Entre lo del sobrero cegato y los moqueros inescrutables del jueves en Cintruénigo y la falta de soldadesca rehiteril ayer en Peralta, el tema suma ya mucho de chungo este septiembre taurino. Y aún queda otra novillada picada en la vieja Azkoyen, en Fitero y las ferias de Sangüesa y Corella. En Olite, no: Se lo tiene que hacer mirar la corporación municipal de una ciudad real y primigenia taurina, además de aficionada.

A Peralta llegó Clemente Jaume in extremis sustituyendo al anunciado Corbacho, que mando parte. Con el país en ebullición taurina, el galo solo consiguió un rehiletero. Así, hicieron el paseíllo 7 de los 9 banderilleros habituales. La peonada decidió sumar intervenciones y repartirse el parné. A las primeras de cambio, bueno, tras el juego, manso, peligroso e imposible del primer condeso, a uno de los 7 (J.M.C.) de la diezmada tropa le dio un golpe de calor. En la enfermería los facultativos le pusieron hielo y le estuvieron abanicando (de con abanico, rojo, para más señas) sin parar. Recuperó la vertical justo cuando doblaba el sexto utrero. Casualidades..

Así, con tantas bajas, la soldadesca bípeda tuvo que apechugar con casi el doble de tajo. Y, además, se trataba de un currelo bastante penoso, tanto por el comportamiento a la defensiva de los buenos mozos extremeños de Conde de la Corte, como por escasos recursos lidiadores. En primera línea de combate destacó el lodosano Venturita, a quien no le daba casi tiempo de cambiar de rol entre lidia y banderillas. En su primer y segundo segundo tercio amplió la escena desde tener que desmonterarse hasta sufrir una fea caída que estuvo en un tris de recibir la doble paga en el hule. El encierro de Conde de la Corte, en tipo de sus dos líneas, pero desigual hubiera sido una notable corrida en tiempos pretéritos (muy). Abantos o muy mansos en huida en sus salidas. Pero, ojo: Metidos en el caballo brillaron con fuerza y fijeza en dos y tres puyazos. El Conde está mayor y delicado, pero no ha muerto. Así lo hizo saber, el sexto, un Teniente, encastado y galopando en varas, con el que el oscense Javier Poley puso la única casta de la tarde. Perdió una oreja de peso con el verduguillo. El resto, malamente. Lo mejor de la tarde, el estocadón del propio Javier Poley al tercero.

Los toros

l Conde de la Corte. Seis utreros, dispares de presentación. Con brillo en dos y tres puyazos. Mansos, huidizos y topadores en los engaños. El sexto, completo en los tres tercios, aplaudido en el arrastre.

Los NOVILLEROS

l Joselete. Silencio y silencio.

l Clemente Jaume. Silencio y silencio tras aviso.

l Javier Poley. Vuelta al ruedo y vuelta al ruedo.

La lidia

l Presidencia. Bien a cargo de Nieves Monroy, asesorada por Miguel Monroy y Raquel Munárriz. Despistadilla cuando les piden permiso o se despiden los lidiadores

l Incidencias. Media entrada. Veraniego. Saludó tras parear al segundo, Venturita. Buen tercio de varas de Rafael Sauco, que fue aplaudido en el tercer novillo.