l incendio desatado el tercer fin de semana de febrero en Baztan y en el bajo Bidasoa provocó los sentimientos habituales: alarma por sus dimensiones y características e indignación generalizada. La magnitud del siniestro, los siniestros porque hubo varios, su extensión que afectó a tres territorios históricos, unas condiciones meteorológicas más adversas que nunca y el convencimiento de que existía intencionalidad, originaron el enfado de una población cada vez más harta y sensibilizada.

La campaña institucional que decía "Cuando un monte se quema, algo suyo se quema", eslogan al que el recordado humorista Jaume Perich (El Perich) añadió la coletilla antiterrateniente "señor conde", queda lejos. Y es que no es el caso, porque este incendio, supera de largo al del año 1988 (también con viento) que figuraba como el peor del último medio siglo.

La Fiscalía actuará esta vez para intentar identificar al autor o autores de semejante escabechina, lo mismo que piden los alcaldes de Bortziriak y Laburdi convencidos, seguros, de que el inicio del fuego tiene nombre y apellidos, y ser sabedores de que no será fácil porque se actúa en solitario en estos casos.

El grupo ecologista Eguzki interpuso denuncia porque "existen suficientes indicios para pensar que fueron provocados", y en Iparralde también inician la vía penal y tienen motivos sobrados porque en su territorio abundan los fuegos, igual que a este lado de la muga, y en la Baja Navarra de muy triste recuerdo.

costumbre El uso del fuego en el tratamiento de los pastos es una práctica ancestral aún muy extendida, si bien en esta ocasión no se entiende en modo alguno por las fortísimas rachas de viento y el peligro que podía acarrear a las personas que pudieran pasear por el monte. Aunque siempre hay egoístas e irresponsables que piensan que el monte es suyo y solo suyo, y hacen caso omiso a advertencias y prohibiciones.

Las hemerotecas recogen sanciones a gentes sorprendidas prendiendo fuego por atavismo puro, y no es que puedan ser considerados pirómanos. En Baztan se recuerda, han pasado tres décadas, a un ganadero retirado, de 84 años, sancionado con un millón de pesetas sorprendido dando fuego al monte a pie de carretera. No iba a obtener beneficio ninguno, simplemente lo había hecho toda la vida.

MALOS RECUERDOS Los incendios forestales son peligrosísimos, cualquier cambio en las condiciones meteorológicos o en la dirección del viento puede ocasionar una catástrofe y cobrarse vidas humanas. Once bomberos fallecieron en 2005 cuando trataban de extinguir el fuego causado por la barbacoa de un grupo de excursionistas.

En mayo del pasado año, un hombre de 76 años murió en Los Arcos en una quema de rastrojo que causó un incendio de 13 hectáreas. En Esterenzubi, Baja Navarra, ya hace años, tres matrimonios hacen senderismo y se ven rodeados por el fuego de una quema pastoril. Falleceríancinco personas y la sexta salvó la vida con quemaduras gravísimas.

reglamento La normativa de uso del fuego en el tratamiento de pastos naturales es clara, y determinante en cuanto a la velocidad del viento nunca igual o superior a 10 kilómetros por hora, y en la vertiente cantábrica-atlántica en ningún caso cuando sople del sur. En el vendaval de los días del incendio hubo rachas de 130 km/h, que desaconsejaban y hacían una locura cualquier fuego.

Además de la norma general, existen ordenanzas municipales, desde muy antiguo, que dan testimonio del celo y riguroso cuidado que se tenía respecto a la propiedad comunal. Así, en las Ordenanzas, Cotos y Paramentos del Valle de Baztan de 1832, como ya se había hecho en otras anteriores, "teniendo presente los grandes daños que se causan con los incendios en los montes", se establece que ningún vecino ni habitante, ni criados ni pastores "sean osados de dar fuego a los montes y parajes ".

El suelo quemado quedaba vedado "por tiempo de cuatro años" sin que pudiera entrar a pastar ningún ganado lanar ni pudiera cortarse helecho, al suponer con razonamiento bastante que quien lo hace espera obtener beneficio. "Se tiene casi evidencia de que los ganaderos o los que desean cortar el helecho suelen ser comunmente los autores de las quemas, y por esa razón se establecen esas medidas", se indicaba en las Ordenanzas.

El caso es que en las actuales también figuran las mismas medidas pero no se aplican y así los autores, encantados. Esta vez, la intención ha sido tan brutal como el incendio, hagamos lo que sea para que no se repita.