Los protectores del medio ambiente
Xabier Petrirena Gortari ‘Petri’, de 41 años, es guarda de Medio Ambiente y actualmente es el coordinador de la demarcación de Bidasoa
El personal de Guarderío de Medio Ambiente tiene a su cargo la vigilancia, inspección, investigación y gestión de la fauna y flora silvestre de Navarra, la protección del medio fluvial y forestal, la protección y gestión de espacios protegidos, las vías pecuarias, y el control de la actividad de caza y pesca. Así mismo, participa en los programas de educación ambiental, realiza funciones de vigilancia y protección del patrimonio histórico y arqueológico ubicado en el medio natural y presta auxilio en caso de accidente y emergencia.
Basozainak-Guarderío de Medio Ambiente está compuesto por 138 personas distribuidas en 12 demarcaciones. De ellas, dos demarcaciones son transversales, es decir, abarcan todo el territorio de Navarra y son la Central de Medio Ambiente y la Demarcación Transversal, que engloba al GIAN (Grupo de Intervención en Altura de Navarra) y al GEA (Grupo de Ecosistemas Acuáticos). Una de esas demarcaciones es la de Bidasoa. Con sede en el parque natural de Bertiz, cuenta con 14 Guardas Forestales y ahí trabaja actualmente como coordinador Xabier Petrirena Gortari, Petri.
Natural de Donamaria (Malerreka), hace 41 años, desde niño le gustaba mucho la naturaleza. “Ya estaba vinculado a la naturaleza, el campo, sobre todo en aprovechamientos silvícolas y repoblaciones”. Estudió FP Medio y Superior en la Escuela Agroforestal de Villava y al terminar los estudios comenzó a trabajar con 24 años como Guarda Forestal en Roncal-Salazar. Tras pasar por Sakana-Ultzama y Leitza llegó hace siete años a Bertiz.
En la casa Balangodoa, en pleno Señorío de Bertiz (Oieregi), tiene Petri su oficina, con vistas espectaculares al bosque y al río Baztan-Bidasoa. Ahí coordina su trabajo, que abarca 82.026 hectáreas de terreno.
De su trabajo afirma que tiene cosas buenas y malas. Las buenas son que “conoces bien el territorio, sabes un poco la gestión de los usuarios, el trato es más cercano, ya te conocen sin presentarte”. Afirma con una sonrisa que “si nuestro trabajo fuera todo bueno, lo harían las ONG”, porque lo malo “siempre es que fracase un proyecto, que se queme una repoblación forestal donde los has cuidado 15 años y tienes que hacer borrón y cuenta nueva”. También es malo “cuando las especies protegidas no van para adelante, sino que van hacia atrás”. Además de los incendios, afirma también que “toca dentro cuando participas en la búsqueda de personas perdidas y termina mal”. También ponen denuncias: “tenemos que hacerlas, es una herramienta que tenemos, la gente nos los pide, pero a veces las denuncias hacen bien”.
Un incendio que recuerda bien es el que tuvo lugar en el Bidasoa en febrero de 2021. “Fue un incendio brutal” y su resolución aún le sorprendió más: “El fuego se inició en Endarlatsa, un lugar con mucho movimiento de cosas. Identificamos un punto de paso de inmigrantes, me encontré una zapatilla de niño, chaquetas de la cruz roja y las investigaciones de la Policía Foral identificaron a un francés que tenía antecedentes por tráfico de inmigrantes. Lo que quería era limpiar los caminos. Cada incendio tiene su razón”, dice.
Entre sus labores está también la vigilancia del río, y afirma que el Bidasoa “está bien. Tiene la suerte de que la industria se concentra en la parte baja del río. Siempre va haber vertidos, pero las cabeceras están limpias”. Es optimista con que se vuelva a pescar salmón del Bidasoa este año porque “los datos de los salmones que van remontando el Bidasoa van mejorando, pero ahora depende de los técnicos. Es una pesca muy bonita, exclusiva, respetuosa”. Y no se muestra preocupado con la aparición del lobo de Larun. “Creo que estará de paso, ese lobo no puedo estar tranquilo en ese monte que es el más masificado por el tren cremallera, las ventas, montañeros...”.
Entiende que existe cambio climático; “escuchando atentamente a las cosas que dicen nuestros ancianos, más que a los meteorólogos, hablas con la gente de los caseríos y te dicen, esto antes no pasaba, se recogía en otras fechas, ya hay flores de san Juan… esos datos identifican más que las gráficas”, y se muestra orgulloso de Bertiz, “un bosque maduro, un bosque con muchos años y dándote un paseo de 15 minutos entiendes la dinámica de los bosques a su evolución natural. También todos los pícidos de la península ibérica están aquí, es el único lugar de España que cuenta con las siete especies de pájaro carpintero que habitan en la península”, destaca.
Petri termina afirmando que “que tenemos que cuidar nuestro planeta, siempre hemos sido los peores, no aprendemos, estamos destruyendo nuestra casa”.
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