Han pasado y dado un salto, como ellos mismos dicen, de 0 a 3; y es que el grupo de teatro Halokestamos, de Falces, una entidad que va camino de cumplir 40 años, a pesar de sus idas y venidas ha resurgido este año después de que la pandemia lo dejara en barbecho. Este 2024, además de retomar el teatro y las representaciones en el colegio, también han vuelto a los escenarios los integrantes del colectivo joven, así como los mayores; “una muy buena noticia”, exponen. De hecho, si todo va conforme a lo previsto, el municipio disfrutará en 2025 de tres actuaciones; una en febrero, otra en mayo y, la última, en agosto.
Aunque en la localidad siempre había habido interés por el teatro, no es hasta 1987 cuando, de la mano de Merche Allo, empieza a tener cierta trascendencia. Con Francisco Soto como director, cuentan, “trabajamos con muchas ganas desde el principio”.
Unos 15 jóvenes de entre 13 y 18 años fueron los primeros en sumarse a esta aventura y, tras numerosos ensayos, en 1988 representaron El burgués gentil, de Molière, en la JARC, “un salón muy pequeño, como para 80 personas, pero con un público facilísimo”.
Después llegó Alesio, una comedia con la que comenzaron a salir fuera de Falces; una cita que recuerdan con cariño es el Certamen de Teatro Joven en el que participaban.
En 1993 se suben por primera vez al escenario de la casa de cultura y es ahí cuando consolidan el nombre oficial del grupo que hace referencia a una de las frases más manidas del director para volver a captar la atención de la gente que se dispersaba en los ensayos.
Una sólida base
El vivero del grupo, explica Soto, “es la escuela porque los de 2º de la ESO (los de 8º de EGB en su día), con la excusa de sacar dinero para el viaje de estudios, siempre montaban una obra y, algunos de ellos y ellas, luego seguían vinculados al teatro”.
Poco a poco fueron mejorando las prestaciones y haciendo obras más atractivas hasta que, hace justo 15 años, en 2009, nace el grupo Halokestamos joven. Aunque casi siempre han actuado por separado con obras como La dulce Casilda (2010), también ha habido años en los que se han juntado con el grupo de mayores y han hecho representaciones de gran calado; ahí están La Corte del Faraón para celebrar el 25º aniversario del grupo en 2012 y con 40 actores y actrices sobre el escenario del centro cívico que abrió sus puertas en 2008, El retablo del flautista (2013) o Nuestra Folía (2018).
En todas las actuaciones, afirma Soto, tenían la ayuda de Mª José San José, así como la de Electricidad Soto, Soto Sonido, Juanjo Iribarren, diseñador de decorados, y Mónica Sanz, Mª Jesús Andrés y Amor Vallés, en el apartado del vestuario.
El resurgir del grupo
La pandemia les obliga a bajar el telón y, lo cierto, es que después costó arrancar; “había que empezar de nuevo desde la base y fue complicado”.
En 2023 se empiezan a reunir de nuevo y este 2024 el grupo de jóvenes, junto con algunos de los y las alumnas que en mayo habían hecho su correspondiente obra en el colegio, representó El retorno de las maravillas.
“Ahora estamos en una dinámica positiva. De hecho, la idea es que los mayores salgan en febrero con Viva el Marqués, nuestro dueño, la obra que casi todos interpretaron en 1999 y que quieren recuperar. Esperamos que los chavales del colegio sigan y que con los jóvenes ensayemos en junio, en nuestra sala en el viejo hospital, cuando acabe el curso”.
De acuerdo con Soto, a pesar de los vaivenes, “es algo que merece la pena. Para empezar, porque esos actores ahora son amigos. Y, después, con los chavales ves la satisfacción al final, cuando te piden seguir. De hecho, en el caso de los adolescentes, trabajas para algo que no es inmediato, que es a lo que estamos ahora acostumbrados; les haces ver que el premio llega al final y que merece la pena el esfuerzo. Además, Halokestamos le aporta a Falces esa parte reflexiva porque, aunque siempre elegimos comedias, todas tienen un trasfondo y un espíritu crítico; es una forma de cultivar un público que va al teatro y que disfruta con la cultura”.
Para formar parte del grupo, “solo se pide un poco de formalidad, ganas y compromiso. Después, todos los hacemos lo mejor que podemos. Intentamos disfrutar, pero con disciplina. Además, la ayuda nunca nos ha faltado y, poco a poco, esperamos que los jóvenes también se responsabilicen de los pequeños con la esperanza de que cojan las riendas y de que haya cierto relevo”.
