El sol de la primavera invadió en tromba, sin previo aviso, la finca de mi Cartuja, dando nueva vida a los tristes esqueletos invernales que mostraban mis árboles frutales, convirtiéndolos en resucitadas y bellísimas novias vestidas de blanco. Eran los almendros, manzanos, peros, guindos garrafales y ciruelos que rivalizaban entre ellos por el esplendor de sus vestiduras de nieve confeccionadas con pétalos de flores que cubrían todo su cuerpo y que habían sido diseñados por los mejores modistos y modistas del mundo. Y esta maravilla externa, que adornaba cada flor, encubría otro milagro mucho más sabio y profundo y es que cada flor tiene instalada en su seno una matriz o estigma receptivo, capaz de engendrar nuevos frutos, como si fueran sus hijos. Porque toda flor produce en su matriz- parte femenina- unos óvulos que, al ser fecundados por el polen- parte masculina- trasladado por las abejas, el viento o plantas polinizadoras, fertilizan los óvulos y lo hacen germinar. Siendo evidente que yo no había colaborado en nada para que se produjera este prodigio asombroso en todos mis frutales, me quedé pensando: ¿este portento admirable se habrá producido por azar o casualidad o habrá una inteligencia muy superior a la nuestra, capaz de realizar esta maravilla?. Trasladando mi pregunta al origen del universo, recordé a los grandes científicos y descubridores que a lo largo de la historia han afrontado esta misma pregunta relativa al cosmos y la vida humana concluyendo: “ es imposible ver algo tan perfecto y dudar de que todo ha sido creado no por casualidad sino por obra de un Ser Supremo de suma inteligencia y poder”.

Así el gran científico Albert Einstein que reconoce: “ Dios se revela en la armonía de lo que existe como la gravedad, la conversión de la materia en energía, el electromagnetismo, la interación celular, etc. etc... de tal manera que la ciencia sin religión está coja y la religión sin ciencia está ciega”. En el mismo sentido el científico Kepler asegura: “las fuerzas de la gravedad, del electromagnetismo y de la interación nuclear están ajustadas y equilibradas con tal precisión que el menor cambio acabaría con la vida existente y el planeta tierra”. Lo mismo enseñan Galibeo Galilei e Isaac Newton concluyendo concluyendo: “un poco de filosofía es el ateismo. La profundidad de la filosofía la tiene el creyente”. Y Copérnico: “el mundo ha sido forjado por un Creador sumamente ordenado y bueno”. Podríamos seguir citando muchos científicos que confirman la tesis de un Creador y que aseguran que en nuestro mundo existen infinidad de rastros, indicios, señales y huellas que apuntan a un Creador Infinito aunque ignoramos como es. Soy consciente de que existen también muchos científicos responsables que niegan el creacionismo por un Ser Superior y atribuyen todo lo creado a una coincidencia de múltiples casualidades o del puro azar, por chiripa. Son tantas las casualidades, combinaciones y concurrencias entre ellas que son también muchos estudiosos del Universo que consideran una verdadera imposibilidad matemática tan milagrosa coincidencia por azar. Como si en la Lotería de Navidad le tocara todo el premio gordo a un solo señor que había comprado todos los décimos del número premiado y alegó ante las sospechas de la Policía que había sucedido por pura casualidad. Pero el mosqueo de la Policía y de los Jueces fue mayúsculo cuando al año siguiente le volvió a tocar al mismo número que el anterior sorteo del que también era poseedor de todos sus décimos y tuvieron que abrir una investigación en la que el sospechoso volvió a alegar el azar casual.

Cuando ya el tercer año consecutivo, se repitió como premio gordo el mismo que los dos años anteriores, la Policía lo arrestó y celebrado el juicio correspondiente fue condenado a cárcel por estafa ya que nadie pudo creer en la casualidad una vez realizado un minucioso cálculo de probabilidades por peritos especializados en esa materia dictaminando que no se trataba indudablemente de una casualidad sino de una causalidad maliciosa y estafadora del acusado.

También este otro ejemplo...

Existía un enorme basurero de varios kilómetros de largura, en el que se había depositado gran cantidad de diversos materiales de desecho como hierros, aluminio, cobre, goma, cristales, etc, que fue arrasado por un gran vendaval tormentoso que duró varios días, revolviendo toda la basura acumulada. Cuando se calmó la tormenta apareció un gran avión a reacción, que funcionaba normalmente, por la conjunción casual de los elementos depositados en el basurero. ¿ Ud. me cree?. Yo no.

La verdad es que, siendo prácticos, el examen decisivo a que nos va a someter Dios al final de los tiempos, descrito en el Evangelio de S.Mateo 25- 31-46 no va a versar sobre nuestra creencia mundana en un Dios Creador, ni sobre nuestra asistencia a la Misa Dominical de los Domingos sino únicamente sobre nuestro comportamiento generoso para con el prójimo necesitado, como el hambriento, el sediento, el desnudo, el enfermo, el encarcelado, el inmigrante,..

Como colofón final transcribo la poesía, escrita por un misionero navarro en Japón, durante muchos años, llamado José María Lerga.

¿Has visto acaso tú el mar

Le preguntaron al pez.

¿El mar?- dijo con asombro-

Ni siquiera el nombre sé.

Yo sólo conozco el agua

En que nado a mi placer.

De existir será muy lejos,

En otro mundo tal vez.

Como el pez, cortos de vista

Los hombres solemos ser

Vivimos en Dios inmersos

Y no sabemos quién es.