia (conejo autóctono), palomas, patos y faisanes. Cabe destacar también la gran afluencia de público, sobre todo el domingo a la mañana.
El gran anfitrión del palmarés en la monográfica de Euskal Oiloa navarra de este año ha sido Gregorio Arrainza, de Puente La Reina. Ha ganado en todas las variedades salvo en la euskal antzara, donde se ha impuesto Víctor Rodrigo de Castejón.
El premio Ciudad de Tafalla ha estado más repartido. El mejor ejemplar ha sido un gallo euskal oiloa gorria del palenciano Ángel Sierra. En segundo lugar ha quedado una gallina euskal oiloa zilarra de Aitor Hernández, de Gasteiz. La mejor gallina extranjera ha sido una combatiente inglesa moderna de Víctor Rodrigo mientras que el mejor gallo de raza extranjera grande ha sido de Eduardo García de Logroño.
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