Es tiempo de grullas. Tiempo de mirar al cielo y también a la balsa de Zolina/Ezkoriz, a escasos 10 kilómetros de Pamplona. “Entre 260.000 y 270.000 grullas pasarán el invierno en la península ibérica. La gran mayoría, como desde hace millones de años, cruzará los cielos navarros con su trompeteo inconfundible y sus bandadas en formación de V. Muchas de estas miles descansarán en la balsa de Ezkoriz como lo han hecho siempre… si les dejamos”. La advertencia es de Raúl Pascual Blasco y Haritz Sarasa Zabala, ornitólogos aficionados que quieren rescatar a la balsa del olvido.

Con ese objetivo han presentado un exhaustivo informe para que el Gobierno de Navarra la incluya en el catálogo de humedales de la Comunidad Foral. Cuentan con la colaboración del Ayuntamiento del Valle de Aranguren y su técnica de Medioambiente, así como con el aval de la sociedad de ciencias naturales Gorosti y los organismos SEO-BirdLife, plataforma Observado-España y el equipo de revisores de Ebird España. Y destacan que es la primera vez que una iniciativa popular promueve actualizar un inventario en Navarra, “haciéndolo por el cauce correcto. Si la gente trabaja con seriedad se pueden hacer cosas sin depender siempre de que la iniciativa la tome el gobierno y sus funcionarios”, explican. Además, “esto puede abrir la vía a otras iniciativas medioambientales en materia de conservación de espacios naturales. Por ejemplo, la balsa de Loza, la balsa de Iza, así como los arrozales de Arguedas, también de gran valor medioambiental”, dicen.

En el caso concreto de la balsa de Zolina/Ezkoriz, “los que la visitamos con asiduidad vemos con preocupación en los últimos tiempos la proliferación de conductas incívicas. Todoterrenos circulando fuera de las pistas y destrozando los microhumedales, personas con perros sueltos andando por las orillas, múltiples escombreras, botellones, personas volando drones, etc”. Unas actuaciones que se traducen “en destrucción de hábitat, generación de basura y, en último término, molestias a las aves. Las aves son seres delicados y muy sensibles. Tienen por naturaleza poca tolerancia a la interacción humana, siendo extremadamente delicadas en momentos clave como pueden ser la reproducción y la migración”, añaden los dos naturalistas. “A estas alturas, por todos y todas es conocida la importancia migratoria de la balsa de Ezkoriz o balsa de Zolina. Sencillamente, es el primer enclave que reúne las condiciones adecuadas para el descanso de miles de aves después de atravesar los Pirineos por los collados navarros, elegidos éstos por las aves debido a su menor altura”, argumentan.

Ambos naturalistas recuerdan que la elección de este enclave por parte de las aves “no se trata de algo reciente, ni mucho menos. Ya en el libro de Humberto Astibia, 'Un Homenaje al mar pirenaico en la balsa de Ezkoriz', se hace referencia al origen marino de sus sedimentos margosos. Estos se remontan al Eoceno, hace 40 millones de años, cuando la cuenca del Ebro formaba parte del mar Cantábrico, quedando aislado como un mar interior tras el levantamiento de los Pirineos a principios del Mioceno, formándose un vaso de aguas salinas en el fondo del valle que se acabó de desecar apenas hace 2 millones de años, durante el Pleistoceno. De hecho, como dato curioso se ha constatado la presencia de huellas de aves fosilizadas en el valle”, dicen.

“Se refleja de esta manera que la balsa de Ezkoriz (Zolina), situada en plena ruta migratoria, y a escasos 35 km al sur de los principales pasos de la gran barrera montañosa que suponen los Pirineos, es ni más ni menos, que la primera laguna peninsular donde las aves pueden parar a reponer fuerzas. Y así ha sido durante millones de años”.

247 especies

En cuanto al número de especies de aves registradas en la balsa de Ezkoriz, asciende a un total de 247. “La cifra ya de por sí es espectacular, pero todavía más si recalcamos que se da en apenas 110 hectáreas. Posiblemente esta cifra no se da en ningún otro lugar de la península ibérica en relación con su tamaño”, comentan Raúl y Haritz.

