Dos buenas terrazas, una de ellas acristalada, para disfrutar del sol. En el interior otros dos amplios comedores arriba y abajo. Y para el servicio, la experiencia que otorgan 33 años de negocio familiar, con una apuesta decidida y el “máximo respeto” a un producto de temporada 100% natural, “de primera calidad y a un precio justo”. 14,5 euros el menú del día entre semana y 20 euros el fin de semana. 

El restaurante Sibemol, situado en el nº 3 de la calle San Esteban, ya es todo un clásico de Barañáin. Desayunos, fritos y muchas tortillas rellenas para almorzar, carta de picoteos (hamburguesas, bocadillos, sándwich...) y menú del día en un local que emplea a ocho personas y regentan Jorge Núñez, su mujer Xiaoxia –Lili para todo el mundo–, su hermana Lidia y su sobrino Iosu. Los de casa para estar como en casa con comida casera. 

La barra del Sibemol de Barañáin. Patxi Cascante

El Sibemol hace referencia a la pasión de tres de los cuatro hermanos, que antes del bar le daban a la música; Goito –el mayor e ideólogo del nombre del local– tocaba el piano, David el saxofón en la orquesta Metrópoli y Jorge se iba de txaranga con su trompeta

Los orígenes, con karaoke

Antes de abrir las puertas del Sibemol, Paquita Blanco, la madre de Jorge, Goito, David y Lidia, ya regentaba el bar Salamanca en Barañáin. “El local era pequeño, no reunía las condiciones y había que hacer obra. Y teníamos este local que está muy bien situado, muy cerca de los dos institutos y con el polideportivo enfrente. Cerramos el otro y abrimos este”, recuerda Jorge. Corría el año 1993.

Amplia terraza acristalada en el exterior del local. Patxi Cascante

Su madre puso en marcha el bar con ayuda de los tres hermanos de Jorge; Goito, David y Lidia. Él se incorporó al negocio familiar un par de años más tarde, cuando terminó sus estudios en el instituto. “Antes era así. O estudiabas o trabajabas. Yo no quería estudiar más... y al bar”, destaca este hostelero berinianense de 46 años.

Cuando abrieron “dábamos desayunos, comidas y cenas... y a la noche al principio pusimos karaoke. Era el boom. Pero con el tiempo el tema de la noche cayó bastante y hace ya muchos años que lo quitamos. Ahora nos dedicamos a desayunos, comidas y cenas. Al principio abrimos sin menú del día, pero lo incluimos al poco tiempo”. 

Así han seguido tres décadas, un buen síntoma que indica que el negocio goza de buena salud: “La verdad es que hemos funcionado muy bien. Esta es una zona muy buena, y han pasado varias generaciones de vecinos por aquí”. A la hora del recreo, los estudiantes de los dos institutos “vienen y arramplan con las tortillas de patata rellenas”, dice Jorge.

Tienen cerca de una decena de variedades. De jamón o bacon con queso, de jamón con alioli, de txaka con mayonesa, rabas con alioli, carne mechada con queso... “por las mañanas sin duda es lo que más tira”, afirma Jorge, al que lo que más le gusta de su trabajo es “el trato con la gente. Hablas con uno, con otro... aquí no te aburres”, considera.

"Lo que más me gusta de mi trabajo es el trato con la gente. Hablas con uno, con otro... aquí no te aburres"

Variedad en el menú

Otra de las señas de identidad del local, además del tirón de sus terrazas y de los tanques de cerveza Mahou, es su variado menú del día. Con ocho primeros y otros tantos segundos para elegir. Por ejemplo, el de la semana pasada incluía ensalada mixta, ensaladilla rusa más fritos, arroz, verdura del día, guiso del día, ensalada César, pasta a la boloñesa y revuelto cortijero (patata y txistorra) como opciones para el primer plato; y de segundos platos otras ocho propuestas: filete de merluza a la romana, anchoas rebozadas, callos de ternera, entrecot, pechugas a la plancha, albóndigas con tomate, secreto a la plancha o milanesa de ternera (filete rebozado con tomate y queso). 

El menú incluye bebida (caña, media jarra de vino, gaseosa, agua, o refresco), postre o café. “Los primeros los solemos cambiar más en función de las verduras de temporada, y los segundos platos generalmente los mantenemos un tiempo”, afirma Núñez. El fin de semana el menú del día, que pasa a 20 euros, “es más elaborado y con productos diferentes o sin el suplemento que tiene el entrecot entre semana”, dice. 

Por último, la familia del Sibemol se acuerda de su clientela y agradece “a todas las personas que han pasado por nuestra casa durante estos 33 años, y esperamos que sigan viniendo durante muchos años más. Eskerrik asko, Siben ikusiko gara”.