Querían ayudar, aportar su granito de arena aunque fuese desde la distancia; querían ser solidarios con los damnificados por la DANA en Valencia, pero no podían desplazarse hasta allí para participar, por ejemplo, en las labores de limpieza. Sin embargo, este impedimento, lejos de frenar a Raquel Fernández, peraltesa, y a Javier Martínez, funés, les hizo darle una vuelta a la situación y arrimar el hombro con lo que pueden y mejor saben hacer: arreglar bicicletas.
Y es que Javier, propietario de Mediano Bikes en Peralta, y su mujer hicieron un llamamiento para que la ciudadanía les llevase las bicicletas viejas o las que ya no utilizan para ponerlas a punto y mandarlas a las zonas más afectadas por el temporal. Este martes, de la mano de DYA Peralta, 38 de estos vehículos a dos ruedas irán directos a Massanassa.
Javier publicó un vídeo a mediodía a través de las redes sociales hace menos de 10 días y la respuesta ciudadana le abrumó, incluso se vio sobrepasado en primera instancia; “me ha sorprendido las ganas que tiene la gente de colaborar”.
“Algo teníamos que hacer”, cuenta Raquel. “No nos podíamos quedar de brazos cruzados, así que, dentro de nuestras posibilidades, está la reparación de bicicletas. Al principio pensábamos en aquellas personas adultas que han perdido sus coches y no pueden ir a trabajar o a la compra, pero al ver que nos traían también bicicletas infantiles caímos en la cuenta de que los txikis también las han perdido y no tienen con qué jugar”.
Esfuerzo y recompensa
Han sido, explica Javier, siete intensas jornadas trabajando unas 12 horas al día para poder dejarlas todas a punto. “Una llegó completamente nueva; solo tuve que lavarla y revisarla, pero el resto las he revisado, ajustado y renovado materiales como, por ejemplo, sirgas, cambios, cámaras, cubiertas, sillines o frenos. Se van que parecen nuevas; esperamos que les sirvan y les hagan labor”.
De las bicicletas entregadas, el 80% son mountain bikes, pero también hay de paseo y de críos. En cada bicicleta, además, han atado una carta que Raquel ha escrito a mano y en la que explican cuál es su intención: “Esperamos que os faciliten un poquito la situación. No estáis solos”.
De hecho, y aunque la idea era que esta acción fuese puntual, ahora no descartan seguir con ello. “Si nos van trayendo más bicicletas, y tengo cómo mandarlas, seguiré arreglándolas”, reitera Javier, al tiempo que apunta que “también se podría hacer con patines para los más pequeños que, de hecho, nosotros vamos a mandar uno, o incluso con carros de la compra; con cualquier cosa que necesiten y que podamos arreglar y enviar. Aquí estamos”.
Ahora, y a punto de llegar a destino, sienten que han arrimado el hombro y, reiteran, “con que solo uno de los 38 lea la carta o uno de ellos utilice la bicicleta, todo el trabajo habrá merecido la pena. Nosotros lo hemos hecho con muchísima ilusión”.
De pasión a profesión
Fue hace dos años y medio (en mayo hará tres) cuando Javier, alentado por Raquel, se lanzó a la aventura de montar su propio negocio de venta y reparación de bicicletas; Mediano Bikes. “Todo el mundo me conoce como Mediano, es un mote, así que no nos complicamos demasiado, aunque sí que pensamos en algún otro nombre”.
Él, mecánico y amante de la bicicleta desde hace años, trabajaba hasta entonces de mantenimiento en una fábrica. “Siempre arreglaba mi bicicleta y, además, las de mis amigos. Poco a poco fui viendo claro que tenía que montar algo, pero me daba mucho respeto”. Al final, y tras formarse en Barcelona, Madrid y Bilbao, se lanzó a la aventura.
“Decidimos que fuese en Peralta (en la calle Don Antonio Sagardía donde nunca antes había abierto sus puertas un negocio) por dos razones; porque por aquí pasa gente de todos los municipios de alrededor; es la localidad más grande, y porque ya teníamos el local”.
Emprender, cuenta, “fue complicado, y da miedo, pero la respuesta de la gente fue muy, muy buena y, a pesar de que siempre hay altibajos, estoy muy satisfecho y conforme con la decisión que tomé”.
La población “anda bastante en bicicleta por aquí, sobre todo por el monte” y, en cuanto a los trabajos más requeridos, “están desde un mantenimiento básico, pinchazos, suspensiones, cambios electrónicos, ajustes y rodamientos, hasta estudios biomecánicos, que viene un chico a hacerlos, y ahora, mucha electrónica, Además, con las bicicletas eléctricas hay todo un mundo por delante”.
Muy agradecido por el apoyo, está presente en Instagram (@medianobikes) y en Facebook (Mediano Bike; sin s porque no le deja añadirla, concluye a modo de anécdota).