Festividad de San Miguel, cientos, de fieles, tal vez miles, se unieron el lunes a las celebraciones del día grande del santuario de Aralar. Dada la gran afluencia, se oficiaron seis misas, cuatro por la mañana y dos por la tarde. Desde primera hora se llenó el templo, sobre todo en las misa mayor, presidida por Mikel Larrambebere, vicario general de la Diócesis. Al final de cada oficio se dio a venerar la imagen de San Miguel, que guarda en su interior un pedazo del lignum crucis, la cruz de Cristo.

 Movidas por la fe y la tradición, mayoría de las personas provenían de la zona, de pueblos de Sakana, Larraun, Araitz-Betelu, Imotz y Leitzaldea pero también de otros lugares más lejanos como Pamplona, Bilbao o San Sebastián.  “La gente viene a pedir por sus difuntos y por otras intenciones particulares. También a dar gracias. Esta devoción se expresa con la oración y también encendiendo velas como signo de oración, petición y acción de gracias”, apuntó Alfonso Garciandía, capellán de Aralar.

La celebración de San Miguel ha estado precedida de una novena que comenzó el día 21. “Este año hemos pedido especialmente por la paz en el mundo, por todos los conflictos, no solo por Gaza y Ucrania”, destacó.

Los monaguillos zaharrak, que ya lo eran de don Inocencio Ayerbe, no faltaron ayer. Eran los hermanos Miguel Ángel y Mariano Zubiria, Julián Etxeberria y Patxi Betelu. Pero no estaba José Mari Ustarroz, fallecido el pasado mayo, toda una vida vinculada al santuario de Aralar que ha dejado huella. Presidente de la cofradía de San Miguel, le ha sucedido en el cargo Miguel Ángel Zubiria.

En el santuario se están ejecutando obras de mantenimiento. N.M.

Obras de mantenimiento en el santuario

Situado a 1.355 metros de altitud, muy expuesto a las inclemencias meteorológicas, en el santuario se están realizando obras de mantenimiento. “Hemos arreglado la espadaña y un contrafuerte del lado sur, un pequeño tramo del alero y un contrafuerte del lado norte, y la instalación de la línea de vida en el tejado, y el repaso de las lajas del tejado. El año que viene esperemos terminar todo el alero norte, para evitar los problemas de filtraciones, que afectarían a la conservación de nuestro hermoso patrimonio”, destacó el capellán.. 

Al respecto, explicó que estas obras son posible gracias a las aportaciones que recibe el santuario. “Son sobre todo a través de mecenazgo, que nos da ventajas fiscales, y en especial a la ayuda de tres entidades que están colaborando en este proyecto de mantenimiento del templo. Son dos fundaciones, Gondra Barandiarán y Fuentes Dutor junto con la obra social Caja Rural de Navarra. Juntas harán posible la finalización de estas obras urgentes, que evitarán el deterioro de nuestro santuario”.

De cara al futuro, el principal proyecto es la rehabilitación de la hospedería. “Contamos con el crecimiento de la afluencia de visitantes al santuario, que nos obligan a mejorar el servicio, la acogida y nuestra presencia en el santuario. Queremos que el proyecto de la hospedería continúe avanzando, aunque sea lentamente”, observó. Por ello, el proyecto se divide en tres fases, para poder comenzar cuanto antes. “Porque Europa requiere lugares de luz y esperanza, y el santuario lleva desde más de 1.400 años iluminado los pasos de la gente y no queremos que se apague su presencia”, indicó.