- Anillos sobre guantes y gargantillas con la mascarilla puesta. "Va a resultar muy extraño probarse joyas de esta manera", dice. Antonio Jordán, propietario de Bijoya, abre el día 11 su establecimiento de la calle Tudela. "Esta pandemia va a dejar la economía del país hecha polvo. El pequeño empresario está dejando mucho dinero, y como no tengas un pequeño colchón, te quedas en el camino", lamenta. Jordán es de esa generación de comerciantes que se han hecho a sí mismos y han pasado por muchas crisis. Ahora le toca dar la vuelta a su local: "Vamos a funcionar en 4 espacios separados a modo de vitrinas, y nosotros con pantallas viseras. En joyería no puedes poner mamparas, porque no es vender, es enseñar y probarse", explica y añade que la clientela tendrá gel a su disposición de continuo y, después, todas las joyas serán desinfectadas.