- La desescalada del Gobierno central contempla que bares y restaurantes puedan funcionar a partir del 4 de mayo para comida a domicilio, una semana después habilitar un máximo del 30% de sus terrazas y dos semanas más tarde (día 25) abrir el interior del bar con un tercio del aforo habitual y garantías de separación entre los clientes.

Unas medidas que ayer calificaron desde el sector como “tomadura de pelo, casi una aberración” en palabras de Nacho Calvo, secretario general de la Asociación de Hostelería y Comercio de Navarra. “¿Con tres mesas puedo abrir? ¿Tenemos que coger al 100% de los trabajadores?”. Ana Beriáin, presidenta de esta asociación que representa a 570 establecimientos de un sector con 11.000 trabajadores en la Comunidad Foral, hizo referencia al “desconcierto total” e “indignación” de los hosteleros, que no han recibido “ni una sola respuesta por parte del Gobierno” central a la petición de plantear ERTE parciales en el sector turístico, prorrogables “por fuerza mayor”. “Con estas fases de desescalada muchos establecimientos tendrán que cerrar”, advirtió.

“La situación es dramática tanto por el periodo de cierre como por el inicio de la actividad, escalonado y limitado”, apuntó Beatriz Huarte, secretaria general de Anapeh, la Asociación Navarra de Pequeñas Empresas de Hostelería. “El calendario de mínimos pone a muchos negocios en situación de si verdaderamente merecerá la pena abrir o no”. También desde Anapeh solicitan que los ERTE por fuerza mayor se extiendan más allá del estado de alarma “porque tras finalizar este todavía no será posible la reincorporación del total de la plantilla. La recuperación va a ser muy lenta, nos pone en una situación de crisis económica del sector durante al menos dos años”. “El calendario de fechas abre muchos interrogantes. Por ejemplo, cuando escuchamos que el 25 de junio volveremos a una ‘nueva normalidad’, qué se entiende por nueva normalidad”, dijo Huarte, y destacó que trabajan “intensamente en el protocolo y la formación de medidas de higiene y seguridad para ofrecer mediante un certificado o sello garantía y confianza a los clientes”.

Jesús María Ansa, socio del Gaucho y responsable de su cocina, lo tiene claro: “Con estas condiciones no voy a abrir porque no me da mi negocio. ¿Cómo vamos a abrir con un 30% del aforo y 21 trabajadores?”, se pregunta. “No sé qué cuentas han sacado. Si ya en luz, alquiler de una bajera que tenemos al lado, seguridad social... se nos va”. Y echa más cuentas. Fuera tiene “nueve mesicas de esas de estar de pie”. Dentro seis más y diez metros de barra. “Me quedarían tres mesas fuera, dos dentro y cinco clientes en barra con los dos metros de distancia”, apunta. “Si están emperrados con el 30%, hasta julio no voy a abrir, no merece la pena”. Lo primordial es “no dejar a gente sin pagar. Yo me jubilo en agosto, y aunque me gustaría acogerme a una de esas jubilaciones de bajar dos horas, no queremos cerrar, queremos que los chavales sigan. Tengo una plantilla muy buena y quiero mantenerla, y si se animan que vayan cogiendo esto”.

“Si nos dan la opción de ir recuperando al personal según la demanda, la cosa cambia. Pero abrir con el 30% solo es viable si tienes 300 metros cuadrados de sala”, insiste en la idea Jorge Goicoechea, propietario de la Mandarra de la Ramos y La Huerta de la Chicha y socio del Mesón de la Tortilla, Aldapa y las cafeterías Bidaurreta y Fika. “Y pasará que cuando terminen los seis meses en los que el ERTE te obliga a mantener los puestos, va a haber mucha gente que no lo soporte, presente las cuentas en negativo y cierre. No sé cuántas suspensiones de pago va a haber en 6-8 meses...”.

A Jorge tampoco le convence la opción de la comida a domicilio, permitida a partir del lunes. “Si somos 2.000 bares en Pamplona, ¿vamos a servir comida a domicilio todos?”, dice. “Lo que nos gusta de salir a comer es que te sirvan, te recojan la mesa, estar hablando a gusto... Si te llevan a casa una ensalada de gulas templada y unas carrilleras, que no te las vas a comer en plato de plástico, luego tienes que recoger y fregar. Y has pagado. Ahora, con tiempo, la gente se plantea hacerse ellos mismos las carrilleras. Y para hacer el reparto atractivo tendrías que tirar precios y bajar calidad, y eso es lo último, porque luego repercute en el aforo, en volver. Tenemos un morro muy fino”.

“Hay un permiso de aperturas de hoteles el 11 de mayo, pero hasta junio no se permiten los desplazamientos entre comunidades, con lo cual vas a tener el hotel prácticamente vacío y con todos los gastos de suministros y personal, que además no puedes incorporar paulatinamente”, explica Sara Martínez, presidenta de la Asociación de Hoteles de Pamplona y directora de Pamplona El Toro Hotel&Spa. Su petición al gobierno es igual que la de los demás; que se aprueben las medidas de ayudas solicitadas, la prórroga de los ERTE y la incorporación escalonada del personal. “Es lo único que podría salvar la situación”.

“El plan es una tomadura de pelo, casi una aberración”

Asociación Hostelería y Turismo

“Sin 300 m2 de sala es inviable abrir con un 30% de aforo”

Mandarra/La Huerta de la Chicha

“¿Cómo vamos a abrir con un 30% y 21 trabajadores?”

El Gaucho