Hace 46 años que empezó su andadura en Falces el grupo de Marionetas Pis-Pis, una entidad que ahora muestra parte de su historia, de sus creaciones y de su evolución en una sala de la rehabilitada casa museo. Con ganas de ampliar este espacio expositivo, y con la idea de que sirva como reclamo turístico y como puntal educativo, los componentes de la entidad echan la vista atrás y hablan de los cambios y los retos de la compañía. 

Fue gracias a la cesión de una caja con unas cabezas de muñecos de plástico por parte de las Hijas de la Caridad como todo empezó, cuentan Tere Alfaro, Mari José San José, Francis Soto, Toño Uharte, Carlos Amatriain y Luz Peña

“Con motivo del Día del Muete se hacían actividades durante todo el verano, así que en el 79 decidimos desempolvar las muñecas que teníamos y después de las vacas en el remolque de la placeta Maya (que después cambiaron por una estructura desmontable) hicimos la representación”. La primera obra, apuntan, fue El enano saltarín. “Éramos de la misma cuadrilla y era una forma de reunirnos; unos adaptábamos el cuento al guion, otros grababan, otros se encargaban de la música o de la parte artística, y después estaban los que representaban. Éramos autodidactas; nos mirábamos en el espejo e íbamos mejorando”.

En plena representación a finales de 1979

El siguiente paso fue crear sus propios muñecos; “ahora los vemos y dan mucha risa de lo rústicos que son”. De la mano de Tere, que es la artista y la que había hecho cursos de pintura y modelado, “al principio les poníamos vestidos a las cabezas, luego empezamos con la pasta de papel y después con la goma espuma. A todo ello hay que sumar la creación de los decorados, normalmente hechos de poliespán. Siempre hemos utilizado, eso sí, materiales reciclados; telas, hueveras o cartones”. 

Amplia producción

Con el paso de los años han llegado a confeccionar hasta 90 cuentos; “a veces hacíamos literatura juvenil e infantil, otras veces cuentos tradicionales, e incluso los hay escritos por nosotros como La defenestración de Falces, que será, con mucha diferencia, el más aburrido que hemos representado”, reían al recordarlo.

Marionetas Pis-Pis también salía de la localidad ribera en múltiples ocasiones, pero si un viaje lo recuerdan con anhelo ese es el que hicieron en 2010 a La Habana para actuar en el Teatro Nacional del Guiñol de Cuba; allí representaron Microcuentos y Las aventuras de Karraspio. “Fue una experiencia impresionante”.

Además, durante años también participaron en el arreglo de gigantes y cabezudos, así como en el de santos para la parroquia. “Nuestro interés nunca ha sido el económico, y eso es un valor que hay que destacar”.

Savia nueva

El grupo tuvo relevo generacional en los años 90; eran, sobre todo, hijos, sobrinos y amigos de los componentes del grupo. Y hoy en día, en lo que consideran ya la cuarta generación, sigue entrando gente; de hecho en 2024 lo hicieron tres jóvenes de 14 años a los que les enganchó el curso que hubo en el colegio. 

Aunque dejaron de crear cuentos en 2002, después siguieron con luz negra. “El pasado año nos centramos en la exposición. Y es que hasta ahora teníamos las marionetas en bolsas, en un sitio con mucha humedad. Esta no es una asociación al uso, no es algo que puedas ver en todos los municipios, por lo que creemos que puede tener mucho interés; es algo único en Navarra”.

Espacio expositivo

De momento han colocado 15 obras, “las que creemos que son las más vistosas, pero también podríamos traer los primeros muñecos o los cuentos más tradicionales. Nunca hemos hecho historias banales; la mitad de los que estamos aquí hemos sido educadores, así que todas tienen trasfondo y les dábamos la vuelta para que calaran”. 

'Don Quijote', uno de los cuentos que han decidido exponer

El reto que tienen ahora, más allá de perdurar, “es el de ampliar esta exposición; a lo mejor con las salas adyacentes que hay y traer lo que tenemos de luz negra. También hemos hablado de poner códigos QR para que la gente pueda leer o ver algún pequeño vídeo, y poner más focos para que quede todo más iluminado”.

La exposición se puede visitar mientras está la casa museo abierta “y también nos gustaría hacer una representación en enero o febrero de luz negra para que después la gente pueda subir y ver todo lo que tenemos. Con esta muestra hemos resurgido, nos ha servido para recordar vivencias y experiencias, y para ilusionarnos. Habrá que ver qué nos depara el futuro”.