El mensaje que quieren transmitir desde el Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Ilundáin se resume en tres dígitos: 112, el teléfono de SOS Navarra al que llamar para cualquier aviso sobre fauna. Ilundáin no deja de ser "un hospital, con la diferencia de que a los nuestros solo va una especie, la humana. Aquí pueden entrar unas 150 diferentes, cada una con sus particularidades de sangre, tratamientos, etc. Es más complejo en ese sentido. Y encima los pacientes están aterrorizados, cuanto menos contacto tengas con ellos mejor", resume Enrique Castién sobre unas instalaciones en temporada baja. A partir de abril/mayo, coincidiendo con "la emancipación de los juveniles, la migración postnupcial y las actividades humanas en el campo", rebosarán vida animal necesitada de aliento.

Como hospital que es, el centro tiene su UCI y su quirófano. Y distintos recintos en función de la fauna que recibe. Como sobre todo llegan aves -el 95% de las especies protegidas que ingresan-, y de estas la mayoría son rapaces, Ilundáin cuenta con cinco voladeras para que se ejerciten. Las pequeñas, por ejemplo, para cernícalos, que no necesitan espacios amplios. La más grande es oval. "Lo normal es que lleguen aquí arrastrándose. Esta voladera hace de fisio, y bichos que parecía imposible recuperar en cuatro semanas están dando vueltas sin parar", dice Enrique. El buitre negro, águila real o el búho real, que abunda en Navarra, son clientes de esta voladera cubierta con forma de donut, ocupada ahora por 4 busardos ratoneros y un milano real.

Completan Ilundáin instalaciones para aves acuáticas, "como esos azulones que crían en el tiesto de un tercer piso, y luego nacen los patitos y ni la pata sabe qué hacer con ellos", que incluye una zona de carrizo para garzas, cigüeñas, tortugas o tritones. O un área para mamíferos acuáticos como el visón, la nutria y el castor. "Todos los recintos funcionan muy bien, no nos podemos quejar", cuenta Enrique. Por último, el CRFS de Ilundáin dispone de un área destinada a las necropsias. "El centro atiende fauna viva, pero también entra la fauna salvaje muerta para que se puedan analizar las causas de esa muerte", desgrana el responsable del centro.

atender a la sociedad "El centro sirve para recuperar fauna amenazada, si viene un águila perdicera o un quebrantahuesos. Pero la mayor parte de la fauna que se recibe es mucho más normal. Porque no hay que olvidar que funciona por las llamadas de los ciudadanos. Atender esa demanda social es muy importante", dice Enrique. En el centro reciben entre 1.000 y 2.000 llamadas relacionadas con la fauna al año. "Te llaman porque tienen una víbora en su jardín, o los pastores dicen que los buitres se han comido una oveja y hay que peritar, o tienen una tortuga de la que se quieren deshacer. Hay infinidad de llamadas, y la gente necesita que se le atienda". Enrique define esa atención como "prioritaria. ¿Por qué llama una persona? Si ves un osito con un dedo sangrando, te falta tiempo para correr y llamar. Pero si en el camino hay una araña, la pisas y sigues corriendo para salvar al osito. Y te da igual si esa araña agoniza una semana. Nos preocupamos de los animales más antropomórficos porque vemos nuestra propia vida reflejada en ellos. Las llamadas de los ciudadanos tienen un trasfondo de preocupación por los propios ciudadanos. Por eso los búhos entran todos, porque son dos ojos que te miran de frente y parpadean, como los humanos. No hay nadie que deje a un búho sin auxilio. Y nadie se preocupa por una salamandra o una culebra. Pero eso es entendible. Aquí no entra toda la fauna que tiene problemas. Nosotros atendemos a toda, pero entra la fauna por la que nos llaman", dice.

