Era el cuarto viaje de Pablo Idoate y el segundo de Ana De Julián a Tsunza, uno de los lugares “más pobres y bonitos de Kenia”. Sus hijos Rukia y Julen, de 8 y 5 años, visitaban por primera vez “lo que ya consideramos nuestra segunda casa, este lugar del que tanto les habíamos hablado. De hecho, Rukia iba a conocer a la niña que inspiró su nombre”, explica Pablo Idoate, voluntario de Children of Africa y uno de los impulsores de la Barañáin-Tsunza.

Les acompañaba la "veterana pamplonica" Celia Alzate, quien, a sus 23 años, "ya era la quinta vez que viajaba a este hermoso lugar en el condado de Kwale, uno de los más pobres y bonitos de Kenia”

La carrera solidaria nació en 2016 en el marco del Barañaingo Eguna, cada mayo reúne a un millar de corredores y su recaudación ha servido este año para construir seis aulas en Nuru School que la familia Idoate De Julián pudo ver in situ en vacaciones.

A Pablo y Ana sus hijos “nos sorprendieron mucho. Su adaptación fue rápida y creemos que la experiencia ha sido muy enriquecedora para ellos. Sin televisión, sin parques y sin juguetes, hicieron muchos amigos y vivieron una realidad muy diferente a la que están acostumbrados. Venir aquí también te hace valorar más la suerte que tenemos, tanto si eres niño como adulto”.

Proyectos

Durante tres semanas esta familia colaboró en muchos de los proyectos que apoya Children of Africa. “Ayudamos a pintar y decorar la escuela Cape of Good Hope, organizamos y atendimos el Tsunza Medical Camp, donde se brindó atención médica a un centenar de personas. También realizamos juegos y clases con los niños de la casa de acogida de Makuti, proyecto financiado por la Barañáin-Tsunza 2016".

"Coordinamos el programa de apadrinamientos, que permite a más de 200 niños acceder a estudios de primaria, secundaria y universidad. Pudimos conocer el trabajo artesanal de los grupos de mujeres que elaboran productos que durante el año vendemos en mercadillos y les entregamos el dinero recaudado. Además, inauguramos y conocimos de primera mano el proyecto en Nuru Primary School, escuela en la que se ha centrado la asociación este año”, destaca.

Pablo dice que la situación allí “era dramática, con aulas hechas de barro y tejados de paja, suelos de arena y sin mesas ni sillas. Estas aulas seguían en pie, y nos impactó verlas en directo. A pocos metros, vimos las seis nuevas aulas construidas y equipadas gracias a la carrera Barañáin-Tsunza y a otros agentes como la Federación Navarra de Municipios y Concejos. Ver en qué se habían invertido los 12.000 euros recaudados en la carrera dio sentido a nuestras largas horas de esfuerzo en su preparación y nos impulsó a empezar a organizar la edición de 2025”, cuenta.

“Siempre digo que, si vienes a un lugar como este y ves las necesidades con tus propios ojos, resulta imposible volver a tu vida y quedarte de brazos cruzados. Por eso, no doy tanto valor a lo que hacemos. Cualquiera que viera lo que hemos visto haría lo mismo o más. Es imposible verlo y mirar para otro lado”, añade.

Objetivo para 2025

El viaje permitió a la familia “entablar relaciones con otros centros educativos en situaciones difíciles. Entre ellos, Tsunza Secondary School, el único centro de estudios secundarios de toda la región. Tiene un bloque de cuatro aulas con suelos y paredes destruidos. Hay mucha arena dentro del aula que se levanta con el mínimo movimiento, causando enfermedades respiratorias a muchos estudiantes, lo que limita sus opciones de terminar la secundaria y continuar con estudios superiores. Tras una reunión con el equipo directivo, nos comprometimos a marcar esta escuela como objetivo de la Barañain-Tsunza 2025”.

Muchos de los voluntarios de Children of Africa son docentes, “por lo que nuestros proyectos están especialmente centrados en la educación. Como educadores, creemos que tenemos el deber moral de hacer todo lo posible para que la educación no tenga fronteras y que tanto alumnos como profesores de cualquier parte del mundo tengan el derecho a trabajar en condiciones dignas”.

La carrera, año a año

Las seis aulas de Nuru School se suman a una larga lista de proyectos financiados gracias al apoyo de la carrera solidaria de Barañáin. El pasado año se construyeron baños para la escuela de Cape of Good Hope y se renovaron puertas, ventanas y paredes de varias aulas; en 2022 pudieron mejorar y equipar un aula en esa misma escuela; en el año 2021 se construyó de un aula en la escuela de Mkilo, donde, si no llovía, daban clase bajo la sombra de un árbol; en 2019 se organizó un gran evento de prevención del SIDA y de la importancia de acceder a una educación de calidad; un año antes se construyó una canalización de agua en Mbandi Primary School, escuela en la que la zona con agua más cercana se encontraba a 5 kilómetros de distancia. En la primera edición de la carrera se construyó la casa de acogida de niños Makuti, en la que viven 20 niñas y 6 niños. Un proyecto que se completó en 2017 con aula de estudio junto a la casa y la compra de un huerto y dos vacas lecheras.