La mano de Irulegi, una lámina de bronce con la palabra Sorioneku, el texto más antiguo escrito en lengua vascónica, ha traspasado fronteras y se ha ganado la fama más allá de Euskal Herria.

A pesar de su popularidad, solo algunos periodistas y los trabajadores de la Sociedad de Ciencias Aranzadi han podido observar con detalle este descubrimiento. Hasta este viernes, cuando los alumnos de los tres colegios del Valle de Aranguren –San Pedro, Amigó e Irulegi– y los vecinos empadronados contemplaron este hallazgo histórico en la Casa de Cultura de Mutilva. Vecinos y escolares vips. 

A las 11:30 horas, los primeros 19 alumnos del colegio San Pedro entraron corriendo a la Casa de Cultura. “Tranquilos, hay sitio para todos, no vayáis tan deprisa”, les intentó frenar sin éxito la tutora de sexto de primaria Marisa Bidegain. En el interior esperaba Mattin Aiestaran, director de la excavación. “¿Sabéis de qué os voy a hablar?”, preguntó. “Siiiii. De la Mano de Irulegi”, contestaron al unísono los 19 chicos y chicas de San Pedro.

Mattin les proyectó un vídeo explicativo e impartió una pequeña masterclass con las claves de la mano, aunque los alumnos llevaban la lección aprendida. “Cuando salió a la luz, vimos vídeos y les explicamos la historia que rodea a este acontecimiento”, comentó la profesora Reyes Albade. “Leímos artículos que se habían publicado y estudiamos la Edad de los Metales. Han venido siendo ya unos expertos. Casi podían haber dado la charla”, bromeó Marisa.

Tras la masterclass , llegó el amplio turno de preguntas: cuánto habían trabajado en este proyecto –desde 2007–, cuánto tiempo les costó sacar la mano –varios días–, por qué era tan antigua, cómo era su día a día –algunas jornadas de trabajo comenzaron a las cinco y media de la madrugada–, si la lámina de bronce podía ser un elemento festivo o que estuviera relacionado con celebraciones o rituales, si habían encontrado otros objetos de bronce con inscripciones –sí, pero son secretos al formar parte de una tesis doctoral que está elaborando Aranzadi– o cuánto dinero valía. “El valor de la mano es infinito porque es un documento histórico de los navarros. Es un patrimonio que debemos cuidar y no se le puede poner precio”, apuntó. 

Javier A. alumno de San Pedro, se quedó asombrado con el diminuto grosor de la mano. “¿Cómo han hecho una lámina de bronce tan fina como el papel? ¿Cómo han conseguido que no se rompa? ¿Utilizaron algún molde? Si tienes una madera y quieres cortar un trozo fino con una sierre debes ser muy preciso para que no se rompa. ¿Cómo lo hicieron si no tenían una tecnología tan avanzada?”, preguntó Javi sin parar. Mattin le respondió que habían utilizado un buril, una herramienta de hierro para golpear y tallar: “Había artesanos muy hábiles y la mano también desmiente el mito de los vascones como un pueblo atrasado que vivían en unas chozas”. 

Javier, que acaparó la atención, continuó realizando preguntas sobre arqueología y descubrimientos. “Hace unos años, mi abuela me regaló el libro Misterios e Incógnitas de la historia sin resolver. Me llamó la atención y desde entonces me gustan los hallazgos, aunque no creo que sea arqueólogo porque no soy muy cuidadoso ni manitas”, confesó Javier, que visitó Irulegi por primera vez con seis años. 

La mano, una estrella

Después de la charla, los chavales se abalanzaron sobre la mano. “Pensaba que iba a ser más pequeña, me ha encantado. Encima somos vips, los primeros niños en verla”, sacó pecho Xabi Gureso. “Es muy interesante y me gustaría saber qué pone en el resto de escrituras”, afirmó Juan Torres. “Me ha encantado y me gustaría que la trasladaran a un museo para que lo vieran más personas”, incidió Rodrigo Macovei. Eso sí, algunos se esperaban más: “Me ha gustado mucho, pero pensaba que iba a ser más grande”, lamentóAri Díaz.

 A la tarde, fue el turno de las personas empadronadas en el valle de Aranguren. “Queríamos que los vecinos fuesen los primeros en ver la mano. La gente está orgullosa de que el hallazgo haya sido aquí, en nuestra tierra”, aseguró Nora Bengotxea, técnica de cultura del ayuntamiento. 

Por último, a las 19.00 horas, se celebró una charla, destinada a colectivos culturales y científicos del valle, en la que se profundizó sobre la mano de Irulegi. “Ha sido una exposición más técnica y académica. Diferentes expertos han explicado cómo se encontró la pieza, cómo se está conservando o las conclusiones lingüísticas y tipográficas a las que han llegado”, concretó Nora.