La pequeña localidad de Garralda continúa luchando por mantener en funcionamiento su escuela, un punto de encuentro para los 110 niños y niñas del Pirineo, sus familias y el equipo educativo, pero también un reflejo de los desafíos a los que se enfrentan los centros escolares en las zonas rurales. Así lo expusieron este miércoles ante la visita parlamentaria de la Comisión de Educación, a quienes exigieron garantizar unas medidas básicas de seguridad y de evacuación para un centro que encara múltiples dificultades estructurales y económicas.
La visita al CPEIP Nuestra Señora de Orreaga y el IESO Garralda contó con la presencia de Pedro González (G.P. UPN), Kevin Lucero (G.P. PSN), Eneka Maiz (G.P. EH Bildu), Itxaso Soto (G.P. Geroa Bai) y Carlos Guzmán (G.P. Contigo-Zurekin), de la directora del centro Andrea Aldave y el resto del equipo directivo, de representantes de la Apyma, del alcalde del Ayuntamiento de Garralda, Ion Iriarte, y resto de concejales, y del arquitecto técnico, Álvaro Minondo.
DESPERFECTOS
Uno de los problemas donde primero pusieron el foco los responsables del centro es la falta de infraestructuras adecuadas. Según un informe expedido en mayo de 2024 por la sección de prevención de riesgos laborales del Departamento de Educación y llevado a sesión parlamentaria el pasado mes de febrero, el edificio, de casi 50 años de antigüedad, presenta múltiples deficiencias que no se adecúan a la normativa vigente, desde rampas y escaleras en mal estado, falta de barandillas o accesos peligrosos hasta problemas de aislamiento, instalación eléctrica anticuada, ausencia de alarmas de incendios o de gas o falta de detectores de humos, desperfectos que requieren una atención inmediata. A ello, se suma que los recursos recibidos son insuficientes para cubrir los gastos diarios de funcionamiento básico de la escuela o las actividades complementarias que se ofertan en Pamplona y que requieren una importante inversión en transporte.
“Las subvenciones, aunque útiles, las recibimos en proporción al alumnado y, ya sólo en fotocopias o gastos básicos, se nos va casi todo”, destacaba Andrea Aldave, directora del centro. Asimismo, también sacó a colación cómo se ve afectada la estabilidad tanto del equipo directivo como del personal de administración y servicios, en parte por la lejanía con Pamplona y la dificultad por cumplir con los ratios. “Simplemente pedimos que, a la hora de legislar, se tengan en cuenta este tipo de escuelas, que existimos y que se den las mismas oportunidades que al resto de alumnado de Navarra”, añadió.
DISCRIMINACIÓN
Por su parte, desde el ayuntamiento de Garralda, responsable de la gestión y mantenimiento del edificio, constataron que la cantidad que tendrían que invertir para solucionar esta situación es la de 255.000 euros. “En los últimos 15 años hemos acumulado un déficit de 200.000 €, una cantidad inasumible para un municipio de 189 habitantes”, expresó el concejal Ángel Luis Mandacen. En este sentido, el Ayuntamiento destacó que el edificio y el polideportivo son un recurso que no sólo utiliza el alumnado y el profesorado, sino que son un punto de encuentro para actividades extraescolares como la Escuela de Música, la Escuela de Pelota, la Fundación Osasuna o campeonatos de futbito. “No pedimos a cambio una nueva casa de cultura o un edificio nuevo, pero solos no podemos sufragar todos los gastos”, expresan. En este sentido, explicó las dificultades a la hora de acceder a las subvenciones de Planes de Inversión del Gobierno de Navarra. En la última convocatoria, quedaron empatados 3 proyectos y el criterio de desempate se basó en la cantidad de alumnado matriculado, lo que deja a Garralda en una situación desventajosa frente a otras localidades con más recursos.
“Necesitamos una discriminación positiva a favor del Pirineo. Cada vez tenemos menos alumnado, sin embargo, los edificios son más viejos y tenemos más costes. (...) Este modelo actual nos va a penalizar siempre. Lo razonable sería que hubiese un plan para apoyar a todas las concentraciones escolares”, apostilló. Al respecto, también desde la Apyma se apeló a implementar una política ventajosa para las zonas despobladas.
“Vivimos en el Pirineo y nos tenemos que apañar con lo que hay, pero estamos pocos, somos dispersos y estamos muy limitados; por eso, tendríamos se tendrían que repensar las políticas para este territorio”, explicó Josu Ortigosa, de la Apyma. Aunque el proceso es largo, desde el entorno de la escuela confían en que visitas como las de ayer atiendan sus demandas y logren, al menos como un primer parche, cubrir los 255.000 euros que necesitan para paliar los gastos básicos de seguridad y accesibilidad. “Al final, lo que queremos las familias es que nuestros hijos e hijas tengan un espacio seguro y de calidad y ojalá también con estabilidad del profesorado”, concluyó la Apyma.