as peñas de Pamplona anunciaron, a finales de junio, que cerrarían al público del 6 al 14 de julio en Sanfermines. "Nuestras peñas no se van a abrir al público, no vamos a funcionar como un bar cualquiera", aseguró entonces el presidente de la Federación de Peñas de Pamplona, Imanol Azkona. Este periódico ha querido recrear cómo hubiera sido un 9 de julio normal con las peñas Irrintzi, La Jarana y Alegría de Iruña.

El día 9 es especial porque es el día del socio. A eso de las 8.30 horas, como buenos sanfermineros, "empezamos la jornada con un almuerzo popular", cuenta Haritz Pascual, socio del Irrin-tzi. Después de haber despertado al estómago, los socios salen con la pancarta de la peña y la txaranga por las calles de Navarrería. Tras unas horas de pasacalles, llega un lunch. "Para esa hora la mayoría de los socios ya están por la peña y nos sacamos la foto anual", explica Haritz. En la foto, además de los socios, aparecen la pancarta y la txaranga, que no para de tocar durante los nueve días de fiesta. La foto la suelen sacar en distintas localizaciones del Casco Viejo. El año pasado, por ejemplo, en la plaza de los Burgos.

Después de la foto anual, los socios y socias tienen comida popular en la peña. A la comida acuden entre 120 y 150 personas, depende de cada año. Lo que no sufre variaciones es el plato principal: "Desde hace años, siempre es el mismo, arroz con bogavante", comenta Haritz. La comida no la piden a ningún catering, sino que unos socios, que año a año repiten, se prestan a hacerlo. "Preparar un buen arroz con bogavantes requiere de bastantes días", dice Haritz.

Tras rechupetearse los dedos, llega el momento del karaoke. "Con unos cuantos cubatas cualquiera coge el micrófono", confiesa Haritz. A las 17.30 horas, y unas cuantas canciones después, hay quien decide ir a los toros y quien prefiere seguir la fiesta en la peña. Para los que no van a la Monumental de Pamplona, "tenemos un DJ para que también la gocen", señala Haritz.

En el caso del Irrintzi, 15 cuadrillas, de unas 10-15 personas cada una, van a los toros. Ir a la plaza es sinónimo de buena merienda y en la cuadrilla de Haritz cada día una pareja se encarga de traer la merienda. Antes de San Fermín preparan una lista para que todos sepan cuándo es su turno y también llegan a un acuerdo: evitar el jamón con tomate, la merienda que más se repite. Haritz indica, por último, que el menú no es cerrado pero "el día 14 siempre se merienda toro". Sin embargo, todos estos actos no se van a poder celebrar.

En la peña Alegría de Iruña también tienen marcado en rojo el día 9. "Celebramos el gazte eguna de la Alegría, que al final es una jornada festiva que está abierta a todos los socios", cuenta Odei Garzía, expresidente de la Alegría de Iruña. Los socios y socias de la peña suelen quedar a las doce del mediodía en Jarauta y "hacemos kalejira con una electrotxaranga por las calles del Casco Viejo", indica Odei. La kalejira deriva en un vermuteo que "se suele alargar hasta las dos y media, tres", y de ahí van a comer.

La comida suele ser en la calle Santo Andía (entre el bar restaurante Askartza y la Plaza de la Virgen de la O). Cuando comen en esa calle, "le encargamos al Askartza que nos prepare menestra y carrilleras", comenta Odei. Después de comer, aprovechan para hacerse la foto anual de la peña. "El año pasado nos la sacamos en la plaza del Castillo", recuerda Odei. De ahí, algunos socios van al local de la peña para repartirse los abonos de los toros. Una peculiaridad de la Alegría de Iruña es que en sus socios cada día se colocan en su tendido, pero en una localidad distinta. Todos quieren estar o lo más abajo posible o más cerca de la txaranga, así que "un programa informático sortea las localidades" y así los socios pasan por las distintas partes del tendido. El día 9, al ser especial, "hacemos salida nocturna con la txaranga", explica Odei.

El día 9 no tenían previsto nada concreto. Esto se debe a que en La Jarana "tenemos un calendario con actos, pero no todos los años son en las mismas fechas", indica Alberto Velaz, socio de La Jarana. Hay cosas inamovibles, sea el día de San Fermín que sea, como la quedada en el local de la calle Jarauta para ir a los toros. Los socios cogen su entrada, la merienda, la bebida y al son de la txaranga suben con la pancarta hasta el coso pamplonés. No suelen subir solos: "Vamos con otras peñas que también tienen el local en la calle Jarauta", recuerda con nostalgia Alberto.