Pocas cosas habrá en el mundo más negras que el carbón, y eso es lo que se extraerá a finales de año de la txondorra que este sábado tarde se encendió en el parque de aventura Irrisarri Land de Igantzi. El esperado encendido de la tradicional txondorra en Ikaztegia, que este año cumple su 12ª edición, tuvo como protagonista al músico, creador y cineasta irundarra Fermín Muguruza que fue el encargado de prender la emblemática carbonera ante un numeroso público.

El acto comenzó con la presencia de los joaldunak de Zubieta cuyos sones rituales ‘limpiaron’ y prepararon el espacio antes del encendido. Este año, además, se sumaron a la celebración los txondorgiles de Goizueta, que ofrecieron la tradicional dantza Zahagi, aportando un marcado sabor ancestral a la jornada. La música tuvo también un papel destacado ya que el violinista Sergio Muñoz y el cantautor Gorka Zabaleta acompañaron el acto con sus actuaciones en directo.

El momento más emotivo de la jornada llegó con la intervención de Fermín Muguruza, cuya trayectoria desde Kortatu, Negu Gorriak, Dut, Brigadistak Sound System o Dub Manifest, hasta sus proyectos cinematográficos Black is Beltza, lo ha consolidado como una figura fundamental para la cultura vasca. El presentador mantuvo con él una breve conversación en la que repasaron su recorrido artístico. Tras la charla, llegó la hora de trabajar y el artista se subió encima de la txondorra para su encendido.

El artista declaraba haberse sentido ”muy congratulado” y tuvo un recuerdo a la película Tasio de Montxo Armendariz a quien “quiero muchísimo y nos enseñó con esa magnífica película, esa conexión con la naturaleza, los carboneros” y recordaba que el film se estrenó el mismo año que se fundó Kortatu en 1984. “Todo es un ciclo, leña, fuego, ceniza, black is beltza, beltza power”, afirmaba a pie de txondorra.

La carbonera encendida ayer es fruto de un laborioso proceso que ha requerido 12.000 kilos de madera procedente de los bosques cercanos. Los ikazkineros (carboneros) Karlos Sein y Etxahun Azkarraga completaron su construcción en poco más de una semana, siguiendo métodos tradicionales transmitidos de generación en generación. Ahora, el equipo de Irrisarri Land permanecerá día y noche vigilando el proceso de combustión y a finales de mes se prevé obtener alrededor de 5.000 kilos de carbón. La carbonera y el Museo del Carbón Vegetal se podrán visitar todo el mes de diciembre.