- La Residencia San Jerónimo de Estella-Lizarra estrenó ayer un nuevo servicio de hidroterapia. Otra novedad tras la inauguración de las viviendas individuales y la caseta de encuentros familiares en la pandemia. El centro, que hace una semana volvió al confinamiento, recuperó ayer su protagonismo con la instalación de una nueva cabina de masajes para sus residentes. Una creación de Eduardo Segura basada en la hidroterapia que fue “maquinando” durante el tiempo que estuvo visitando a su abuela en la residencia donde pasó sus últimos años y a quien le puso su nombr; Lucía. Un proyecto que fue apoyado por la Fundación Fluidra, en cuya representación participó ayer en Estella su gerente Xavier Servat, quien destacó la necesidad de las grandes corporaciones de encontrar la escala y también el ámbito social al que debemos acudir para devolver a la sociedad lo que nos ha generado”.

Desde ayer, lo que fue una simple idea de mejora a la que se le aplicó otras fases de diseño industrial hasta su fabricación industrial, ya funciona en esta residencia de Estella-Lizarra. “Cuando vi el relato diario de la residencia de San Jerónimo y luego conocí a su director David Cabrero, noté tan buena energía que no hizo falta más para decidir que esta residencia sería una de las que contaría con esta innovación”, comentó su creador Eduardo Segura. Por su parte, el director de San Jerónimo, David Cabrero, destacó las terapias que la cabina instalada aportaría a los residentes como “reducción de los dolores o mejoras en la respiración”. Cabrero agradeció la participación de las fundaciones Fluidra y Isensi en esta donación. “Está claro que la pandemia ha sacado lo mejor de cada uno y esto es un ejemplo de ello. Así, esta batalla la vamos a ganar”, señaló.