- El dispositivo policial conjunto realizado entre Policía Municipal de Pamplona y Policía Foral se saldó con 104 propuestas de sanción. La mayor parte, 101, fueron interpuestas a ciudadanos por incumplir la normativa.

De las 101 propuestas de sanción a ciudadanos, la inmensa mayoría, 70, se debieron por no llevar puesta la obligatoria mascarilla. El botellón fue la segunda conducta incívica más castigada y se sancionaron por este motivo a 18 personas. Además, se pusieron 8 propuestas de sanción por fiestas en pisos privados, 3 por fumar sin respetar la distancia de seguridad, una por orinar en la vía pública y otra persona por desobediencia.

En el ámbito de la hostelería, se denunciaron a tres establecimientos. Dos de ellos por permitir consumir en la barra y otro por no respetar el horario de cierre. En este caso, se trataba de un local en el barrio de San Juan en el que se detectaron clientes consumiendo después de las 10 de la noche. Cabe destacar que durante este operativo se controló el cumplimiento de la normativa en 52 locales de hostelería. La Policía Municipal aseguró que “la gran mayoría de las infracciones las cometen una pequeña parte de la ciudadanía y en mucha menor medida algunos establecimientos de hostelería”.

El dispositivo especial que vigila el Casco Viejo está formado por dos patrullas uniformadas de Policía Municipal, una patrulla uniformada de Policía Foral y un agente de Policía Municipal de paisano. Alberto explica que también cuentan con “el apoyo de dos unidades de acción rápida de la Policía Foral por si hubiera algún tipo de altercado que hasta la fecha no ha habido”.

Los agentes se desplazan a pie por las calles del Casco Viejo para hacer un control “más exhaustivo y más cercano de lo que hace la gente. Sino sería imposible”, señala. Además, el dispositivo siempre va junto, no se reparten distintas zonas: “Es mejor ir con una presencia policial importante que patrullas de forma individual”, explica.

Policía Municipal y Policía Foral también cuentan con un operativo conjunto que vigila los barrios de Pamplona. En este caso, está formado por dos patrullas uniformadas de Policía Foral, una patrulla uniformada de Policía Municipal y un agente del mismo cuerpo de paisano.

Alberto explica que ambos dispositivos especiales persiguen el mismo objetivo: que se cumpla la normativa vigente, evitar que se produzcan botellones y que se organicen fiestas en pisos privados.

Según él, este tipo de dispositivos están dando resultados: “Cuando comenzamos con estos servicios especiales el cumplimiento era escaso. Hemos ido viendo cómo el comportamiento ha ido evolucionando hasta llegar al día de hoy, cuando el cumplimiento es prácticamente total”, subrayó.