La Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE) no permitió al Ayuntamiento de Pamplona reparar la presa de Santa Engracia al considerar que su eliminación reducirá los efectos de las inundaciones y mejorará el hábitat natural del Arga y de su entorno. La presa, con una longitud de unos 80 metros, resultó parcialmente destruida en el invierno de hace dos años, provocando una rotura en la zona central de unos 15 metros de anchura.

En el informe al que ha tenido acceso este periódico, la CHE -organismo dependiente del Ministerio de Medio Ambiente- no autorizó el proyecto presentado por Navarra Suma para su reparación y ordena al Consistorio que antes de un año tenga preparado el proyecto para la demolición completa de la presa.

Para llegar a tal conclusión la Confederación analizó la propuesta del Ayuntamiento de Pamplona, los informes aportados por el Gobierno de Navarra y las alegaciones presentadas al expediente, unas a favor del arreglo (de pescadores y el club de remo) y otras en contra (de particulares y colectivos ecologistas).

Según la CHE, la eliminación de la presa de Santa Engracia "mejorará el comportamiento de las corrientes en régimen de avenidas, disminuyendo el riesgo de inundación principalmente para avenidas de bajos periodos de retorno (las que con más frecuencia se presentan), en las que se ven afectados los terrenos urbanos colindantes y los situados aguas arriba".

La Confederación Hidrográfica consideró que la reparación del azud de Santa Engracia supondría "la permanencia en el cauce del río Arga de una infraestructura de la que ha sido extinguido su derecho al aprovechamiento de aguas públicas, que limita la capacidad de desagüe del cauce, que constituye una ruptura en la continuidad longitudinal del río Arga y que no favorece la conectividad de los hábitats a lo largo del mismo".

En su argumentario recuerda que la eliminación de obstáculos de los cauces y la restauración y conservación de los ecosistemas naturales está en consonancia con lo establecido en la normativa estatal y comunitaria.

El Departamento de Medio Ambiente del Gobierno de Navarra también consideró que con su retirada se mejora el transporte de sedimentos y se posibilita el paso de fauna: "Los azudes incrementan los efectos de algunas crecidas aguas arriba de los mismos, sobreelevando la cota de caudal y favoreciendo la inundación, por lo que su eliminación también puede suponer una medida más de minimización del riesgo".

El Ayuntamiento de Pamplona, durante el gobierno del cuatripartito, remitió a la CHE un informe el 25 de abril de 2018 que incluía la eliminación de las presas de Santa Engracia y de la Harinera Ilundain por la afección que suponían al río: "En la actualidad, su desuso y mal estado de conservación requiere de un coste de mantenimiento muy elevado, totalmente insostenible a largo plazo", por lo que la eliminación de los azudes supondrían una "importante mejora hidráulica, ecológica, paisajística y ambiental de los tramos urbanos de los ríos Arga, Sadar y Elorz a su paso por el término municipal de Pamplona".

Después de que Navarra Suma lograra la Alcaldía, hubo un cambio de postura en el Ayuntamiento. En noviembre de 2019 envió un nuevo informe a la CHE, aunque en este caso incluyendo el proyecto para el arreglo de la presa de Santa Engracia "dado su interés histórico y los usos sociales y recreativos asociados".

Para la reparación se contemplaban diversas actuaciones, como habilitar un camino de acceso a la presa a través del parque de La Runa y la reconstrucción de la zona derruida mediante un muro de hormigón armado de 2 metros de altura y 20 centímetros de espesor. Aguas abajo, y para conformar la forma de la presa, contemplaba una escollera de 500 kilos hormigonada, una solera del mismo material reforzada don fibras de polipropileno y la construcción de un paso de peces para permitir el paso de la ictiofauna.

La CHE recoge en su informe los escritos presentados por la Fundación Sustraia Erakuntza, el colectivo Arga Bizirik y AEMS-Ríos Con Vida de Navarra en contra del arreglo. En resumen, argumentaron que con la rotura de la presa ese tramo de río había ganado en accesibilidad, que la presa carecía de valor histórico y que en Europa se están eliminando de los cauces este tipo de obstáculos para renaturalizar los ríos.

A favor de la reposición de la presa fueron las alegaciones presentadas por Francisco Javier Soraluce y Ángel Pérez Lucas. El primero apeló al origen medieval de la presa de Santa Engracia, recordando que es la estructura más antigua de la ciudad (se tienen referencias desde 1227) y que el embalse que crea la presa aguas arriba es utilizado desde hace más de 50 años por los miembros del Club Náutico de Navarra para entrenamientos y competiciones.

El segundo, por su parte, defendió que la reposición de la presa supone una mejora de los usos recreativos de los pamploneses, como navegación de remo, pesca y baño.