Les ha tocado atender llamadas rocambolescas, como el aviso de un caimán en la balsa de la Morea, en Beriáin, que efectivamente existía, pero era de plástico, la de una persona que veía buitres anidando en su balcón donde había palomas, crías de halcón que son vencejos o crías de águila que llegan al centro cacareando. "Nosotros no recogemos palomas domésticas ni gatos ni perros, pero cuando te llaman por una paloma no te queda más remedio que ir, porque no sabes realmente lo que es".

cosas raras como mascotas También es relativamente frecuente que lleguen animales extraños. Salamanquesas exóticas de cargamentos de fruta de Canarias, boas que aterrizan con un cargamento de maderas de Panamá, un cargamento de jilgueros o cardelinas que la Guardia Civil decomisa en el aeropuerto de Noáin. O ¿mascotas? "como un caimán, que de pequeñito no sé si es simpático, pero luego va creciendo. También han venido algunos monos. En todos estos casos, son animales protegidos por convenios internacionales en cuanto al tráfico, y la resolución de qué hacer con el animal se hace de acuerdo con el Ministerio de Asuntos Exteriores, y se suelen llevar a sitios acordados".

Respecto a esa "moda actual de tener cosas raras como mascota, como un lagarto", sucede que "cuando la gente se aburre, y se acaba aburriendo, tiene dos vías para de deshacerse de ella menos crueles que tirarlas a la basura. Si lo sueltas en la naturaleza normalmente se muere. Pero a veces suena la flauta, no se muere y tenemos un destrozo ecológico. Nosotros recogemos todo ese tipo de fauna y buscamos personas que la puedan tener en acogida. El centro siempre mantiene la responsabilidad de lo que entra, y se cede a gente que está dispuesta a mantenerlos, o especialistas que mantienen reptiles". Una premisa que no se puede aplicar al las especies exóticas invasoras, que no se pueden ceder, está prohibido por ley". Por lo demás, y con carácter general, la misión del centro es "retornar a toda la fauna a la naturaleza, por principio al mismo sitio de donde vino".

en detalle

614 ejemplares. En 2018 (último año con la memoria completa) se atendió a 614 ejemplares. 501 ingresaron en Ilundáin y 113 se solventaron por el Guarderío de Medio Ambiente. En el Centro, 369 (74%) fueron especies protegidas, 50 cinegéticas (10%), 35 domésticas y exóticas (7%), 6 plaga (1%) y 41 incluidas en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras (8%).

Especies protegidas. Se atendieron 459 avisos. La mayor parte de ejemplares protegidos que ingresaron fueron aves, un 95,4%, frente a un 4,1% de mamíferos y un 0,5% de reptiles y anfibios. Las especies con más ingresos fueron el autillo europeo (54), cernícalo vulgar (48), cigüeña blanca (32), buitre leonado (24), busardo ratonero (23) y milano negro(18).

En peligro, vulnerables o sensibles. Dentro de las especies protegidas, en Ilundáin se asistió a 20 ejemplares de especies clasificadas como "En peligro de extinción", "Vulnerables" o "Sensibles a la alteración del hábitat" en el Catálogo de Especies Amenazadas de Navarra: garza imperial (1), milano real (7), aguilucho lagunero (8), águila real (2) y halcón peregrino (2). Ocho pudieron ser liberadas.

Atenciones Guarderío. Las especies objeto de aviso solventadas con más frecuencia por Guarderío de Medio Ambiente fueron el buitre leonado y el corzo, con 18 y 13 avisos. También figuran la cigüeña blanca (9), vencejo común (9), cernícalo vulgar (5), culebra bastarda (4), murciélago (4), castor (3), culebra lisa europea (3), jabalí (3), aguilucho lagunero (2), autillo europeo (2) o busardo ratonero (2).

Edades. La mayor parte de los ejemplares ingresados nacieron ese mismo año (68%), frente a un 10% del año anterior y un 21% de adultos. Es el resultado habitual, reflejo de la mayor vulnerabilidad de los juveniles.

Causas de ingreso. Las más frecuentes de ejemplares de especies protegidas (364, excluyendo 5 decomisados) fueron las colisiones y traumatismos (un 42%, 154 ejemplares, 4 con enfermedad asociada) y las caídas del nido y desnutrición (un 36%, 131 ejemplares, incluyendo 2 huevos de un nido desmontado). Otras causas fueron las patologías infecciosas (15 casos, un 4%), las electrocuciones (8 casos, 2%), los disparos (7 casos, un 2%), y las intoxicaciones/envenenamientos (6 casos, un 2%).