“Me ha dado un vuelco la vida y es lo que siempre andaba buscando. Gracias a Amimet tengo un trabajo y unas expectativas de futuro”. Así de satisfecho se mostraba Jesús Jiménez que a sus 41 años, que ha encontrado trabajo después de 14 años en que “nadie me daba una oportunidad”. Este turiasonense es uno de los alumnos que se han formado en el nuevo proyecto de la Asociación de Personas con Discapacidad de la Ribera (Amimet), denominado Ribera Orienta Fustiñana, que trata de ofrecer inserción sociolaboral a personas con discapacidad física y mental para toda la comarca desde su sede de Fustiñana. Aunque se puso en marcha el pasado mes de mayo, se ha presentado este jueves y es tal la necesidad que hay de la formación e inserción que ofrecen que en solo 7 meses ya han cumplido los indicadores que se habían fijado para 12 meses, atendiendo a 33 personas y logrado un contrato para 12 de ellas.
“Iba a las ofertas y decían ya te llamarán, pero no había respuesta. En Amimet vine, me formaron durante un mes y comencé a trabajar. Estoy muy contento en mi puesto; el trabajo la te cambia la vida porque tienes unas obligaciones, un sueldo”, explicaba Jesús con una sonrisa. Hace 3 años pesaba 308 kilos y se sometió a una operación para perder peso “perdí 200 kilos en 3 años. Quería un cambio en mi vida, traté de buscar trabajo y los único que me tendieron la mano fue Amimet”.
Al frente de este nuevo proyecto se encuentran Nerea Mateo Sada y María José Pérez Moracho que coordinan la búsqueda de alumnos, de las necesidad de las empresas y de la formación que necesitan para cubrir las plazas requeridas. “Había un puesto específico en una empresa de control de accesos y no sabía de ordenadores ni nada”, recordaba María José Pérez, “ahora de no saber usar nada, me manejo en el ordenador perfectamente e incluso en la empresa me dan oportunidad para aprender otros puestos nuevos. Ha sido un cambio de la noche a la mañana”, anadía Jesús con orgullo.
El proyecto surge ante la evidencia que ve Amimet de que en Navarra hay una tasa de paro elevada en mujeres y personas con discapacidad y enfermedad mental, “la necesidad principal es la detección y ver qué necesitan esas personas”, aseguraba Nerea Mateo. De esa manera, el proyecto trata de solventar las dificultades que existen como la falta de recursos en las localidades de origen de los alumnos, los problemas con el transporte comarcal, el estigma social con la discapacidad (y especialmente con el de salud mental), la baja cualificación profesional de este colectivo y las “escasas oportunidades laborales y los períodos de desempleo a los que hacen frente cuando se están recuperando”. Para ello mantienen encuentros con empresas con el fin de ver sus necesidades y conociéndolas realizan cursos de formación e inserción laboral.
El proceso
Los pasos que se dan comienzan con una “intermediación con las empresas y a partir de ahí se puede hacer una cualificación general o más concreta y a la carta, según el puesto que necesita ocupar la empresa. Una vez iniciado el trabajo se hace seguimiento y apoyo una vez que comenzamos”, analizaba Mateo, “la atención es completamente individualizada. Cuando llega el alumno empezamos un proceso de orientación laboral, valoramos en qué punto está, sus necesidades y si es mejor tener citas espaciadas o cercanas, teniendo en cuenta que es esa persona la protagonista del proceso”, agregaba Pérez.
Esta inserción genera un sin fin de valores positivos en la persona que comienza a trabajar como la mejora en la calidad de vida, se sienten más útiles, adquisición de rutinas, “disminuye también el acceso a las atenciones en salud mental, hay una mejora de la persona e incuso un gran apoyo para las familias ya que ganan en autonomía, además de dejar de recibir ayudas y mejorar sus viviendas al tener ingresos”.
Ribera Orienta Fustiñana cuenta con un presupuesto de 570.000 euros, financiación por el Fondo Social Europeo y la Fundación La Caixa, que es quien se encarga del seguimiento del proyecto, del cumplimiento de los indicadores y de la elección de los proyectos. La duración del mismo es de 6 años y se espera que al final del mismo se hayan atendido a 115 hombres y 115 mujeres en situación de discapacidad e insertado en el mundo laboral a 63 hombres y 63 mujeres.
Uno de los problemas, también en este sector, es de la poca participación de mujeres ya que de las 33 atenciones realizadas desde mayo 8 son mujeres (17%) y 25 hombres (82%) y de las contratadas 12 son hombres y 2 mujeres, “es uno de los grandes retos que tenemos hasta 2029, equiparar ambas cifras y esforzarnos para tratar de salvar esta diferencia”, explicaba Pérez.
En la presentación, la directora de Amimet, Margarita Sánchez ha agradecido la disposición y ayuda del Ayuntamiento de Fustiñana para acoger el proyecto, mientras que el alcalde, Sergio Vitas ha destacado que “compartimos los valores de solidaridad, inclusión y compromiso con el bienestar de los vecinos. El empleo es una de las principales políticas sociales y Amimet es un faro para aquellos que más o necesitan y se enfrenta a grandes desafíos”.