Quince años después de que las máquinas demolieran el guardetxe de Aralar, el miércoles se presentó la nueva casa del guarda, un edificio construido bajo criterios de edificación sostenible y con madera certificada del propio monte. Se trata de una infraestructura que proporcionará equipamientos para la gestión y el trabajo forestal en este emblemático monte, así como de apoyo a la ganadería, según destacó el consejero de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, José Mari Aierdi. Con una inversión de 465.000 euros, se enmarca en los objetivos de la Agenda Forestal de Navarra de cara a facilitar la gestión diaria de los aprovechamientos forestales del monte Aralar, tanto de sus recursos de madera, como ganaderos o de uso turístico. 

Aierdi puso en valor que el nuevo guardetxe contribuye a demostrar la viabilidad de la utilización de madera como elemento estructural constructivo, fomentando el uso de un material renovable y generando, al mismo tiempo, economía local. Y es que el 80% de la madera utilizada proviene del propio monte, principalmente madera de alerce y pino silvestre procedente de repoblaciones. Así, la estructura es de madera con una envolvente de zinc. Para muros y vallados también se han empleado piedras y materiales de proximidad. 

Es un edificio autónomo, con calificación energética de nivel A tanto en cuanto a consumo de energía primaria no renovable, como en emisiones de dióxido de carbono. “Un ejemplo de la que la construcción de madera es una gran aliada en la creación de edificios energéticamente eficientes”, incidió Aierdi. Para la generación de electricidad cuenta con una instalación fotovoltaica y para el abastecimiento aprovecha las aguas pluviales recogidas en su cubierta y el excedente se destina a una pequeña balsa habilitada en las inmediaciones como punto de agua para la fauna en general y anfibios en particular, dado que constituyen uno de los elementos claves del ZEC Sierra de Aralar.

Con una superficie total construida de 156 metros cuadrados, de los cuales 113 son útiles, dispone de un espacio para atención al público, baño, cuarto del guarda, zona común y almacén en la planta baja, además de porche, y en la segunda otro almacén y cuarto de instalaciones. Las obras fueron adjudicadas a Erki Construcción Sostenible y Ensambla Madera. 

Zona común del interior del nuevo guardetxe. N.M.

Unión de Aralar, titular de los derechos de aprovechamiento

A la presentación también acudieron representantes de la Unión de Aralar, entidad tradicional titular de los derechos de aprovechamiento del Monte Aralar formada por 19 ayuntamientos y concejos. Su presidenta, Oihane Uribeetxebarria, subrayó que Aralar representa un modo de vida para las personas que viven en los pueblos. “Vemos el nuevo guardetxe como algo positivo. El antiguo era el corazón de Aralar, un punto de encuentro de ganaderos, visitantes y mendizales. Su demolición fue un mazazo”, recordó al tiempo que emplazó al departamento a “ponernos a trabajar con todos los agentes en un nuevo convenio para una visión integral. El último es de 2023, cuando todavía no era Zona de Especial de Conservación”. 

Asimismo, recordó que en 2018 se realizó un convenio marco de colaboración continua para la promoción del uso público sostenible en la ZEC Aralar entre Unión de Aralar, Agencia de Desarrollo de Sakana, Consorcio Turístico del Plazaola y Santuario de San Miguel de Aralar.

Aierdi, por su parte, mostró la voluntad del departamento de “sentarnos con los agentes económicos y sociales de la zona y ver que otras necesidades podríamos cubrir. Este proyecto pretende ser el primer paso en esa respuesta, dentro de Red Natura 2000, en la gestión del espacio público. Además de lo forestal y ganadero Aralar tiene otros usos de ocio y turismo que también hay que regular y atender en la medida que ha cambiado mucho la demandas de la sociedad”. 

Aierdi estuvo acompañado en la visita por la directora general de Medio Ambiente, Ana Bretaña y personal técnico del Servicio Forestal del Gobierno de Navarra y representantes de las empresas que han participado en la construcción del nuevo guardetxe.

 El monte Aralar cuenta con una superficie de 2.164 hectáreas, de las que algo más de la mitad son arboladas, principalmente hayedos, con una importante actividad en materia de aprovechamientos forestales. Al año se extraen entre 2.500 y 3.000 metros cúbicos de madera y leñas. También es importante la actividad ganadera, con más de 6.000 cabezas de ovino, 250 de vacuno y más de 800 de equino. Además, Aralar es una zona considerable afluencia de visitantes y de personas montañeras, así como un entorno de gran valor ambiental ubicado en la Red Natura 2000. 

El antiguo guardetxe de Aralar a mediados del pasado siglo. Cedida

El antiguo guardetxe se inauguró en 1910, dentro del primer Plan de Ordenación redactado en 1900 que llevaba consigo la presencia permanente de un guarda alojado en el Monte Aralar. El primero fue Miguel Zufiaurre, de Urdiain, y le siguió en el puesto su hijo José, hasta que se jubiló en 1980. Desde entonces, la familia siguió viviendo en la casa forestal, con las puertas abiertas a ganaderos y visitantes que tenían allí un lugar donde recoger recados y ser atendidos. Allí estuvieron hasta su demolición en 2008. El derribo fue al año siguiente, junto con el edificio que utilizaba Aralarko Elkartea. UPN, entonces en el gobierno, anunció un proyecto más amplio. Pero llegó la crisis.