El próximo mes de abril comenzarán en Burlada las obras del proyecto Nogalera 2025, cuyo objetivo es mitigar los efectos de las inundaciones en el municipio. La intervención se prolongará durante seis meses y tiene, como medida de mayor calado, el desplazamiento de la mota de la Nogalera para alejarla del río.
Se pretende así optimizar la capacidad de drenaje del terreno y disminuir la presión sobre el cauce; una medida que además repercutirá positivamente aguas abajo. “Al dotar de mayor anchura al río se reducirá la presión de la corriente en crecida y se premitirá una inundación más amplia y controlada”, ha explicado este jueves en rueda de prensa la alcaldesa de la localidad, Berta Arizkun (EH Bildu).
La primera edil ha destacado que “si bien la actuación no previene de futuras inundaciones por el enclave de Burlada respecto al río, supone una actuación preventiva de gran calado para reducir estas avenidas que se han ido produciendo con más periodicidad e intensidad en las últimas décadas. Además, con este proyecto se quiere abrir camino a nuevas actuaciones dirigidas a seguir reduciendo el riesgo de inundación”.
Otras acciones
El Proyecto Nogalera 2025, que comenzó a gestarse hace tres años y cuenta con una subvención de la Unión Europea que asciende a 1,6 millones de euros, incluye cuatro actuaciones: la redacción de un estudio hidráulico; la autoprotección de edificios municipales –barreras anti inundación automáticas y manuales en las instalaciones deportivas, casa consistorial, palacete municipal, local de gigantes y escuela municipal, además del acceso al aparcamiento desde la calle Santa Bárbara–; y dos actuaciones de recuperación del ecosistema fluvial que se llevarán a cabo en el puente de Areta y en la Nogalera.
Estas intervenciones, han apuntado este jueves, provocarán cortes puntuales en el puente de Areta y puente viejo, a falta de concretar con la empresa encargada de las obras, y el cierre del parque de la Nogalera, que este año no podrá acoger sus populares calderetes en fiestas. El Consistorio propondrá itinerarios alternativos durante las afecciones por las obras.
Gaztetxe, derribo “sí o sí”
El lo que respecta al gaztetxe de la localidad, en la antigua nave de obras situada junto al río, en el ámbito de actuación del proyecto, la alcaldesa ha recordado que el edificio, como ya indicó en su informe la Confederación Hidrográfica del Ebro, tiene que ser derribado “sí o sí”.
Una realidad, ha apuntado, que los jóvenes conocen desde 2022, año en el que ya firmaron un acuerdo con la anterior alcaldesa con el compromiso de abandonar el local cuando cuando las obras del proyecto requiriesen su derribo.
Arizkun ha explicado que el Consistorio lleva un año de conversaciones con los jóvenes para buscar alternativas, y que el Ayuntamiento ha planteado un convenio de cesión de una bajera municipal en la calle Joaquín Azcárate con el que los responsables del gaztetxe, tras la última conversación de la pasada semana, “parece que no están de acuerdo”.