uenan los primeros acordes y la gente salta a los balcones, como el que compra su entrada para un concierto y la función está a punto de comenzar. La cita suele repetirse cada día desde el sábado 14 casi a la misma hora, pero tampoco pasaría nada si no fuera así, porque en plenos días de confinamiento es imposible huir de casa y perderse el espectáculo. Ellos y ellas están poniendo música a las calles de la ciudad, y en diversos puntos de Pamplona y su Comarca están saliendo artistas espontáneos a los balcones con el único objetivo de amenizar los días a sus vecinos, sobre todo a la gente mayor, que está siendo la más cautiva en sus domicilios.

En la calle Calderería y en San Agustín, de la mano de sus vecinos y vecinas, todas las tardes hay fiesta por las alturas. En San Antón 12, suena la trompeta de David Orduña y en la calle Sancho el Fuerte, la de Iñaki Medina Peralta a las 6 de la tarde. En Erripagaña, el violín de Migeltxo Otaegi regala bellísimas piezas de tango, y de lo que se tercie, y en Burlada el charro Jesús Blanco, antes de Los Caminantes, se ha propuesto hacer más feliz la vida encerrada a sus vecinos. Y hay otros, como Iñaki Reta en Lezkairu, Rolando en la calle Compañía, AdelaMartín toca el piano con Héctor Pérez al trombón, en San Nicolás, 21, y Uxua Jiménez, la guitarra, en Fuente del Hierro, 1, con vecinos del bloque como Jesús, Charo y Mari Tere, entre otros.

"Es mi aportación en este momento chungo que estamos viviendo, y en este encierro, la parte anímica es la que más se resiente". David Orduña es músico profesional, profesor de trompeta en la Escuela de Música de Barañáin y colaborador en grupos de jazz y flamenco e iniciativas culturales diversas, además de cooperante en proyectos solidarios. Él, cada día, es la trompeta de la calle San Antón. No tiene hora fija, porque "suele ser espontáneo. Cuando hace buen tiempo, salen vecinos de enfrente, y como nos vemos por el balcón, pues nos ponemos de acuerdo". Empieza el show y David se marca una dj sesion para pasar después a improvisar con la trompeta; y sus vecinos ya no se van del balcón en un rato. "La gente mayor está encantada, porque para ellas es un rato de compañía". El jueves tuvo visita de los agentes municipales por la queja de un vecino: "Desde aquí aprovecho para decir a los vecinos que si alguno tiene problemas por el horario, que se ponga en contacto conmigo y lo solucionaremos", se ofrece.

Nombres como Kepa Ramírez, el del 36 de Calderería, Nerea del 24, Natxo del 34, Dani desde la buhardilla, Juliana en el 17, Mirentxu en el 38, Nati del 1º, tres abuelas asomadas a la ventana de los cuarticos de San Martín en el número 15...Y lo mismo con la calle San Agustín, con Sergio y con Paski, y con otras/os muchos que conforman esta iniciativa vecinal que ha conseguido, aún más, vivir un confinamiento en compañía. Kepa Ramírez sacó la guitarra el sábado pasado y ya no ha dejado de salir al balcón ningún día. "Teníamos un grupo de whatsapp con 12 vecinas y vecinos para organizar las fiestas de las calles, y ahora ya somos 74. En cuatro días, de balcón a balcón, nos hemos hecho una piña", cuenta Kepa, fontanero de profesión.

Empezaron con el Riau riau y a sumarse a los aplausos a los sanitarios, y a partir de ahí ha sido un no parar. "Salimos a las 6 de la tarde, pero ahora también, los días de fiesta a la 1, para el vermú". Suena la músicade Los Huajolotes, el mítico Insumisión, insumisión.., elTxoria txori de Mikel Laboa y el Resistiré del Dúo Dimámico. "El jueves, que era fiesta, hicimos juegos y un concurso de disfraces desde los balcones", cuenta. La iniciativa, que ya puede seguirse por las redes, tuvo un momento triste cuando la Policía Municipal multó a una hostelera por sacar el altavoz a la calle, una sanción que esperan sea levantada "porque lo único que hacemos es darle vidilla a la gente mayor y hacer barrio". Pero, además, "es puro egoísmo, porque nos aburrimos". Este jueves organizaron un concurso de disfraces, el sábado bingo y ayer un animado vermú sanferminero. Y las ideas no se agotan.

Hacer comunidad y afianzar las relaciones vecinales es lo que han conseguido en Fuente del Hierro, 1 a pesar del encierro. Cada tarde, a las 5 y media, una docena de artistas salen al balcón para darle a las rancheras, a las habaneras y disfrutar del momento. "Nos llevábamos cordial, pero esto ha conseguido unirnos más", explica la tafallesa Uxua Jiménez, funcionaria jubilada, que toca la guitarra desde el sexto. "Casí no nos oímos, pero lo pasamos estupendamente". Resistiré, Cuando salí de la Habana, La Paloma, Gracias a la vida, La Llorona... forman parte del repertorio, al que han añadido canciones infantiles de los payasos para los más pequeños del bloque. Junto a Uxua, los artistas de Fuente del Hierro 1 son Jesús, Mari Tere, Charo, Carmen, Inés, Begoña, Ricardo, María Jesús, Luisa, Miguel, Carlos y los txikis Anne, Adriana, Hugo, Noa y algunos más

En Burlada, comenzaron el jueves a sonar las mexicanas de Jesús Blanco Vicente. Este "charrín de nacimiento (de Olite) y charro por devoción", como él mismo se denomina, fue pintor técnico de carrocería en Volkswagen y ahora canta rancheras. "El pasado domingo íbamos a actuar en un festival contra el cáncer con Txutxin Ibáñez y Nueva Etapa, y al final se suspendió", se lamenta. Quizá por eso tenía el gusanillo de entonar la voz y regalar un rato ameno a quienes le quieran escuchar: "Esto hay que alegrarlo, porque la gente está muy tristona. Y yo lo hago con el corazón". Aún no sabe si saldrá otro día, pero, si así es, seguro que a sus vecinos les pilla en casa. "No pensaba que iba a tener tanta repercusión".

Música y de la mejor suena también en Erripagaña, un barrio que se ha convertido en uno de los más activos durante el confinamiento. Allí, desde un segundo, suena el violín de Migeltxo Otaegi, hijo del catedrático de piano, recientemene fallecido, Miguel Ángel Otaegi, y de Uxua, la guitarra de Fuente del Hierro: "Es también un homenaje a él", indica este ingeniero industrial de una multinacional de Puente, que estos días desde su casa teletrabaja y da recitales. "Llevamos año y medio viviendo aquí (con Laura, su novia), y esta situación nos está ayudando a conocernos más entre los de la comunidad". De hecho, lanza un ofrecimiento a otros músicos urbanos para, a través de las redes, hacer un grupo y tocar: Porque "para las personas mayores esto es un drama".

"La gente mayor está encantada, porque para ellas es un rato de compañía"

Trompeta en San Antón, 12

"Teníamos un trato cordial los de la comunidad, pero esto ha hecho que nos unamos más"

Fuente del Hierro, 1