"Hay que ser realista y el verano pinta mal". Fermín Maestre, de La Curva de la Estafeta, muestra su preocupación por la situación actual. Junio perdido y julio ya se verá. La pandemia del coronavirus ha golpeado la economía del negocio del souvenir. Después de dos meses con los comercios cerrados, los dueños de las diferentes tiendas del corazón de Pamplona manifiestan su incertidumbre sobre el futuro de un sector fuertemente vinculado al turismo de fuera. Las terrazas, los negocios y muchas actividades van recuperando poco a poco la normalidad, pero estos comercios siguen echando en falta a su clientela. "Mientras no haya turistas las ventas irán flojitas", dice Fermín Maestre. Por el momento contabiliza un 10% de ventas, es decir, los clientes de Pamplona y alrededores. "El 90% de las ventas corresponden al turismo, un 60% al extranjero y un 30% al nacional", subraya.

Desde establecimientos como Olentzero, Souvenirs Echeve, Estafeta 47 y La Curva de la Estafeta relatan que se trata de un "proceso lento y tranquilo" y con mucha paciencia, "todos estos comercios lo han notado, necesitamos mover a los turistas", afirma María Eugenia Etxeberria, propietaria de la tienda Estafeta 47. Estas pequeñas tiendas se dedican desde hace años a la venta de souvenirs con la temática de la fiesta de San Fermín, pensados sobre todo para turistas. Y es que nada que ver con otros años, los negocios que viven del turismo en Pamplona saben que este año fallan los Sanfermines. "Nosotros vendemos muchos carteles días antes de las fiestas y cantidad de periódicos antes de los encierros. Eso se notará mucho en esos días tan significativos", explica Carmelo Butini, responsable de La Casa del Libro en Estafeta junto con su hermano Fermín.

Coinciden en que los catalanes son los mejores clientes nacionales, "no miran precios y se llevan de todo", detalla Isabel Lima, dueña de la tienda Olentzero. Además, apuntan que en condiciones normales, estas fechas se venden camisetas y pañuelos sobre todo. "Hasta ahora he vendido algún llavero e imanes", apunta Manuel Echeverría, de Souvenirs Echeve. Aunque es cierto que dependiendo de la procedencia de los turistas prefieren un producto u otro. "Los australianos vienen sobre todo a por botas de vino, los franceses, a por camisetas y porcelana, y los americanos, a por carteles y camisetas que se vea bien grande el toro", remarca María Eugenia Etxeberria entre risas.

Para sobrevivir muchos negocios han tenido que reinventarse, en la medida de lo posible, diseñando sus propias mascarillas con decorado sanferminero. "Ahora sobre todo vendemos la mascarilla que hemos fabricado nosotras", comenta Isabel Lima. A pesar de haber notado un fuerte descenso, no ha sido tan exagerado como en otros negocios, ya que en la tienda trabajan sobre todo con clientes de Navarra y la CAV. "Los de aquí siempre se llevan lo mejor, el mejor queso y el mejor vino", comenta. Sin embargo, el "plato fuerte" son los Sanfermines. "Este año intentaremos sobrevivir sin las fiestas", reconoce. Asimismo, confiesan ese miedo a un posible rebrote. "Si la gente respeta estaremos bien, pero pasan por la calle sin mascarilla, sin ningún cuidado, creo que muchas personas no están concienciadas con la situación", puntualiza Manuel.

"Reconozco que la juventud tiene muchas ganas de fiesta, pero me gustaría que haya respeto, por favor", insiste Isabel con cierta preocupación ante lo que se avecina este verano. Todos ellos tienen ganas de volver a la normalidad. "Si tuviéramos miedo no abriríamos los negocios", reconoce Carmelo Butini. Pero la venta de objetos no es su única preocupación. "Tenemos bastantes paquetes sin abrir en el almacén y se nos acumulan los productos", explica Fermín Maestre. "Mira qué me llega", señala Manuel Echeverría mientras recibe un paquete, "y aún me quedan otros tres", añade. Nada que ver con otros años que en estas fechas estarían sin parar, "sería como un hervidero, venga recibir paquetes, colocando los productos y a la vez atendiendo clientes", relata Fermín Maestre, que añade, "esto es la noche y el día".

"Ahora mismo tengo muchos encargos de pañuelos, se trata de un sentimiento", señala Isabel Lima. Los propietarios afirman que aunque este año no haya fiestas, hay emociones que van dentro. "Aunque nos hayan quitado las fiestas la alegría no nos la quita nadie", manifiesta Carmelo. "El día 6 habrá mucha gente de blanco y con el pañuelo, yo el primero", admite. La propietaria de Estafeta 47 María Eugenia, reconoce que también tiene pedidos de pañuelos de otras provincias. Todos los comerciantes coinciden en que muchos clientes se han acercado a comprar algún producto de Sanfermines como recuerdo de este año. Y no descartan que diseñen algún llavero de Sanfermines con un enfoque sanitario.