Todo al rojo en Tudela: crónica del cohete anunciador de las fiestas de Santa Ana 2023
Jesús Marquina inició las fiestas recordando a los ausentes / Aviones, artistas locales y las ya habituales exaltaciones patrióticas, protagonistas
“¡Esto es algo demasiado grande para lo que yo soy!”, dijo el lanzador del cohete, Jesús Marquina, poco después de prender la mecha. “¡Gracias Tudela! ¡Que este cohete lleve la alegría hasta el cielo!”, gritó recordando a su madre y su hermano antes de que el chupinazo –palabra que Toquero casi quiso prohibir en 2022– cruzara el poblado cielo tudelano por el que había pasado un avión militar Hércules, por encima de la ciudad a baja cota, una avioneta y un dron que grababa imágenes para el Ayuntamiento. Tras los tradicionales vivas a Tudela, Navarra y Santa Ana, Marquina abrió la caja de pandora a siete días de desenfreno que comenzaron con una lluvia de confettis que casi cegaron todas las cámaras de fotos.
“Emocionante, inenarrable... algo que no se puede explicar con palabras. No pensaba que despertaba tanto cariño. No soy consciente del trabajo que realizo junto con Ángel Álvaro. ¡Quiero escapar rápido para grabar en la calle donde me siento muy feliz!”. La plaza, que era un mar de pañuelos rojos que se perdían por las calles Carrera y Muro, rompió en un estallido cuando se escuchó el estallido del chupinazo.
Tras ese primer cohete, vinieron otros lanzados por ediles de UPN (que arropaban a Javier Esparza que, como siempre, tenía sitio privilegiado en el balcón) pero también por la senadora regionalista María Caballero, que tuvo la suerte de ser elegida para lanzar, incluso antes que ninguna otra concejala tudelana de la oposición.
La concejala de Festejos, Verónica Gormedino, había preparado como novedad una actuación musical con músicos locales que iba a terminar justo antes del cohete, con temas para animar el ambiente: Barricada (Blanco y negro), Marc Anthony (Vivir mi vida), Vicco (Nochentera), Richi e Poveri (Será porque te amo) para terminar con el Bienvenidos de Miguel Ríos). Tras dejar a la juventud en todo lo alto (a la que habían subido con la apuesta segura de Qué bonito es el amor y Sale el sol por la mañana) comenzó a sonar el pasodoble que no podía faltar, “yo no había programado esto”, decía por lo bajini la edil de Festejos. En ese momento (y tras ecuchar unos tímidos silbidos en la plaza) apareció en el balcón la secretaria del Ayuntamiento de Tudela como un rayo con Alejandro Toquero y Anichu Agüera para entonar, con el dedito en alto, “¡Qué viva España!” y retrotraer a Tudela a los años 70.
De hecho, más de uno quiso emigrar del balcón de la casa del Reloj en ese momento, aprovechando que la canción homenajea a los emigrantes españoles. Se suele decir que no hay mal que dure 100 años ni cuerpo que lo resista y también que no hay dos sin tres y seguro que en estos 4 años tendremos el numerito cada cohete, mientras parte de la juventud cantaba yo soy español, repetía el nombre de Toquero (contestando el primer edil apretando el puño) y no faltó tampoco el “¡que te vote Txapote!”. Otra Juventud, más atrás, sacó pancartas de Tutera faxismoaren aurka! e ikurriñas que convivieron perfectamente con las españolas. Ayer era un día de convivencia e incluso se pudo ver en cuadrillas donde amigos portaban ambas. Tudela viaja cada año a los 70 en el cohete, pero por lo menos avanza en convivencia.
Dentro, en la Casa del Reloj, los políticos locales o de visita, rozaban el centenar, con la presidenta, el delegado de gobierno y diputados electos a la cabeza.