Con la retirada del azud del molino de Arquijas en Zúñiga (Tierra Estella), con más de 68 metros de longitud y 3,5 de altura, Navarra ha retirado ya este año un total de 15 azudes con un presupuesto de 540.000 euros. Una actuación con la que se intenta restaurar los cauces fluviales y devolver a su estado natural las riberas, la recuperación de las playas de arena natural y la reintroducción de especies animales como la madrilla, la nutria o el visón europeo, en un tramo castigado por la presa en el barranco de Lasia por donde ahora ya fluye libre el río Ega.
Desarrollo Rural y Medio Ambiente
Para el consejero Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Jose María Aierdi, “La recuperación de las condiciones naturales de los ríos, que han sido históricamente alteradas por la acción humana a través del aprovechamiento de sus cauces, además del beneficio medioambiental para la biodiversidad, implica también apostar por la recuperación del patrimonio natural y cultural de nuestros pueblos”, ha señalado el consejero Aierdi, quien ha destacado que la eliminación de azudes e infraestructuras obsoletas “supone una línea de acción clave del Departamento dentro de la estrategia de mejora de los ecosistemas fluviales y la biodiversidad de la Red Natura 2000”.
Otras actuaciones
Esta es la primera actuación que ejecuta en la Comunidad Foral con el Centro Ibérico de Restauración Fluvial (CIREF), asociación que gestiona fondos del programa privado internacional ‘Open Rivers’ que ha financiado el proyecto. Anteriormente, la Dirección General de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra ha promovido, desde 2024, el derribo de otros 9 azudes -3 de ellos, cofinanciados a través del proyecto europeo Life Kantauribai, que gestiona la sociedad pública GAN-NIK.
Las citadas actuaciones del Gobierno foral y CIREF se completan con otros 4 proyectos públicos –tres acometidos por el Ayuntamiento de Pamplona / Iruña en el río Elorz y una restitución de cauce realizada por la Confederación Hidrográfica del Cantábrico (CHC) en la localidad de Donamaria y una demolición promovida por el propietario privado, tras la finalización de la concesión de un aprovechamiento en la regata de Latsa, a su paso por Arantza.
Diez de las intervenciones de derribos se han realizado en comarcas de vertiente cantábrica –seis en la cuenca del Bidasoa, además de Arakil, Leitzaran y Baztan- y las cinco restantes, en la mediterránea: las tres del río Elorz y otra en el Urrobi, además de la visitada hoy del paraje de Arquijas, en el río Ega.
En la visita al molino de Arquijas participó, Pedro Mari Oteiza, alcalde de Zúñiga quien se mostró encantado con la obra “los vecinos hemos visto que la zona ha quedado mucho mejor”. También estuvieron los representantes de la asociación CIREF y el programa ‘Open Rivers’ Lluís Gode, Camila Kuncar y Gina Sorolla; la comisaria de aguas de la Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE), Miriam Pardos; la directora general de Medio Ambiente, Ana Bretaña, y por parte de su equipo técnico de Biodiversidad y Cambio climático, Enrique Eraso, María Eugenia Hernando y Arantxa Ursúa.
Las obras de retirada del azud se realizaron en octubre sin la utilización de maquinaria pesada y reutilizando los materiales desechados, un proceso en el que se ha visto apoyado tanto por Zúñiga como por la familia propietaria del antiguo molino, del que ya solo queda la información de sus históricos usos en este paraje navarro que muga con la localidad alavesa de Santa Cruz de Campezo.