Pareja de correlimos menudo (‘Caladris minuta’).

Grullas, ánsares, cigüeñas blancas y negras, anátidas, limícolas, rálidos, paseriformes, etc. Cientos de especies hacen su aparición en la balsa de Ezkoriz a lo largo del año. Unos durante la migración prenupcial y postnupcial, los hay que utilizan la balsa como lugar de reproducción. Especies de interés y estrictamente protegida como el tarro blanco donde tiene su lugar de cría, único en Navarra y más septentrional en la península ibérica. Se dan cita especies amenazadas como el escribano palustre o el carricerín cejudo, ésta, declarada la especie mas amenazada de Europa”.

“El gasto energético, las dificultades y la mortalidad que conllevan los viajes migratorios califican sin duda este fenómeno como una etapa crítica. Por ello, cualquier laguna directamente inserta en una ruta de migración tan claramente definida como es el caso de Ezkoriz, tiene un papel funcional mas que suficiente para ser incluida en el Inventario de Humedales Navarros”, detallan.

Catálogo sin actualizar

Los dos naturalistas recuerdan que cada 2 febrero se celebra el día de los humedales. “No falta el mensaje desde las instituciones alabando los humedales navarros y señalando las virtudes de las zonas húmedas respecto al cambio climático, su desaparición y la importancia de mantenerlos sanos y protegidos. Lamentablemente todo parece quedarse en palabras”, consideran.

“La actualización del catálogo de humedales Navarro se encuentra prácticamente olvidado, manteniendo los únicos 23 humedales desde el año 1997. Sorprende el abandono de este humedal tan cercano a la capital navarra, tan valioso por sus características únicas y objeto de deseo para fines de los más variopintos”. El artículo 2 del decreto foral sobre zonas húmedas estipula que cualquier persona física o jurídica, pública o privada, puede solicitar al Gobierno de Navarra la inclusión de una zona húmeda “cuando considere que reúne valores naturales dignos de ser protegidos”, siempre “debidamente motivada acompañada “de la información técnica y científica justificativa de la relevancia de la zona húmeda”.

Así que Raúl y Haritz han recogido el guante y han cursado una solicitud que esperan que llegue a buen puerto. Porque “urge dar un reconocimiento que ayude a la conservación de este ecosistema único. Casi podemos hablar de un acto de solidaridad, pero es ante todo una responsabilidad que nos toca como sociedad, pues estas especies migratorias no se pueden tratar tan solo a nivel local. Debemos mirarlas con otro prisma que nos muestra que son especies que transitan desde el Ártico hasta el África subsahariana, como lo corrobora la lectura de las anillas que algunas aves portan en sus patas”.

‘Basuraleza’ de tipología diversa. Lo mismo da material de obra, como cemento y ladrillos, que restos de comida, botellas y latas, vidrios, colillas o palés. Raúl y Haritz denuncian la “proliferación de conductas incívicas” en la balsa de Zolina/Ezkoriz, en la que imágenes como las de aquí arriba son habituales. Fotos: Oskar Montero/cedidas

EL POST IT

Infraestructura minera. El informe de Sarasa y Pascual desgrana el origen de la balsa, relacionado con sus propietarios -la empresa pública Posusa- heredera de Potasas de Navarra. Explotó las minas de potasas de Beriáin-Subiza, y para sus restos de deshecho habilitaron esta laguna de decantación en los años 60. Hoy la laguna sigue siendo propiedad de Posusa, aunque no tiene destino determinado. Debido a la paulatina mejora de sus condiciones ambientales, recibe a un gran número de aves y otras especies animales, y es sitio de solaz y esparcimiento de habitantes de la cuenca.SUS FRASES

“Sorprende el abandono de este humedal tan cercano a la capital navarra y tan valioso”

Raúl Pascual Blasco

Ornitólogo aficionado

“Urge dar un reconocimiento que ayude a conservar este ecosistema único”

Haritz Sarasa Zabala

Ornitólogo aficionado