pamplona - La XVIII Semana de la cazuelica y el DO Vino Navarra, que se ha celebrado desde el 4 hasta el 14 de octubre, finalizó ayer con la entrega de premios en la Cooperativa de Hostelería de Navarra. Como en las anteriores ediciones se repartieron los premios en las categorías Oro, Plata y Bronce.

El primer premio fue para el gastrobar La Barra del Goloso con su propuesta de Ajoarriero de mi abuela con el caldo Palacio de Sada Rosado 2018. La Juana gastrobar se llevó la plata con su cazuelica ¡Qué morro! ¡Qué callo! acompañada por el vino Viña Zorzal Garnacha Blanca 2017. Y por último lugar, el bronce fue para Baserriberri y sus Txipirones Kun y linGus de ternera maridada con Viña Anitz Primicia 2016. Estos tres galardonados, todos de Pamplona, compitieron durante diez días con un total de 38 establecimientos de Pamplona, Sarriguren, Cordovilla, Mutilva, Noáin, Parque Natural de Urbasa y Tudela.

Los ganadores de este concurso, organizado por la Asociación de Hostelería y Turismo de Navarra y con el patrocinio del Consejo Regulador de la DO Navarra, mostraron su satisfacción tras saber la valoración del jurado.

“Estamos muy contentos y felices por este primer premio. No nos esperábamos esta posición, terceros quizá, pero no primeros. Cuando nos clasificamos entre los diez finalistas nos alegró pero siempre fuimos comedidos”, expresó Bernardo Pérez, quien recogió el premio junto con José Bendenzú, jefe de cocina de La Barra del Goloso. Estos concursantes decidieron apostar por un ajoarriero tradicional y un guiso de la familia, aunque un toque crujiente le otorgó el aspecto innovador a su creación. En cuanto al secreto de su propuesta, Bendenzú no quiso desvelarlo aunque sí añadió que “lo hemos hecho con cariño y eso les basta a los clientes”. Para Bernardo Pérez, el uso de pescado marcó la diferencia: “Ha sido una cazuela diferente comparada con el resto que llevaba mucha carne, nosotros decidimos usar el pescado y eso creo que ha marcado diferencias ante los jueces”. La Barra del Goloso, gastrobar abierto en 2015, es especialista en la elaboración de comida peruana pero para el concurso decidieron utilizar algo “más típico de aquí”. “Lo del ajoarriero lo teníamos muy claro desde el principio, José es peruano y solemos hacer comida peruana pero nos propusimos hacer algo más de aquí para el concurso”, finalizó Pérez.

Desde el gastrobar La Juana el segundo premio significa “un reconocimiento a la labor diaria”. Eduardo Rúiz de Mendoza, cocinero de este establecimiento, fue el encargado de recoger el premio: “Estamos muy contentos, el año pasado nos dieron el premio a la mejor cazuelica elaborada con productos de caza y este el segundo premio”. Su propuesta se basó en morro y callos, siendo un guiso tradicional “con mucha calidad y cariño que ha sido muy aceptado por todos”. Según Rúiz de Mendoza, la elección de esta cazuelica se debió a la necesidad de recuperar lo tradicional. “Decidimos presentar algo de toda la vida porque creemos que las tradiciones se están perdiendo”, comentó el cocinero.

Por otro lado, para Baserriberri el tercer premio fue algo inesperado. “Había un gran nivel y era difícil clasificarse, pero con este final estamos muy contentos”, comentó Luken Vigo, cocinero que recogió el bronce junto con su compañero Iñaki Andradas. “Es el segundo año consecutivo que quedamos en la categoría Bronce y así que muy contentos por mantener el podio. Ha sido una semana muy intensa de trabajo y al final lo importante es que el cliente haya aceptado nuestra creación y le haya gustado”, finalizó Vigo.

variedad de sabor Además de los tres mencionados anteriormente, siete establecimientos acudieron ayer en calidad de finalistas. Estos fueron: Bar Bahia Food & Club, Casa Otano, Casa Lola, Le petit comité, La vieja Iruña, Caravinagre y el Bar Monasterio.

Durante los diez días que duró el evento, un jurado compuesto por siete cocineros profesionales se encargó de catar las cazuelicas y escoger aquellas con mayores cualidades gastronómicas. Pero ayer, únicamente el cocinero Alex Mújica; David Palacios, presidente de la DO de Navarra; y Javier Díaz, jefe de cocina del Restaurante Alhambra y presidente del jurado de este concurso, valoraron las diez cazuelicas finalistas in situ.

“Ha sido una decisión bastante difícil de tomar en comparación con otros años. Ha habido un gran nivel, aunque siempre hay diferencias. Hemos tenido en cuenta los aromas, matices, texturas, que tenga identidad de cazuelica tradicional, que la puesta en escena esté bonita, pero sobre todo que prime la calidad, se respete el producto y que tenga sabor”, añadió Javier Díaz.

Además de los galardones principales se entregaron otros más específicos. El bar Roncesvalles consiguió el mejor servicio del vino y la mejor elaboración con productos de caza. La Cafetería Obas se hizo con la mejor cazuelica elaborada con productos ecológicos; Bearán Bar & Rooms con la mejor elaborada con producto local; y la mejor cazuelica elaborada con aceites Sandúa fue para el Camping Urbasa.