- Las dos son amigas y maestras. Las dos tienen el cuerpo jotero. Y las dos han conseguido que la Jota Navarra cantada y bailada, como expresión viva, arraigada y compartida, sea declarada por el Parlamento foral Bien de Interés Cultural, Patrimonio Cultural Inmaterial. Laly Jausoro y Mª Ángeles González, a continuación L y M para abreviar, explican a dos voces en qué se concreta esto del bien inmaterial. M: “Es algo que no puedes coger ni tocar”. L: “Pero que se puede perder, porque es todo transmisión oral”. M: “Entonces, la declaración de bien inmaterial hace que ese bien que tú no puedes tocar ni coger” L: “pero que lo vives, que lo sientes” M: “sea igual que una catedral o un castillo. Una vez aprobado, tiene los mismos derechos” L: “para mantenerlo, protegerlo, difundirlo, investigar, innovar... para que quede constancia en años venideros. Por eso hay que hacer una labor de investigación y de transmisión”. Hasta aquí la narración sincronizada.

Laly en Pitillas y Mª Ángeles en Castejón, las dos impulsoras de Navarjota están familiarizadas con este género musical desde la cuna. “Mis padres cantaban jotas, las aprendí con ellos”, cuenta Laly. A los diez años cantaba en el coro parroquial, y superadas “las vergüenzas de la adolescencia” acumuló unos 100 trofeos cantando jotas en concursos de Tudela, Tafalla o Burlada. También llevó la jota por el Estado con los grupos Flores de Navarra y Alegría Navarra. “Son raíces familiares. Y yo la jota siempre la llevo dentro y la llevaré siempre, la cante o no la cante. Es expresión viva de sentimientos, de tradición... la cantaban mis padres y ahí la llevo yo”.

Parecido le sucede a Mª Ángeles, aficionada “de oír cantar a mi padre en el campo, con el tractor”. Su abuelo materno le pegaba a la guitarra, “y yo la veía encim a del armario y decía... ‘ay esa guitarra, yo quiero tocarla’. Así empezó también mi afición instrumental”, dice Mª Ángeles, que formó parte del grupo Navarra Canta. “La jota tiene ese sentimiento, esa garra, esa fuerza en la que tú te arrancas a cantar y enseguida la gente se suma, y el que tiene un instrumento lo coge y acompaña. Es algo que unifica, que gusta, que es bonito. Y es nuestro”, defiende.

“Esta lo tenía metido en la cabeza, entre ceja y ceja. ‘Los de Aragón ya lo han hecho, La Rioja también tiene la jota declarada como bien cultural inmaterial... y en Navarra nada. ¿Quieres que nos lancemos?’” recuerda Mª Ángeles que le preguntó su compañera. “No sabíamos ni dónde ir”, confiesa Laly. De aquello hace casi dos años. Probaron con el Departamento de Cultura. “Nos recibieron de maravilla y se alegraron muchísimo, porque estas cosas las tiene que proponer gente de a pie, ajena a la administración”, explican ambas. A raíz de ese encuentro, la Cátedra de Bien Inmaterial de la UPNA se puso en contacto con ellas, y asesoradas por Alfredo Asiáin Ansorena -la 3ª gran pata del proyecto- se pusieron a trabajar. Para darle un soporte formal al asunto, fundaron la asociación Navarjota. “Los fines son los de impulsar, divulgar, desarrollar, preservar y fomentar cualquier actividad que de a conocer la jota navarra dentro y fuera de nuestra tierra, así como el reconocimiento de la jota navarra como Bien de Interés Cultural como Patrimonio Cultural Inmaterial dentro del folklore musical de Navarra”, explica Mª Ángeles. Una labor con la que “a veces nos daban la una y las dos de la mañana, porque claro, nosotras lo primero somos maestras, y cuando salimos de nuestro trabajo nos dedicamos a esto”.

Además del trabajo de investigación “desde la historia, la evolución, la gente sensible a la jota, qué significa el traje de Pamplonica, qué inspira la jota en determinados ambientes...”, desde Navarjota organizaron tres foros en Tafalla, Tudela y Pamplona para recoger aportaciones. También reunieron hasta 2.000 firmas que solicitaban al Parlamento la declaración de bien inmaterial. Y lograron el apoyo de ayuntamientos que, como el de Pamplona, respaldaron por unanimidad esta iniciativa.

Por fin, el Parlamento foral declaró la Jota Navarra Bien de Interés Cultural Inmaterial el 27 de noviembre de 2019, y el 25 de febrero se conmemoró esta declaración en una conferencia-recital impartida por Alfredo Asiáin, con presencia de Mª Ángeles, Laly y representantes de 17 escuelas de jotas de Navarra y cuatro de La Rioja. Un acto en el que se escuchó esta jota: “las jotas de mi Navarra son un bien inmaterial, dan carácter a este pueblo, por su herencia inmemorial”.

“La jota la llevo dentro y la llevaré siempre, la cante o no. Es expresión viva de sentimientos, de tradición”

Jotera impulsora, junto con Mª Ángeles González de Navarjota