pamplona - Navarra Suma constató ayer lo complicado que le va a resultar sacar adelante los Presupuestos del Ayuntamiento de Pamplona para 2020 y no depender para su acción de gobierno de las últimas cuentas que aprobó el cuatripartito de Joseba Asiron, las de 2018.

Como era previsible, el grupo municipal de Geroa Bai rechazó ayer el ofrecimiento del equipo de Gobierno para aprobar la propuesta presupuestaria o al menos abstenerse, lo que sería suficiente. Con la aritmética actual, la coalición UPN-PP-Cs, con 13 de los 27 representantes, está obligada a buscar el apoyo o la abstención de uno de los 3 grupos de la oposición, que en la práctica se reducen a 2 tras el veto anunciado a negociar con EH Bildu.

Tras la negativa de Geroa Bai, que cuenta con 2 concejales, la única opción que le queda a Navarra Suma son los socialistas, con los que se reúnen hoy, cuyo apoyo tampoco parece muy probable dado el desarrollo de la legislatura, que el PSN no ha sido tenido en cuenta en la elaboración del presupuesto y del deterioro de las relaciones entre el alcalde Enrique Maya y Maite Esporrín, que ni se hablan.

La dificultad de aprobar el Presupuesto no es algo que haya cogido por sorpresa a la coalición de la derecha, que solo en el último momento y a 5 días de que comience la tramitación en las comisiones del proyecto presupuestario, se ha sentado a negociar con los grupos de la oposición para buscar ese único voto que necesitan.

Que la representación negociadora de Navarra Suma no estuviera encabezada por el alcalde ya indica la escasa relevancia que han dado a estas conversaciones. La encargada de presentar la oferta a Geroa Bai fue María Echávarri, concejala delegada de Servicios Generales -que se ha caracterizado en este inicio de legislatura por su perfil moderado y dialogante, pero que carece de peso político relevante en su estreno como concejala en Iruña- que estuvo acompañada por la directora del área de Hacienda Nuria Larráyoz.

Según las fuentes consultada, la reunión fue larga (dos horas) y se pusieron de manifiesto las profundas diferencias existentes entre Navarra Suma y Geroa Bai, tanto en la forma como en el contenido del proyecto presupuestario.

También sirvió para exponer el delicado panorama al que se enfrenta el equipo de Gobierno si no logra sacar adelante el Presupuesto. En este caso, debería prorrogarse el Presupuesto actual, que a su vez fue prorrogado del ejercicio anterior después de que UPN, PSN y Aranzadi -hasta entonces socio del cuatripartito- tumbaran el proyecto en enero de este año.

De 215 a 187 millones En este supuesto, Navarra Suma tendría que ajustar su acción de gobierno al Presupuesto de 2018, el último que se aprobó en el mandato de Asiron, con un importe de 187,9 millones, cuando la propuesta actual asciende a 215,6. Este desequilibrio afectaría a otras áreas municipales, como por ejemplo en gastos de personal, que presentan un coste muy superior al establecido en 2018, y a buena parte de la estrategia y de los proyectos que la coalición UPN-PP-Cs tenía previsto acometer.

No es la primera vez que el alcalde Maya se ve en esta situación. En la legislatura 2011-2015 no pudo sacar adelante ningún presupuesto, por lo que se vio obligado a prorrogar ejercicio tras ejercicio y gobernar a base de modificaciones presupuestarias.

EH Bildu, PSN y Geroa Bai han criticado a Navarra Suma por actuar como si tuviera mayoría, sin margen para la negociación en casi todos los asuntos municipales, y por el contenido del proyecto del Presupuesto para 2020.