Orbaizeta fue ayer domingo el corazón que resonó por todo el valle de Aezkoa al acoger la 46ª edición del Aezkoako Eguna, una cita festiva, cultural y reivindicativa que este año quiso hacer un guiño al pastoreo que aún pervive en el valle. Organizado por la Asociación Cultural Aezkoa Kultur Elkartea, el evento, que rota anualmente entre los nueve pueblos del valle, volvió a reunir a vecinos, vecinas y visitantes en torno a una identidad colectiva de un territorio profundamente ligado y orgulloso de su tierra, de sus montes y de su gente.
Si bien la jornada principal fue ayer, el fin de semana ha estado marcado por otras actividades que han puesto de manifiesto la implicación de la comunidad. Tras la bertso-afaria y conciertos del viernes organizados por la Aezkoa Gazte Asanblada, el sábado fue el turno del deporte, con una ruta ciclista organizada por Orbaizeta Kirolak que recorrió los pueblos del valle desde Aribe hasta Orbaizeta, de la cultura, con un concierto de la coral Orreaga, y de un vistoso espectáculo teatral que consistió en un akelarre promovido por vecinos y vecinas de Orbaizeta en torno al tema de la brujería de Aezkoa.
El domingo se vivió la jornada principal, con una feria de artesanía, concurso de quesos y almuerzo popular acompañado por la txaranga EZK. Como novedad, este año se celebró un free tour guiado por Micaela Mendiola y Elaia Zabalza, dos jóvenes de Orbaizeta que pusieron en valor la historia de lucha y supervivencia de Aezkoa por sus montes a través de un recorrido en tres paradas por el pasado, presente y futuro de los montes: su pérdida en 1784 y recuperación, la situación actual donde convergen ganadería, explotación forestal y turismo, y la proyección futura con la necesidad de cuidar el territorio.
A las 12:00, una multitudinaria kalejira animó las calles del pueblo con la participación de gigantes, dantzaris del grupo Pipirripi Dantza Taldea, autoridades municipales y personas con trajes tradicionales, en un desfile colorido que fusionó música, danza y patrimonio. “La kalejira representa el enorme esfuerzo colectivo de las personas que participan en el valle y es reflejo de ese sentimiento aezkoano que precisamente consigue esta fiesta. Una fiesta que junta a todas las personas de los nueve pueblos del valle, desde los más txikis hasta los más mayores”, dicen desde la Asociación Cultural.
PASTOREO
Con la llegada de la comitiva al frontón y tras unos bailes de los gigantes y de los dantzaris de Pipirripi Taldea, comenzó el acto central. Lohizune Amaria y Leire Arrese, de la Aezkoa Kultur Elkartea, pusieron en valor la tradición del pastoreo y la producción de queso, reconociendo su papel histórico, económico y social en el valle. Precisamente, Orbaizeta es el único pueblo del valle donde aún se mantiene la tradición quesera, pero, de no producirse un relevo generacional, es muy posible que desaparezcan en unos años las únicas dos queserías de Aezkoa. “El pastoreo es mucho más que una actividad económica: es una práctica que integra a la población rural en su entorno y su patrimonio histórico y cultural, impulsando un modo de vida sostenible tanto para la población como para el territorio en el que reside”, alertaron desde el estrado. “Por habernos dejado en perfecto estado nuestros pastos comunales, por haber paseado con orgullo el nombre de Aezkoa en los concursos, por vuestro apego y adhesión al valle, pasáis a formar parte de nuestro Libro de Honor como uno de los grupos más determinantes y genuinos de estos pueblos”, continuaron. Así, sellaron su firma María Roncesvalles Legaz Maisterra, Jesús Mari Legaz Maisterra y Arantxa Zabalza Garate, ganaderos de las tres últimas queserías de Orbaizeta.
MEMORIA Y SOLIDARIDAD
Desde la Asociación Cultural Aezkoa Kultur Elkartea, continuaron los agradecimientos a todas las personas que han hecho posible la fiesta durante 46 años y tuvieron un recuerdo para las personas fallecidas este año en el valle y para quienes tenían vínculo con él, con una mención especial a Fermín “Mintxo” Leizaola, etnólogo de la sociedad de ciencias Aranzadi que “tanto ha estudiado nuestra cultura y tradiciones y quien ha tenido un gran arraigo con el valle y sus gentes”. Tampoco faltó un recuerdo para Palestina, a la que enviaron un abrazo solidario para el pueblo palestino. “Libertad desde el río hasta el mar. Un recuerdo a todos los pueblos que, como el nuestro, son oprimidos y minorizados. Vivan los pueblos libres”, clamaron.
Con motivo del 40 aniversario de la muerte de Mikel Zabalza, vecino de Orbaizeta que en 1985 fue detenido y torturado en la cárcel de Intxaurrondo y cuyo cadáver fue encontrado días después en el río Bidasoa, su recuerdo estuvo muy presente durante todo el fin de semana, tanto en la exposición fotográfica en memoria de su figura como en el acto central. “Este año, hace 40 años que Mikel salió de nuestras vidas y fue asesinado. Desde el principio Aezkoa lo tuvo claro. Desde el principio habéis estado al lado de la familia y eso también es de agradecer. (…) Hoy, su falta se hace notar. Algunos de los que estamos aquí no pudimos conocerlo, pero gracias a vuestros relatos conocemos algunos aspectos de él y hemos conseguido aliviar ese vacío”, leyeron Joseba Amatria y Eneko Villegas, de la plataforma Mikel Gogoan. Por eso, y porque “el pueblo no olvida a Mikel”, se realizó una foto grupal en su memoria.
IMPLICACIÓN
La jornada continuó con una comida popular que reunió a más de 510 personas bajo una gran carpa, servida por un equipo de voluntariado de todo el valle, y animada una vez más por la txaranga EZK. Desde la Aezkoa Kultur Elkartea se agradeció a todas las personas que, con su trabajo desinteresado, hacen posible esta fiesta año tras año: desde el equipo de cocina hasta los jóvenes, pasando por carpinteros, electricistas, fontaneros y el resto de empresas y entidades del valle. “La implicación del pueblo de Orbaizeta ha sido una pasada y todo ha salido muy bien gracias a la colaboración voluntaria”, concluyeron desde la Aezkoa Kultur Elkartea.
Una fiesta en la que el ayer, el hoy y el mañana se dieron la mano celebrando que las luchas, desde el pastoreo hasta la memoria y el apoyo a pueblos oprimidos, siguen latiendo desde los corazones de los pueblos de Aezkoa.