Unos 50 niños y niñas del colegio La Balsa de Arróniz comenzaron la semana con diversos talleres en los que se vio el ciclo hídrico y el tratamiento del agua residual. Noelia Echeverría fue una de las profesoras responsable de los curso de infantil y se mostraba satisfecha porque los alumnos habían visto “de manera muy práctica” el recorrido del agua desde su utilización doméstica hasta la depuración posterior. “Han sido unos talleres muy divertidos donde los niños lo han pasado bien. La pena es que este año, con las contraindicaciones de seguridad, no han podido hacer ellos mismos los ensayos”, comentó Noelia.

Junto a los más pequeños casi medio centenar de chicos y chicas de Arróniz participaron en esta jornada transcurrió desde las nueve de la mañana en la muestra de vídeos interactivos, así como juegos digitales en lo que se experimentaron con el agua del grifo. Con los más mayores, la actividad consistió en entender la depuración con sencillos elementos caseros, como un colador, polvos de cacao, pinzas de tender y aceite usado de cocina. Finalmente, la tercera actividad desarrollada en el colegio de Arróniz fue un juego en el que los más pequeños “gestionaron el agua residual de una ciudad”.

Desde Nilsa, aseguraron que el objetivo del programa educativo no es solo dar a conocer el proceso de depuración de las aguas residuales, sino también concienciar sobre el respeto que “como ciudadanía, debemos al medio ambiente y al resto de seres vivos, como plantas y animales”. Así se puso de relevancia ayer en un día especial, ya que hoy 26 de enero es la fecha establecida por la Organización de Naciones Unidas, desde 1975 como Día Mundial de la Educación Ambiental y el acto celebrado ayer en Arróniz, solo fue un pequeño anticipo.