En la calle Alfonso el Batallador (Mediavilla) de Sangüesa ya no se escuchan los característicos martillazos del Taller de Forja Juanto. Tras 40 años dedicándose a trabajar el hierro, Pedro Mancho se jubiló hace unos meses, lo que llevó al cierre del taller. Ahora, la Casa de Cultura acoge una exposición que recoge los trabajos y materiales de esas décadas que pasó junto a su suegro, Jesús Juanto, y su hijo, Jon Mancho Juanto.

David Maruri ha sido el encargado de recoger las vivencias y obras de los dos últimos artesanos forjadores de Sangüesa, Juanto y Mancho, en la última edición de la revista Zangotzarra.

En el centro de la sala se ubica el fuelle, el corazón de la fragua, encargado de avivar la llama para poder trabajar el hierro. A su alrededor se exponen los materiales con los que le daban forma: martillos, compás, yunque… Y también algunas obras como un banco, sillas, rejas, atriles, lámparas, entre otras. Maruri destacó algunas de las piezas que han recibido reconocimientos y premios en diferentes ferias y concursos. Por ejemplo, una silla que recibió el primer premio del Concurso de Diseños de Navarra en 1986 o un florero presentado en los Juegos Olímpicos de 1992 que también resultó ganador.

El taller nació en 1829 de la mano de Ma Juanto, que vino de Jaurrieta a Sangüesa, y ahí comenzó el legado de los Juanto y la forja, un oficio que se convirtió en uno de los más destacados de la ciudad, según afirmó Maruri.

Pedro Mancho comenzó a trabajar junto a su suegro en 1985, aunque anteriormente solía ir en sus ratos libres ya que “había estudiado un grado de Soldadura y me gustaba”, explicó. El artesano recuerda su primer trabajo, la barandilla del kiosko de “El Prau” (plaza de Los Fueros de Sangüesa), una de las numerosas piezas que se pueden encontrar en la localidad, todas ellas realizadas a mano, a la manera tradicional, según Mancho. En Sangüesa también se encuentran rejas, barandillas, atriles o carteles hechos por el taller.

Desde hace 13 años trabajaba en la forja junto a su hijo Jon, que al igual que él quiso darle continuidad al negocio familiar. Sin embargo, tras la reciente jubilación de Mancho tomaron la difícil decisión de cerrar el taller. Una vez finalice la exposición procederán a ordenar el taller: “Ahora quiero organizar el taller y tener expuestas las piezas y si alguien tiene interés en venir a verlo nosotros no nos cerramos a nada”, aseguró.

En el acto también participó el cantautor Jesus Aiesa e interpretó una canción que compuso tras conocer la noticia de la jubilación de Mancho. La exposición podrá visitarse hasta el 6 de enero en el horario habitual de la sala de exposiciones de la Casa de Cultura.