pamplona - Lo tienen marcado en sus agendas y ayer volvieron a hacerlo realidad de nuevo. Como llevan repitiendo ya desde hace 12 años, las alumnas y alumnos del Colegio Público Ermitaberri Ikastetxe Publikoa de Burlada realizaron su festival de música y canto, que cada víspera de Santa Águeda llevan a las personas mayores de la Residencia Landazabal de su localidad.

Unos cuarenta niños y niñas, pertenecientes a las dos aulas de 4º de Primaria, interpretaron frente a aproximadamente 80 residentes, canciones clásicas como las coplas de Santa Águeda, pasacalles o temas más modernos, todas ellas cantadas en euskera, con el acompañamientos del sonido de las makilas y de la trikitixa.

En estos doce años que tiene de vida el festival se ha convertido en un fijo para mayores y escolares. Pero además de compartir canciones durante aproximadamente una hora de actuación, es también un día para conocerse mutuamente. “Desde hace unos años se hace siempre con alumnos del mismo curso, así cada edición van rotando”, expresó Pello García, tutor del grupo de 4º A.

Para los txikis el encuentro es una oportunidad en el que descubrir una realidad que tienen muy próxima . “Es un contacto con la vida real y una ocasión para llevar a la calle las capacidades que aprenden en clase”, explicó Oihane Yarza, profesora de Música en Ermitaberri y, junto a Pello García y Ramón Pikabea, una de los tres docentes encargados de conducir la actuación.

Pero no sólo es enriquecedora para los más pequeños, que ayer abarrotaron la sala en Landazabal. Los y las residentes demostraron con sus gritos y aplausos su agradecimiento a todos los participantes en esta iniciativa. “¡Bienvenidos y muchas gracias!”, exclamaron algunas voces al comienzo de la actuación. “A los residentes les gusta mucho porque les rompe la rutina y les alegra”, expresó Marta Arrubla, encargada de actos culturales en la Residencia.promover la solidaridad Surgido en origen como una iniciativa del centro con el objetivo de trabajar en valores con los y las alumnas, el certamen se ha consolidado con el paso del tiempo. “Elegimos el valor de la solidaridad par fomentar en clase”, afirmó Mirentxu Rípodas, directora de Ermitaberri doce años atrás e impulsora del proyecto. Para ello, añadió, “cogimos el teléfono y llamamamos directamente”, explicó sobre la primera edición del festival que comparten txikis y mayores cada víspera de Santa Águeda. Y sin pensarlo, el festival ya ha superado con creces la primera década de vida.

Son muchas las entidades y centros educativos que colaboran con la Residencia Landazabal en Burlada a lo largo del año. Pero de todos ellos, cuenta, Marta Arrubla, “en Ermitaberri son los más fieles”, fruto de la sintonía entre las direcciones de ambos centros.

Además de por Santa Águeda, el alumnado de Ermitaberri y las personas mayores de Landazabal se ven en otra ocasión durante el año, el día en el que el centro escolar celebra el día de Olentzero.

En el mes de agosto son otras organizaciones, como la Comparsa de Gigantes y Cabezudos de Burlada o la Banda de Música, quienes acuden a visitar a los internos. Tanto ellos como los y las alumnas de Ermitaberri les traen al presente recuerdos del pasado, con los que ayer bailaron, gritaron y aplaudieron a los jóvenes cantantes que tenían en frente.

no faltó san blas La víspera del Día de Santa Águeda, festejada ayer en la gran mayoría de los colegios de la Cuenca de Pamplona y Navarra, tuvo añadida en Ermitaberri una segunda celebración: la de San Blas.

Aunque la festividad fue el domingo, durante toda la mañana el alumnado tuvo una degustación de rosquillas, hechas por varias familias, y compartieron coros de Santa Águeda por las aulas, con la vista de alumas y alumnos de Educación Primaria a las aulas de Educación Infantil. Docentes, alumnado y familiares terminaron la jornada entonando juntos çen el patio del centro educativo los coros tradicionales de este día.

Origen solidario. El certamen surgió de la iniciativa del centro, entonces dirigido por Mirentxu Rípodas, con el objetivo de fomentar la solidaridad entre alumnos y alumnas.

Repertorio. Durante aproximadamente una hora los y las alumnas interpretaron 13 canciones. Las elegidas fueron: Santa Águeda, Gure amak aitari, Haurrak ikas zazue, Hegoak ebaki banizkio, Urtxintxak ohianean, Maritxu nora zoaz, Aldapelko, Artillero, Ikusi mendizaleak, Itsasontzi baten, Ixil-ixilik, Pirata tarrapata y Do lurrean hor dago.

oihane yarzas “Es una ocasión para llevar a la calle las capacidades que aprenden en clase”

La profesora de Música expresó así la oportunidad para su alumnado de conocer una realidad que tiene muy cercana.